IV. LA CARRERA COMPLETA.

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El 18 de junio fui a ver a mi hermanito menor jugar al béisbol, como de costumbre. A la sazón, Carlitos tenía doce años y llevaba jugando unos dos años. Cuando me di cuenta de que se preparaba para salir a batear, decidí acercarme y darle algunos consejos. Pero al llegar tan sólo le dije, «Te quiero».

Él a su vez me contestó: «Eso quiere decir que deseas que yo haga una carrera completa?».

Sonreí y le dije: «Haz lo mejor que puedas».

Al acercarse al plato, observe que lo rodeaba una cierta aureola. Se veía seguro y confiado de lo que se proponia hacer. Le bastó un solo golpe, y el hombre logró hacer su primera carrera completa. Los ojos le brillaban y el rostro se le iluminó, mientras sonriente y orgulloso corría de base en base. Pero lo que más me llegó al alma sucedió cuando regresó al cobertizo de espera. Me buscó con la vista, y con una sonrisa de oreja a oreja, me dijo: «Yo también te quiero».

No recuerdo si su equipo ganó o perdió el partido, cosa sin ninguna importancia en ese veraniego día tan especial del mes de junio.

Terri Vandermark

CHOCOLATE CALIENTE PARA EL ALMA DE LOS ADOLESCENTES | Historias que te guian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora