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Trataba de resistirse a morder sus uñas por el nerviosismo al esperar sus resultados por un debido tiempo. Su pierna se movía de arriba abajo con desesperación. Eran esos momentos en los que tu mente te traicionaba regresandote a cada recuerdo, cada pesadilla, cada vez que lloraste hasta quedarte dormida, cada vez que pensaste que tu vida empezaba a mejorar, cada vez que tu vida iba en picada nuevamente.

Marlene se quedó observando un punto fijo, mientras pensaba en todo lo que había estado pasando desde que había entrado a Hogwarts para culminar su séptimo año. Todo lo que había pasado en su relación con Sirius había sido una mentira, ¿El de verdad la había amado alguna vez? ¿Sintió algo real por ella? Algo que no fuera un simple sexo cuando discutían. Algo que no fueran palabras falsas.

Pensaba en cada beso, cada palabra dicha, cada discusión, cada vez que Marlene debía regresar a casa sola en vacaciones cuando Sirius bebía de más. Cuando la plantaba en sus citas. Eso hasta ahora lo entendía. Ella siempre era la segunda opción. Cada vez que Sirius volvía con ella, era porque Margaret no lo había querido para ella esa noche.

Se sintió tan culpable en el momento que estuvo apunto de terminar con Sirius en aquella fiesta en la que tuvo que caminar sola por las calles hasta la casa de Lily, con sus tacones en mano, caminando, corriendo el peligro de ser atacada por la espalda por alguien, solo porque Sirius se había querido lucir frente a todos contando todos sus ligues, sin importar que su novia estuviera al lado de el, sintiéndose incómoda por cada palabra que saliera de su boca.

¿Y todo para qué? Para que después de ellos Sirius actuará como si nada frente a ella. Pensaba en aquellas veces en las que siempre lo perdonaba, en las que siempre Sirius llegaba diciendo «te amo, por favor no me dejes» se sentía tan estúpida por creerle cada vez que llegaba tarde a sus citas, o simplemente no aparecía. Siempre se había preguntado si de verdad había válido la pena dejar su orgullo atrás para seguir con alguien que no la valoraba como tal.

Y ahora, parecía que si había encontrado alguien que viera lo que realmente había en ella.

Pero el corazón nunca aprende en que no debe confiar en quien crees amar.

Crux. Un tema que aún era muy confuso para ella, sobretodo porque no sabía realmente lo que sentía, ¿Era amor? ¿Atracción? ¿O solo ella era algo pasajero para el? Millones de preguntas habían estado rondando por su mente desde el primer momento que se había entregado en cuerpo con el. Cada caricia la hacia sentir especial, algo que no había experimentado, ¿Era posible que Crux fuera la persona correcta para ella?

Siempre había soñado con un príncipe azul, como los que estaban en los cuentos que su padre le contaba cuando chica, siempre pensó en aquel chico, como sería, como la trataría, si de verdad la amaría.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐌𝐘 𝐓𝐄𝐀𝐂𝐇𝐄𝐑; Marlene McKinnon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora