Dondre Green se sentía incómodo al ver a tanto personaje cívico y a tanta estrella deportiva congregados en el salón de baile del hotel en Cleveland. Se habían desplazado de todos los rincones del país para participar en este evento encaminado a recaudar fondo para la "Fundación nacional universitaria de becas golfísticas para grupos étnico-minoritarios". Dondre, un joven bachiller de 18 años oriundo de Monroe, Louisiana, era el invitado de honor. Yo era el artista contratado para amenizar el evento.
"¿Estás nervioso?", le pregunté al joven apuesto que vestía un esmoquin alquilado y camisa blanca.
"Un poco", contestó sonriendo y en voz baja.
Un mes antes del evento en Cleveland, Dondre habla sido un estudiante más en un colegio del sur de los Estados Unidos, cuyo estudiantado era predominantemente blanco. Por cierto, el color de la piel de Dondre jamás había sido un tema de polémica, aunque buena parte de sus compañeros y amigos eran de raza blanca, Pero el 17 de abril de 1991, la piel negra de Dondre provocó un incidente que se convirtió en noticia nacional.
"Señoras y señores", entonó el maestro de ceremonias, "con ustedes nuestro invitado de honor"
Mientras la concurrencia aplaudía de pie, Dondre se acercó al micrófono y comenzó a relatar su historia:
"Yo amo el juego de golf. He sido miembro del equipo de nuestro colegio durante los últimos dos años. Aunque soy el único jugador de raza negra, siempre me he sentido muy tranquilo jugando entre gente de tez blanca en la mayoría de los clubes".
El público estaba absorto. Hasta los camareros y ayudantes se detuvieron a escuchar. Yo también lo hacía, mientras un recuerdo de mi niñez enterrado en el subconsciente, me vino a la memoria.
Dondre prosiguió con su relato:
"Habíamos ido por tierra desde Monroe hasta el club campestre del condado de Parish, en el estado de Columbia. Nos estábamos preparando para salir al putting green".
Dondre y sus compañeros de equipo estaban demasiado concentrados como para darse cuenta de la conversación entre un hombre y el director deportivo del colegio, James Murphy. Al rato de haberse esfumado en el interior del club, Murphy volvió al lado de sus jugadores
"Quiero reunirme con los mayores", dijo de inmediato. Su rostro se veía turbado mientras formaba un círculo con los cuatro jugadores, incluyendo a Dondre.
"Me es difícil expresar lo que tengo que decir", observó. "Este club es para el uso exclusivo de gente blanca". Murphy hizo una pausa mirando a Dondre. Sus compañeros se miraron desconcertados. "Deseo que ustedes decidan cuál ha de ser nuestra respuesta. Si nos retiramos quedamos descalificados. Si nos quedamos, Dondre no podrá jugar", terminó diciendo.
Al escuchar estas palabras, mi memoria represada durante treinta y dos años se desbordó.
En 1959 yo era un pobre negro adolescente de trece años, que vivía con su madre y su padrastro en un barrio miserable de Long Island, Nueva York. Mi madre trabajaba en un hospital durante la noche, y mi padre conducía un camión repartidor de carbón. Sobra decir que nuestro nivel de vida estaba muy por debajo del sueño americano.
Sin embargo, cuando nuestro profesor de octavo anunció que haríamos una excursión a Washington, jamás me pasó por la cabeza que yo no iría. Además de hacer un recorrido muy completo por toda la capital del país, visitaríamos un parque de atracciones en el estado de Maryland- En mi imaginación, este parque era la conjunción de todos los parques de atracciones del mundo entero, incluyendo a Disney World.
Corrí a casa con el corazón latiendo como un tambor, a entregar la circular mimeografiada que describía la aventura que íbamos a emprender. Pero mi madre meneó la cabeza negativamente al ver el costo. La familia no contaba con los medios.
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CHOCOLATE CALIENTE PARA EL ALMA DE LOS ADOLESCENTES | Historias que te guian.
Random«CHOCOLATE CALIENTE PARA EL ALMA DE LOS ADOLESCENTES» - Jack Canfield. - Mark Victor Hansen. - Kimberly Kirberger. Historias que guían y acompañan a los jóvenes en esta etapa de la vida. Querido adolescente : Por fin un libro para ti...