Estrategias Militar (Parte 2)

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Verdún, Frente Occidental-21 de febrero de 1916

"Toda la noche sonaron los cañones, era incesante el fuego de artillería, si yo la paso mal que no me pegan, me imagino cómo será para los franceses que además de los estruendos, sienten el impacto de los proyectiles...", escribía Guillermo en su diario hasta que el comandante les ordeno a los soldados alistarse para el combate.
Muchachos prepárense, mensaje del Capitán-les decía Conrado a los muchachos que estaban desayunando.
Bueno, que creen que hagamos hoy-preguntaba Johan con la boca llena de pan.
Ni idea, pero algo grande seguro-contesta Alfred.
Yo creo que si se-habla Alger.
Haber, dinos-le dice Conrado.
Bueno, ayer cuando hablaba con el cocinero, ya saben Ghermán, me dijo que escucho hablar a los oficiales de un gran ataque, es por eso que en las últimas semanas llegaron tantos hombres, es por eso que nos hicieron levantar tan temprano y es por eso que lanzaron artillería toda la noche, me dijo que atacaríamos la fortaleza verde-explicaba Alger.
¿Fortaleza Verde?, o fortaleza de Verdún-lo corrige Guillermo.
Si, la misma, la de Verdún, también me dijo que la idea es tomarla rápidamente y la guerra será nuestra-acababa su argumento el muchacho.
Bueno sea como sea, solo espero sobrevivir otro día-daba su opinión Johan.
Todos asentaron cabeza como teniendo el mismo deseo, al terminar de desayunar, recogieron sus cosas, se colocaron las mochilas, sacaron toda la munición que podían llevar de la caja de armamento, limpiaban sus fusiles para matar el tiempo, además era necesario para evitar que se atasquen, no quieres que a punto de disparar se te atasque y el enemigo te mate. En eso contaban algunos chistes, historias, anécdotas, lo que sea para pasarla bien los momentos finales antes de combatir. Los oficiales les ordenan acomodarse para salir, todos se formaron observando la fortaleza a muchos metros, pero aun así se veía, con varias torres, un pozo, parecía imponente, los comandantes decididos tocan los silbatos que comunicaban al soldado que debía avanzar y pelear.
3 batallones del Ejército Alemán se abren paso hacia el fuerte, no existía la resistencia, ese mismo día y el siguiente avanzaron hasta 5 km sin problemas, hasta que en un claro se divisaron 2 batallones franceses, los soldados listos para el ataque se posicionaron, la Compañía G lideraba el carril central de la avanzadilla, el Decimo Pelotón compuesto por 5 hombres estaba listo para servir a su país, esa misma mañana todos se confesaron ante el capellán del batallón, estos hombres, que ya pasaron suficiente tiempo en la guerra, por un momento se despreocuparon de la muerte, por primera vez, desde que llegaron, que no les importo nada, estaban dispuesto a matar o morir, dejaron de pensar, se pusieron rabiosos, calaron bayonetas, tomaron un par de respiros y comenzó la contienda, todos corrieron desenfrenados con una locura que se sentía a kms, ambos ejércitos se juntaron, algunos se detuvieron para abrir fuego, otros fueron al cuerpo a cuerpo, entre disparos, gritos y sangre, Guillermo socorría a sus compañeros, un soldado del Cuarto Batallón había sido herido en el brazo, le rompió la camisa y expuso la herida, le hecho agua, le quito la bala que por suerte estaba superficialmente, le aplico un torniquete y llamo a sus camilleros, luego continuo con sus compañeros, los 5 eran muy coordinados, formaban en estrella, los 3 de adelante disparaban y los 2 de tras resguardaban cualquier ataque cuerpo a cuerpo, así combatieron por 2 días hasta que los franceses huyeron.
Al cabo de algunos meses, el cambio de estación y la toma del Fort Douaumont. Las bajas se contaban por miles para alemanes y franceses, aun así el Ejercito del Káiser avanzaba más hacia el sur y los Generales Franceses se quedaban sin ideas hasta que algo increíble sucedió.
Las pesadas armas de los alemanes martillaban el Fort Souville, los alemanes decidieron ingresar al fortín, sin oposición pero con un terreno difícil comienzan a angostar la línea.
Esto es malo-dice Conrado.
Si amigo, no hay nada ni nadie-le responde Johan.
Sin previo aviso comenzaron a caer obuses de artillería francesa y los soldados se desesperaron. Todos agachaban la cabeza y buscaban la forma de escapar. Soldados Franceses salían de todos lados de la fortaleza, los alemanes caían de a 1 a la vez, muchos murieron, los Alpes Korp y el Ejercito de Baviera se redujo a unos pocos suertudos que lograron escapar. Pero quedaba el Batallon donde estaba la Compañía G.
Muchachos que hacemos, el Capitán murió por un obús, nos estan matando a todos, no se puede avanzar-Se desesperaba Alfred.
Calmate maldita sea, concentrate hermano- lo sacudia Johan.
En ese preciso momento sono un estallido de fusil, demasiado potente para ser de cualquier soldado, era de francotirador. La bala se incrusto en la espalda de Alfred, lo perforo por completo, Alfred cae sobre Johan derribandolo, en palabras casi claras, soltando sus ultimos alientos de vida pronuncia "Johan, sobrevive, hazlo por mama, dile que la amo". Su mirada se perdio en la nada, habia muerto a los 19 años de edad.
Dias despues se retiraron, fueron enviados a otro frente. El Ejercito creia que el cambio de panorama le haria bien a sus soldados.

Apocalipsis: El Comienzo del FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora