Ya he besado bastantes labios para saber que no necesito experiencia, sino un amor puro y sincero.
Ya he estado en bastante camas para saber que no necesito desarreglar las sábanas y quedarme vacía al día siguiente, sino que me desarreglen el cabello, que me hagan latir el corazón más rápido, quiero sentirme viva.
Ya he sentido el dolor de un corazón roto demasiadas veces, como para saber que no cualquiera merece lo que doy, sea poco o mucho.
Ya he sentido el sabor agridulce y el pinchazo en el corazón cuando pierdes un ser amado, para saber que la vida es más corta de lo que imaginamos, más fugaz que una estrella, más rápido que un rayo al caer.
Ya he llorado lo suficiente para saber que no todos merecen mis lágrimas.
Ya he tenido que pagar por errores de otros, errores que no me pertenecían; para saber que nos tocará chocar con piedras que no son de nuestro camino y aún así aprender la lección.
Ya he enfrentado algunos de mis miedos, para saber que no eran tan grandes y tenebrosos como creía.
Ya he visto la despedida de viejos amores y la bienvenida de unos nuevos, para saber que todo en la vida es un ciclo.
Ya me he enamorado varias veces, para saber que el amor es un trago agridulce que todos tendremos que dar.
Ya he visto llorar a quien se creía más fuerte, para saber que todos tenemos nuestros momentos donde no podemos más.
Ya he visto amistades irse de mi lado y así mismo ver nuevas llegar, para saber que nada es para siempre.
Ya he hecho un sinnúmero de cosas, para saber que la vida siempre tendrá algo nuevo para enseñarnos, que siempre se tiene que aprender más y más... sin importar lo doloroso, pesado y amargo que sea.
#Darianna Salazar.15/Septiembre/2020.