Me miro al espejo y me observo, he sido tantas veces mi peor enemiga.
Me he castigado, exigido y criticado.
Me he apagado y hundido. Me he oscurecido, odiado y atacado con palabras hirientes, me he creado heridas al maltratarme y no aceptarme.
Pero todo eso está en proceso de cambio.
Hoy me miro y puedo reconocer mi camino recorrido. Puedo sentir compasión por mi misma y aceptar la felicidad sin compararla.
Miro mis ojos, esos que muchas veces mis pensamientos hicieron llorar, hoy los veo atentos, despiertos, con ese toque de felicidad y alegría que brilla en ellos.
Me veo y veo una mujer sincera, autentica, vulnerable y fuerte. Veo una luchadora, me veo sensible, caótica, errática, impaciente y ansiosa, pero detenidamente me escucho y me sano.
Dejé de reclamarme, de lanzarme al abismo y decidí describir todas mis heridas para poder sanarlas.
Me dejé ayudar, abrigar, me dejé besar el alma y me desnude mostrando mis heridas.
Me levanté la condena y me declaré inocente, libre y salí de esa prisión oscura.
Abrí las ventanas y la luz, la brisa y el sol entraron.
Atrape el arcoíris y ahora brilla en mi interior, volé con las golondrinas, corrí con los lobos y volví a mi nido a preparar café.
Quise hacerme feliz y me comprometí conmigo misma.
Me pedí perdón, celebré lo logrado, agradeci a mis miedos por existir, atravesé mil cuevas y salí ganadora.
Elegí ser, amarme, tomar las riendas de mi camino y avanzar.
Decidí no pararme, no hechar raíces donde serán cortadas.
Hoy cuento conmigo misma, soy mi aliada, me miro al espejo y sonrio y eligó seguir aprendiendo acompañada.
Ya soy mi mejor amiga.
#Darianna Salazar. 10/06/2022.