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Marlene despertaba sobre su cama con un ligero dolor de cabeza, sentía que al levantarse temprano y de una manera tan rápida para intentar llegar al baño había sido un gran error, sobretodo por el mareo que recientemente había tenido, sentía que todo le daba vueltas sobre su propio eje.
—Demonios. —dijo la rubia mientras se sostenía la cabeza e intentaba detener el dolor y mareo—No debí haber bebido tanto...—murmuro.
En ese momento recordó que sus mejores amigos se iban de regreso a casa, volteando a ver a todos lados se dió cuenta de que nadie se encontraba en la habitación, maldicio para sus adentros y con solo tomar una camisa y un pantalón y con los tenis ya puestos, aunque más puestos estaba perfecta.
Salió por la puerta brincando en un solo pie mientras intentaba abrochar su cordón del zapato, sus pantalones se encontraban mal acomodados y ni hablar de su camisa, no sé encontraba ni abrochado, aunque después de un tiempo lo hizo, dejando libre tres botones, para asegurar que nadie viera de más en su cuerpo.
Corrió por todo el gran castillo hasta que por fin pudo llegar a su destino. Sus mejores amigos estaban por abordar las carrozas y ella ni siquiera se encontraba cien porciento despierta en ese momento.
Pudo identificar a una de sus mejores amigas subir en el mismo carruajes subiendo con ayuda con el chico que gustaba de ella. Lily Evans. La chica pelirroja no lo quería aceptar sin embargo Marlene sabía que estaba enamorada de James Potter, aunque le haya aceptado ser su novia sabía que aún no se convencía del todo, pero al verla y al ver la sonrisa y sus ojos, supo que James Potter era el correcto para su mejor amiga.
Suspiró mientras se preguntaba cómo se encontraba su familia, sabía que con su madre enferma y ahora su tía en cama nada debía ir bien, sin embargo parecía que todo estaba bien, decían que no querían preocuparla de más, sobretodo porque ya se encontraba con sus calificaciones que por cierto le había sido notificado a su familia por una carta que Dumbledore había escrito personalmente.
—Te vamos a extrañar rubia. —dijo Mary mientras la abrazaba fuertemente.
—Solo son unos días, no sufran por mi. Estaré bien. —respondio aceptando el abrazo gustosa, y dándoles a todo una sonrisa melancólica, incluso a Lily, quien se había bajado del carruaje para acercarse a ella después de Mary.
—Te quedarás sola, rubia. Es obvio que te vamos a extrañar y extrañaremos verte a diario. —dijo Lily mientras la abrazaba por la cintura. Incluso había llegado a pensar que Lily tenía un ligero crush con ella. —Intentamos de todo por despertarte pero no funcionaba, al final Sirius nos convenció de dejarte dormir. El volverá dentro de unos días para hacerte compañía. —dijo mientras se separaban.
James, con una sonrisa en su rostro se acercó a ella y la abrazo, jamás habían sido tan cercanos para recibir algún tipo de afecto de su parte, siempre habían sido unas cuantas palabras, jamás había recibido un abrazo de su parte, aunque estuviera recién levantada y su mente aún no cargará todo lo que sucedía, lo abrazo con la misma fuerza.
—Cuida de el McKinnon, logra convencerlo para que deje de ser idiota por unos días. Volveré antes. Empieza a dudar de su tío, creo la locura Black está haciendo efecto. —susurro en su oído y aunque solo ella parecía escuchar, sabía perfectamente que Remus Lupin, el Licántropo del grupo lo había escuchado y visto a la perfección.
—Volvere en unos días. —dijo Sirius acercandose a ella con una sonrisa—Estaremos juntos por unos días antes de que estos entrometidos vuelvan. —dijo haciendo énfasis en “entrometidos” y señalando a los chicos con la mirada. —Estare junto a ti día y noche. Te amo.
—Te amo más. —dijo Marlene dejando un corto beso en sus labios.
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Crux miro a su prima con seriedad, debía volver a Hogwarts, sabía que la hora de partida había pasado hace cinco minutos pero no dejaría el problema que tenía a medias.
—¿Por qué carajos querrías comprometer a Regulus?—pregunto directamente—Es feliz, ¿Eso es lo que importa, no Honestamente, no entiendo cómo no te diste cuenta. ¿No viste la forma en el que la miro cuando nos visitó la noche anterior?
—La miraba como mira a todos los demás, normalmente—respondió Walburga seriamente. —Ademas, es su deber ser un orgullo como Lord para esta familia.
—Orion, sigue con vida. El aún es el Lord de esta familia Además, encaja en todas las categorías que querías que Regulus encontrara en una esposa. De hecho, podría apostar a qué ella es mejor. Ella es una heredera, es rica, inteligente, hermosa...—dijo Crux mientras se sentaba junto a la matriarca de los Black—Ella es amable, obviamente se preocupa por él y también lo ama. ¿Que tiene de malo que sea una Dumbledore? ¿Eso es lo que te preocupa acaso?
—Es una Dumbledore. —dijo Walburga con enfasis, como si fuera lo más obvio del mundo—Estar con una Dumbledore es caer demasiado bajo. Un Black, con nuestra reputación jamás sería perfecta para un... Dumbledore.
—Regulus está en Hogwarts. Déjalo que disfrute de su vida mientras pueda, dile que está comprometido cuando solo falten unos cuantos meses para acabar. —dijo Crux mientras se acercaba a la barra y se servía un Whisky. —Acéptalo Walburga, ella es perfecta. Ella es tan adecuada para él, que incluso tú tienes problemas para encontrar fallas en ella. Es la chica perfecta.
—Lo dejaré. Por ahora, pero que no piense en librarse solo por estar con esa... Dumbledore—dijo Walburga mientras se levantaba y aceptaba el vaso que Crux le tendia.
Crux arqueó una ceja—¿Cómo está Orion?—preguntó cortésmente. Mientras planes en su cabeza iban y venían una y otra vez, no importaba que Regulus se fugara, era su sobrino, el siempre lo cuidaría de todo lo malo, cómo hubiera deseado que lo cuidarán a el.
—Todavía vivo y haciendo lo que sea—respondió Walburga secamente.
—Tu odio por mi hermano es increíblemente aterrador. Yo jamás podría estar con alguien que me odié, creo que lo dejaría y se tratara de arruinar mi apellido, mejor para mí—dijo Crux mientras sentía el frío licor bajar por su garganta.
—Es por eso que fuiste borrado. —dijo Walburga—Sin embargo sigues siendo un Black e importante para el profeta, así que importa lo que diga de mi familia, incluso lo que diga de tí.