Casa de los Von Kloff, Múnich, Alemania-17 de Septiembre de 1914Faltaban 5 minutos para que el autobús recogiera a Guillermo, el se hallaba emocionado, revisó si tenía todo en regla, documentos, un poco de dinero, certificados médicos, etc.
Momentos antes de irse, le dio un abrazo a su padre, un hombre ya de edad avanzada, veterano de guerra y muy alegre por la oportunidad de su hijo, el mismo le dijo "Muchacho, espero que la pases lo mejor posible, no tengas miedo, ayuda a tus amigos y asusta al enemigo".
Luego, observo a su madre, que lo mira con los ojos llenos de lagrimas se le acerca lentamente y lo abraza, diciéndole en el oído "mi pequeño, por favor, no me importa que hagas allá, solo te pido que vuelvas en una sola pieza, por favor, no quiero que la próxima vez que te vea sea en un ataúd", ese momento para Guillermo lo marco, tuvo tal sentimiento que solo el amor de una madre puede dar.
Terminadas las despedidas se puso el sombrero y se retiro de su hogar para subir al autobús que estaba doblando en la esquina. En ese preciso momento observa la casa del frente, deshabitada por sus dueños, que se encontraban de vacaciones, en esa casa vivía la mejor amiga de Guillermo, María, a la cual él sentía algo aún no definido pero ya no la veía como una amiga, la miraba de otra manera, aun así no quería pensar en eso, solo buscaba enfocarse en presentar un buen servicio para el Káiser.
El autobús se detiene en frente de su hogar, se abre la puerta, se toma un par de segundo, hacia adelante esta su futuro, sus posibles nuevas amistades, una experiencia única y tal vez no muy placentera, todo eso solo atravesando una simple puerta de autobús, observa hacia atrás, esta su padre y su madre lo abraza, puede ver a su hermano saludándolo desde su habitación en el segundo piso, sonriente. Entonces tomo coraje y subió al transporte, saludo al chofer con un asiento de cabeza, observa hacia el fondo, ay pocos muchachos que miran la ventanas, como dando su último vistazo a la ciudad que los vio crecer, la ciudad que ellos conocen. Se va directamente al fondo, donde se halla un asiento vacío, así se encuentra con un muchacho que vivía a unas cuadras de su casa.
Hola amigo, bienvenido a bordo-le dice el desconocido.
Hola, somos los únicos acaso o faltan mas-le pregunto Guillermo algo confundido, solo había 4 muchachos contándose a sí mismo.
Tranquilo recién comienza el recorrido- le da como dato el joven.
Mientras su vehículo daba un recorrido por todo Múnich, se iba llenando de jóvenes de entre 19 y 23 años, que tomaron coraje y se preparaban para algo grande, sabían que iban a la guerra, así de simple, muchas cosas se le vienen a la cabeza a uno cuando esta por pasar por algo grande.
En el camino, vieron muchas cosas que le abrieron los ojos, venían casas de lujo, enormes, de familias acomodadas, que sus hijos iban con ropa muy fina, luego pasaban a la clase media, casas que se mantenían, construidas por sus propios dueños, personas luchadoras que sacaron adelante sus vidas y llevan una familia feliz. Por último fueron a los barrios pobres de Múnich, allí subieron un par de muchachos muy risueños, amigables y simpáticos, verdaderamente a todos les cayeron bien esos chicos, pues al ver su situación, casas pequeñas hechas de basura y tela, ellos vestidos con telas unidas, ropa de caridad y de mas. Esto es una lección para todos, pues aunque en la sociedad, todos seamos diferentes, en el ejército sin importar de dónde eres o como es tu situación, son todos iguales, seas rico, pobre o de más, todos están en el mismo agujero, peleando hombro con hombro por su bienestar, formando lazos.
Al cabo de 1 hora, el autobús se detiene en las puertas del Campo de Entrenamiento Bismarck, en Múnich.
Todos bajaron e ingresaron a este lugar desconocido para ellos, a un costado se podía ver soldados ya entrenados con sus característicos cascos que llevaban una punta a lo alto, al otro un centro médico, y otros edificios. En ese momento aparece un Oficial condecorado con la medalla más alta e importante que puede ofrecer el ejército, la Cruz de Hierro de Primera Clase, significaba que ese hombre hizo una acción increíblemente valiente.
Buenos días jóvenes cadetes, recuerden bien mis palabras, ahora entran como jóvenes inexpertos y temerosos, pero saldrán como soldados entrenados dispuestos a dar todo por Alemania y el Káiser.
Luego de tal asombro, todos entraron al centro médico, pues tenían que hacerse un estudio médico para detectar cualquier problema de salud que inhabilite al soldado.
Todos hicieron una larga fila y fue ingresando uno por uno, allí había varios puestos con enfermeras que estaban separados por cortinas.
Le toco a Von Kloff, ingreso a uno de los muchos puestos de salud, allí lo atendió una enfermera, todos los soldados esperaban que les tocara una joven muchacha soltera dispuesta a tener un pequeño amorío con ellos, solo para tener una estadía más placentera, pero esa no fue la suerte de Von Kloff, le toco una enfermera demasiada mayor, que usaba grandes lentes y era pequeña, con algo de sobrepeso.
Bueno, que apuesto muchacho, por favor siéntate aquí y te hare algunas preguntas-le saludo la señora.
