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Tan pronto pasó el tiempo, el beso se intensificó y sus manos pasaron a tocar directamente su cintura y obligarla a sentarla en su regazo.
Las manos de Black pasaron por debajo de su falda, tocando y apretando sus muslos. El beso cada vez subía más de intensidad, desesperados por ganar una guerra de la cual ninguno de los dos quería ser el perdedor.
Sus piernas pararon a cada costado de Crux quién se recostó contra el respaldo de la silla, atrajo su cintura aún más cerca de su erección y ambos rozaron en una fricción satisfactoria. La rubia le rodeaba el cuello con sus brazos, enredo sus dedos en su cabello negro y tirón de él para profundizar aún más el beso.
La puerta del salón siendo tocada, los hizo separarse rápidamente, Crux se acomodo en su escritorio mientras trataba de ocultar la erección en su pantalón, mientras su acompañante se arreglaba la ropa correctamente.
—Pase, está abierto—respondio Black mientras trataba de regular su respiración.
Por la puerta entro el director Dumbledore, quien traía una sonrisa en su, la cual creció más cuando miro a la mujer con quién Crux se encontraba.
—Ellie Rosier. —dijo el director con una sonrisa.
—Pero si es mi director favorito. —contesto la rubia con una sonrisa—¿Cómo ha está Dumbledore?
—Segun tengo entendido, fui su unico director, señorita Rosier.
—Cierto.
—Crux—llamo la atención del pelinegro quien lo miraba con duda—Recuerda que hoy empiezan las clases de la señorita McKinnon.
—Claro, de hecho ya tengo todo preparado para comenzar—respondio Black, mientras se levantaba de su lugar para ir hacia donde Dumbledore se encontraba—Unq cosa más ¿No te importaría si tomara las clases fuera del aula, cierto? Sabes muy bien que yo tuve el mismo problema que la señorita McKinnon y muchas veces me sirvió estar fuera de un lugar... cerrado.
—Si crees que eso servirá, hazlo. Recuérdalo hijo, la señorita McKinnon, es tu responsabilidad. Hasta luego señorita Rosier. —sin más salió de la habitación dejando un silencio.
—¿En qué estábamos?—Crux sonrió ante lo dicho por Ellie.
Se inclinó hacia ella para atrapar sus labios en un apasionado beso.
Marlene entró al salón y no de muy buen humor. Arrojó su mochila al pie del escritorio y abrumada se dejó caer en la silla, posicionando su cabeza en el escritorio.
—¿Odia DCAO o tuvo algún problema?—pregunto Crux detrás de ella, sobresaltandola.
—La segunda opción—contesto la rubia, con la frente aún pegada en el escritorio.
—¿Que sucedió? No es que me guste indigar en la vida de mis estudiantes, pero... usted sabe...—dijo Black mientras la miraba, subiendo con su mano la cabeza de la rubia.
Marlene suspiro, para después mirarlo: —Se podría decir que tuve una... discusión con Sirius. Al parecer para el más importante pasar una noche juntos que mis estudios. Estúpido.
—Vaya, eso es...
—Una estupidez. No sé supone que al ser mi novio debe apoyarme en las cosas que son importantes para mí. Yo estuve para el cuando escapó de casa y-y...el ni siquiera puede apoyarme en esto, es...
—Bien—dijo Crux interrumpiendola—¿Que le parece si hacemos una cosa? Tenemos dos horas de estudio, una hora la usaremos para estudiar acerca de la materia y cualquier otra que necesite, y la hora restante usted y yo se podría decir que seremos amigos. En ese hora no existirá el profesor Black o señorita McKinnon, será solo Crux y Marlene ¿De acuerdo?
—De acuerdo—contesto la rubia con una sonrisa.
—Y respecto a lo que dijo, creo que es verdad. Junto a la persona que de verdad te ama, puedes ser tú mismo todo el tiempo, porque sabes que no te juzgará o te dirá cómo debes de ser y te impulsará a lograr tus sueños o tus propósitos porque sabe que son importantes para tí.
Yo? Yo tengo un amor-odio con Crux, pero no podemos negar que es responsable o dulce.
