Ella.
Decidida a florecer a costa de lo que sea, se rayó la piel con cada pelea que ganó para no olvidarlo.
No quiere un príncipe, ni quien vaya a la trinchera por ella, si no, con ella.
Alguien que le exija tanto como le da.
Que sepa cuando tratarla como una princesa, y cuando amarrarla a la cama.
La muy hija de puta, no se cambia por nadie.
Ahora se tiene como prioridad.
Se para frente al espejo, se mira y se sonríe, le gusta lo que ve.
Habla con ella misma, esa voz en su cabeza no le da tregua. Lo hace incluso en voz alta, aunque piensen que esta loca.
Ciertamente lo está y se siente tan a gusto con su locura.
Mira al mundo con otros ojos, se está reinventando.
Si la conociste ayer, probablemente no la reconozcas hoy, cada día es más ella, menos lo que quisieron decirle que tenía que ser.
Mandó todo al carajo y ahora ella es quien decide.
Viaja de cielo al infierno en un abrir y cerrar de ojos, pero ella es quien propone y dispone.
Está rota, va por la vida en un patín.
Las palabras rebotan en su piel.
Más loca que una cabra, es poco decir.
Mira por encima del hombro.
No esperes la otra mejilla.
Se ríe en la cara de la vida.
Nunca la vi tan feliz. #Darianna Salazar.