Capitulo 2

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La reunión con el ministerio de defensa había demorado mas de la cuenta, me estaba empezando a malhumorar. Como de costumbre, antes de hacerme caso, precedía un lapso de tiempo en que discutían algunas otras patéticas soluciones que además de mediocres eran estúpidas puesto que no alcanzaban a cubrir todo el campo de la problemática.

Mycroft Holmes también era conocido como "El hombre de hielo", y por una buena razón. Tomó decisiones rápidas e inteligentes, independientemente de los daños colaterales.

Era la definición exacta de eficiencia y discreción, una sombra debajo del Big Ben, el ojo de Londres que siempre observa y sabe todo. Aquel que jalaba los hilos detrás del telón. Podía dirigir el país, podía protegerlo, podía hacer cualquier cosa.

Sin embargo también contaba con un nivel de moral que consideraba aceptable, aunque lo sacaba a relucir rara, muy rara la vez.

La junta del concejal transcurría lentamente, mi mente se estaba aburriendo en esa habitación llena de vejestorios moralistas. Mientras debía escuchar sus parloteos sin sentido, traté de pensar en como evadir el compromiso de la semana siguiente. Esta mañana había llegado a mi oficina la invitación a una cena en el palacio de Veraneo del conde de Hamilton, su hijo menor contraería nupcias, con una extrajera. Al parecer el pequeño Henry había quedado prendado de la hija de un político latinoamericano, un asunto bajo mi perspectiva, totalmente irrelevante.

Cecil, que así se llamaba el conde, y yo nos conocíamos hacia ya mucho tiempo, yo aun era muy joven, y cuando salí del MI6, mi tío me delegó a su cuidado e instrucción para poder aprender la forma en la que se debía mantener a raya a los hombres del parlamento. En ese tiempo conocí a su esposa Sarah, y sus hijos. Cuando ascendí de puesto, y mientras él seguía en función, había sido una aliado para mi y múltiples veces controlaba una buena parte los medios de comunicación para conseguir un objetivo en común.

Mas de una vez me ofreció su consejo y respaldo; por lo cual lo tenia en estima. Cecil respetaba y reconocía mi intelecto sin rayar en la lambisconería. Su familia era respetable, y una de las mas importantes e influyentes del país.

Innumerables veces me había tenido que inventar una buena excusa para no asistir a los eventos que me invitaban. Contadas eran las veces donde mi presencia era vista en los eventos sociales, donde generalmente había un requerimiento obligatorio de por medio, concernía a mi trabajo o la gala era a beneficio de los centros de rehabilitación; sin embargo, trataba de cumplir expresamente con mi deber y me retiraba lo mas rápido que se me permitía, siempre con la mayor de las discreciones.

Me desagradaban las multitudes, me abrumaba el sonido de la gente hablando. Yo podía entender que las personas promedio veían eso como algo totalmente normal e incluso atractivo, sin embargo no tenia nada fascinante para mi; aunque de vez en cuando era "necesario" estar al tanto de las insidias de los dragones de la querida Inglaterra.

Aunque muchas veces paar eso tenia a personas que lo hacían por mi. La excusa infalible era la misma "reuniones con los directivos de inteligencia", "salidas al extranjero", "reunión con el primer ministro y/o el ministro de defensa"; y esta vez no seria la excepción.

Mientras estaba en eso, una voz me sacó de mis pensamientos.

- Esa es la alternativa que nosotros proponemos para extraer a los prisioneros, aunque con esto se pondría en juego el tratado de armas que esta por firmarse -

- No sirve. El tratado de armas es prioridad - dije autoritario desde la cabecera de la mesa, mirando hacia el hombre que me había hecho perder mi tiempo con un plan inservible - Patrick - llamé.

- ¿Señor? – me miró, estaba sentado a mi derecha.

- Hazte cargo. La carpeta del plan junto con los documentos y contactos - dijo el hombre pelirrojo al tiempo que Louis, su asistente le entregaba una carpeta oscura - bien caballeros, si es todo lo que debe tratarse... - los presentes al rededor de la mesa asintieron en reconocimiento con la mirada en la cabecera de la mesa - excelente. Necesito los reportes del avance lo mas pronto posible. Buenas tardes - y con eso me retiré de la sala.

Hasta que te conocí. (Mycroft Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora