Capitulo 15

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Había estado dándole vueltas a lo que sus amigas habían comentado días atrás. ¿Realmente podía establecerse con un hombre veinte años mayor? Sinceramente ella no lo había considerado.

Para ella esto, solo era una pequeña aventura y una experiencia que archivaría en sus vivencias para contarlo a sus nietos, de cómo su abuela en un impulso de valentía se había ganado la atención de una figura política muy importante de un país extranjero, que modestia aparte, no cualquiera lo lograba.

Sin embargo, ellas habían metido en ella la curiosidad de ¿cómo sería tener a alguien que fuera por mucho, mejor que ella?

¿Lo que había dicho Anabell era cierto? A decir verdad, si lo analizaba de forma correcta tenía mucho sentido. Pero le aterraba el hecho de creer que algo de esa magnitud podía tener oportunidad y luego darse cuenta de que solo ella lo había pensado de esa forma.

De que eso una vez más, fuera una falacia.

Una ligera punzada en sus cienes tuvo lugar, y se llevó las manos a la cabeza para masajear el lugar, mientras reía por lo bajo.

¿De verdad conseguí un dolor de cabeza por estar dándole vueltas y vueltas a un asunto? La vejez ciertamente me está alcanzando.

Ella estaba segura de que el político no había dado la más mínima muestra de afecto o algún tipo de sentimiento hacia ella, es cierto, el deseo lo había sentido, pero solo era eso, deseo y por más que ella quisiera algo, una relación era de dos.

Optó por esperar el siguiente movimiento del hombre, de alguna forma, él tenía que dar la pauta para que de alguna manera ella midiera la situación.

Negó con la cabeza al tiempo que suspiraba, mientras se levantaba del sofá que había en la habitación, y decidió que era hora de la practica con el profesor Hugo.

El programa había tenido ligeros cambios, y debían cerrar con algunas melodías con ella en el altavoz.

Salió de aquel lugar y fue donde el profesor, para la práctica de las canciones de esa noche.

Amelia se hallaba frente a un espejo de cuerpo completo mientras repasaba las letras de las canciones que se interpretarían esa noche. La sala donde se hallaban era bastante amplia, y alojaba algunos muebles, grandes ventanas que se alzaban y dejaban entrar la luz, cortinas rojas y sillas acolchadas.

- Bien, comienza de nuevo – habló Hugo a espaldas de Amelia, mientras sostenía algunos papeles y los leía con la mirada fija -

Amelia lo miró desde el espejo, suspiró y volvió a iniciar su letra, parecía que el profesor estaba absorto en otra cosa que en ponerle la atención necesaria. Ella terminó y esperaba que él le dijera algo, pero simplemente permaneció en silencio hasta que ella lo llamó

- ¿Está bien profesor? - silencio - ¿Profe? - intentó un poco más fuerte, él la miró con sorpresa – He estado dándole vueltas a la canción por lo menos cuatro veces, y usted solo me pide repetir. ¿Sucede algo? - dijo con preocupación

- Discúlpame, no era mi intención ser grosero contigo - se disculpó el hombre - Y no, no está todo bien, recibí una llamada anoche de parte del rector del instituto para interrogarme sobre el incidente en el vestidor la semana pasada, le dije tal cual lo que sucedió, me notificó sobre una llamada de atención en el consejo de profesores y por una demanda judicial por maltrato estudiantil y abuso hacia mis alumnos. La acusación la interpuso el padre de Víctor. - Amelia se tocó la frente con frustración -

- No puede ser – ambos se miraron – pero hay testigos, él no puede hacer nada en contra suya sin que se llame a testificar en todo caso -

- Tengo el respaldo del rector, pero el coordinador de educación es amigo cercano de la familia de Víctor, eso va por encima del poder del rector. No creo que salga bien librado de esto – la expresión de Hugo era preocupada -

Hasta que te conocí. (Mycroft Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora