© heather ↬ park jimin

33: No quisiera competir.

Jimin:

No nos mantuvimos incómodos por mucho tiempo, porque a pesar de tanto, parecía conocer a Eunji y sabía sacarle temas de conversación que luego se convertiría en más plática.

De reojo trataba de mirar a Jeon y a Hyolin que aún estaban concentrados en cocinar.

— ¿La preparación a la universidad te trata bien? —me pregunta mientras abre una bolsa de papitas picantes onduladas.

— Algo así. —le respondo abriendo una galleta de avena que había traído al azar. — El examen de admisión está a la vuelta de la esquina, todo mi curso está como loco en la biblioteca. Ahora todos vivimos ahí.

— Te he estado viendo muy poco en estos días. —me dice. — Ya no es divertido ir sola en el autobús, no conozco a nadie.

Me reí.

— Cuando eres estudiante de último año, con un examen de admisión pisándote los talones, en lo último que piensas es en ir en autobus o conocer gente nueva.

Ella solamente me sacó la lengua antes de comenzar a comer en silencio.

Por sus gestos sabía que no soportaba mucho la comida picante.

Le extendí un poco de soju, ya que la botella de agua que había llevado me la había acabado yo.

— Woah, realmente como coreana soy una vergüenza. No soporto el picante.

— Eun, literalmente la envoltura tiene un ají, ¿esperabas que las papitas fueran dulces?

Ella rió aceptándome el soju que había abierto y tomó de la botella.

— Eun, te va a chocar. —le digo al ver cómo trataba de tomar todo de golpe.

— Sé que una de estas. —refiriéndose a la botella de soju. — Equivalen a siete vasos. Pero hoy no quiero pensar mucho.

Negué y le quité la botella de las manos.

— Para quitarte el picor creo que ya estuvo bueno. —ella me miró fijamente, algo enfadada y confundida.

— Si tomamos juntos probablemente no se vea tan mal. —me dice.

Volví a negar y dije: — No podemos tomar solos, tenemos que estar todos reunidos y con algo más en el estómago.

Ella sonrió y asintió.

— Eres como un Pepe Grillo. —me dice. — Siempre detrás mío diciéndome qué está mal y qué no. Pareces más un papá que un amigo.

Me reí algo avergonzado.

— Y aunque no me gusta admitirlo. Me gusta que me cuides. Me gusta mucho.

— ¿Es tu primera vez tomando alcohol? —le pregunto al ver que en efecto le había chocado el tomar mitad de botella de golpe.

Ella me asiente y me sonríe.

— Jamás me habría atrevido a tomar un sorbo de alcohol, realmente lo detesto.

Sabía que el soju nunca se andaba con rodeos y emborrachaba de inmediato, pero Eun parecía querer contarme algo, inclusive sintiendo que tenía algo de sobriedad.

— Tengo una mala relación en casa con mi padre y su tema con el alcohol. —me cuenta sorbiendo por la nariz. Estaba llorando. — Cuando era pequeña no lo veía mucho por trabajo, pero en Daegu las cosas eran distintas. Tenía una vida al lado de mi familia y amigos, tenía una casa amable en donde descansar sin sentirme en peligro a diario. Papá llegaba sobrio con una sonrisa en la cara y mucho amor para dar a mamá.