Me despierto sudando, buscándote entre mis sueños. Me despierto hambrienta de ti y te quiero de vuelta, pero ¿qué pasó que acabaste hasta con mis ganas de dormir? No hay pastillas que me salven de ti.
Mi olvido se olvidó de su misión. Eres irresistiblemente hermosa, llena de ganas y yo de ganas de quitártelas.
Te deseé hasta que me dolían las mañana de tanto querer despertar con tu cuerpo, lo hicimos, pero no fue suficiente y no bastó.
No pienses que es fácil despedirme de tus dedos y tu mirada, de tus labios que muerden como perros hambrientos con varios días sin comer.
Y ya todo da igual porque no duermes conmigo...
Se rompieron las horas y me quede sin aire, ahogado en el océano por pensar que tú me salvarías, pero no fue así.
Libérame de la duda de pensar que despiertas y también me deseas. Libérame de la esperanza marchita que tengo de pensar que volverás.
#Darianna Salazar. 23/Febrero/2015.