Por supuesto-contesto positivamente.
Nombre, Guillermo Von Kloff, ciudad, Múnich, trabajo, Doctor, alergias, ninguna, religión, protestante, estado civil, soltero, tiene alguna enfermedad crónica, ninguna, grupo sanguíneo, AB+.
Bueno señor Kloff, parese sobre la balanza, bien, ahora aquí así lo mido, perfecto, ahora le hare un examen de visión y estaremos listos- le indicaba la enfermera al joven muchacho.
Luego del examen, salió tranquilo, y se reunio con los demás chicos que vinieron con él en el autobús.
Como te fue amigo, a mi toco una mujer casada, no estaba mal pero era algo mayor para mi gusto- le decía Conrado Strichmen, el chico que se sentó a su lado en el autobús y con quien entablo su primera amistad en ese lugar.
Jajá, bien creo, me atendió una señora bastante mayor y pequeña, pero ya esta, ahora mientras intento borrar su imagen de mi mente, que tal si vamos a averiguar que tenemos que hacer ahora-propuso Guillermo ahora que estaban listos y admitidos.
Un soldado les indico que se dirigieran hacia la Oficina Administrativa de la base, allí les asignarían una unidad y equipo. Fueron hacia el lugar indicado y los recibió un hombre mayor.
Buenos días jóvenes, que se les ofrece-pregunto cortésmente el señor.
Hola, ya pasamos por el Centro Médico, un cadete nos dijo que aquí nos asignarían una unidad y nos proporcionarían equipo- le explico el asunto el joven Conrado.
Pues estás en lo correcto, tomen estos papelitos y díganme sus talles, mientras les asigno una unidad- les pidió el señor, mientras ellos llenaban esos pequeños datos, el estaba allí revisando algunas carpetas y llamo a un Oficial de muy alto rango.
Luego de unos momentos, se les dio un uniforme de soldado (es la ropa con la que se combate, con la que entrenan las misiones militares que se desempeñan en combate), un uniforme de gala (es un traje militar con el que asisten a fiestas o reuniones, era obligatorio que lo tengan bien preparado) y un uniforme de entrenamiento físico y fueron asignados al Pelotón número 10, de la Compañía G del Sexto Ejercito Alemán.
Salieron del recinto y se dirigieron a su barraca, allí se encontraron con otros 2 muchachos que resultan ser hermanos, eran de un barrio de clase media de Múnich.
Hola muchachos soy Alfred Muller y el es mi hermano, Johan-los presento uno de ellos, eran muy idénticos, su única diferencia es que uno era un poco más alto que el otro.
Hola soy Guillermo-se presento Von Kloff, sentándose en una cama y dejando sus pertenencias sobre ella.
Yo soy Conrado, como les va-saludaba el muchacho risueño.
Luego de hablar por un rato ya se llevaban bastante bien, conocían cada aspecto de la vida de cada uno, tomaron confianza muy rápido entre ellos, eso es positivo ya que pasaran juntos mucho tiempo, entre ellos se contaban datos muy interesantes por ejemplo Conrado era judío, Alfred y Johan tienen 2 tías en Estados Unidos y Guillermo lee manifiestos políticos en su tiempo libre.
Varias horas más tarde aparece un hombre mayor, de al menos 55 años, uniformado, y usando el típico casco con la punta encima, llevaba múltiples medallas en el pecho lo que lo hacía alguien importante.
Bienvenidos cadetes a la Compañía G, la más condecorada del Sexto Ejercito, soy Bruno Von Estrangule, Teniente Primero, ven esta medalla (señalando su Cruz de Hierro) la gane gracias a mi valentía durante la última guerra, salve a mi pelotón cuando apenas era Cabo, tengo experiencia en varios ámbitos, ustedes serán como fuerzas especiales de la compañía, ya que sabrán hacer de todo, desde cocinar, hasta como cavar túneles debajo del enemigo, bien por ahora les diré lo básico, se levantaran a las 6, desayuno 6:30, entrenamiento físico desde las 7 am hasta las 11, a las 12 almuerzan, tendrán un descanso, desde las 16 hasta las 20 tendrán teoría, a las 21 se cena y a las 22 luces apagadas, en sus tiempos libres deben tener todo el orden y el regla, aquí es común que sin aviso hagan una inspección, alguna pregunta-se presento el Teniente, un hombre muy respetado en la Compañía pues esa medalla es testigo de lo que él fue capaz en la guerra Franco-Prusiana.
Sí, yo, como consiguió su Cruz de Hierro-pregunta Conrado, un apasionado por lo militar y quería tener una igual algún día.
Muchacho, ya estoy viejo y cansado de contar esa historia, pregúntale a cualquier soldado de la Compañía G, buenos señores, buenas noche-se despidió dejando incertidumbre y curiosidad a los jóvenes, entonces todos desesperados salieron a buscar a algún cadete y le preguntaron lo sucedido y él se los conto con un talento de narrador.
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Apocalipsis: El Comienzo del Fin
ActionÉsta es la historia del joven Von Kloff, aquel muchacho de veintitantos años con una vida feliz, un trabajo como Doctor bastante estable y una prometedora vida por delante. Todo ésto es cancelado por el destino, estalla la Guerra y este ferviente ap...