Bienvenidos Jovenes a Tierra de Nadie (Parte 1)

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Retaguardia Occidental, Yprés, Bélgica-4 de Septiembre de 1915

Luego de días viajando, la compañía G se hallaba en la zona segura del frente, llegaron en camiones, a su izquierda se hallaba una iglesia que funcionaba de hospital, a su derecha una ciudad, o lo que quedaba de ella, casas en ruinas, arboles destrozados, barro y tierra removida por doquier, hacia adelante siguiendo el camino, a unos 2 km se hallaba el frente, las trincheras, los soldados estancados en medio de un desastre.
Todos se dirigieron en filas y cantando canciones militares, como la Marcha hacia el Rin, en la que ellos juraban combatir y pelear contra los enemigos de Alemania, defender el Rin (rio que servía como frontera natural) hasta morir.
Una hora después, solo se veían pozos, un campo abierto destruido, alambre de púas, comenzaron a dispersarse por pelotones en las trincheras, de norte a sur, al ingresar veían jóvenes sucios y apestosos, desnutridos y mojados infestados de piojos.
Buenas tardes, quien es el Oficial al Mando-saludo Conrado en nombre de su pequeña unidad, solo eran 4 soldados ya que eran el ultimo pelotón de la Compañía.
Buenos días soldado, soy el Teniente Adolf Blitzcrank, estoy al mando de la trinchera 25, en la que se hallan ustedes, les explicare las reglas aquí, ven ese lugar de allí (señalando un bunker improvisado), es donde nos escondemos cuando bombardean, es un bunker algo improvisado pero salva vidas, si siguen ese camino se dirigen a las letrinas, busquen algún hueco contra las paredes de la trinchera donde dormir, las barracas se destruyeron hace 2 días en un ataque de artillería, por favor, no hagan tonterías, no quieran hacerse los valientes para sorprender a la unidad, la única forma de ganarse el respeto de estos veteranos es sobreviviendo tanto como ellos, estos muchachos llevan poco menos de 1 año combatiendo y aun pelean como fieras, no tengan miedo, solo cuídense- les dio algunos consejos el Teniente, un hombre voluntario, no muy viejo, tal vez 31 años, cuando él hablaba, nadie hacia el mínimo sonido, eso es símbolo de respeto extremo, esos hombres estaban dispuestos a seguir a ese tipo hasta el fin mundo si era necesario. Para ese momento eran las 12 del mediodía, aquí era libre la hora de comer, pero dentro de intervalos, se desayunaba entre las 7 y las 9, se almorzaba entre las 12 y las 14 y se cenaba entre las 22 y las 00.
Mientras los jóvenes se intentaban instalar en un hueco lleno de barro y agua, un soldado experto les da unas mascaras con forma rara, desconocidas para ellos.
Disculpa amigo, que es esto-pregunta Johan desconcertado.
Soldado, esto es una máscara de gas, ahora tenemos una nueva arma, el gas-le contesta el combatiente.
¿Gas?-pregunta Alfred.
Si, los ingleses lanzan artillería que suelta gas al impactar, ese gas te quema los pulmones y no te deja respirar, si tienes suerte el gas te asfixia rápidamente y casi no sufres, si llegas a sobrevivir, un efecto secundario es que te quedas ciego indefinidamente, algunos recuperan la visión, otros quedan ciegos de por vida, ya tuvimos muchachos novatos como ustedes, ya murieron la mayoría por su inexperiencia, por favor quédense atrás nuestro y sigan nuestros consejos, lo que menos queremos son más bajas-les explicaba el cadete.
Entre ellos se miraban y se empezaron a preocupar, no fueron entrenados para combatir contra el gas, como peleas contra el aire, solo huyes y cuanto tiempo tarda para que se vaya.

Apocalipsis: El Comienzo del FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora