Mientras Von Kloff se encontraba algo bajo de moral por los ataques de gas y los asaltos del enemigo tanto de día como de noche, lejos de casa e intentado sobrevivir cada instante, en Alemania la especulación de la guerra es totalmente distinta, todos creían que ganaban la guerra sin problemas, con bajas mínimas y que la forma más eficiente de acabar esto rápidamente es colaborar con el gobierno y enlistarse, con mas soldados será más rápido el avance y se capturara Paris y toda Francia caerá, pero la realidad es que tanto los Alemanes como los Aliados estaban en un punto muerto en la contienda, la guerra de trincheras era muy compleja, pues el ataque era difícil ya que los soldados corrían hacia las ametralladoras que masacraban a los asaltantes.
Aun así los jóvenes eran enlistados y reclutados a montones, el entrenamiento se acelero y los muchachos iban al frente en solo 6 meses, Alger ya tenía 18 años, el día siguiente a su cumpleaños se fue como voluntario y pidió que lo integren a la unidad de su hermano en la Compañía G, para su suerte fue entrenado por Estrangule y al cabo de 6 meses, paso de ser solo un muchacho a todo un soldado.
Tomo el tren para el frente que ya había abandonado Yprés, los alemanes seguían avanzando por el territorio francés.
Era noviembre de 1915 y Alger junto a algunos compañeros viajaron por el ex terreno de guerra, todo estaba destruido, bosques, pueblos, iglesias, era una escena implacablemente maligna, cráteres por todas partes incluso cuerpos, cruces clavadas en el suelo señalando muerte.
Mientras los escuadrones de cientos de hombres marchaban hasta las trincheras que no se encontraban tan lejos, escucharon un ruido, un estruendo que era señal de peligro, en segundos los 250 novatos se lanzaron al luego cubriéndose la cabeza con las manos, pero en cuanto no oyeron un impacto se percataron que el fuego no era contra ellos, al contrario, era fuego amigo dirigiéndose a las trincheras francesas.
Luego de levantarse y agruparse continuaron su marcha para asistir a las tropas cansadas del Káiser.
Al fin Alger llego a las trincheras donde, al igual que Guillermo se repartieron a lo largo de la zona defensiva, el muchacho comenzó a preguntar a cada soldado que veía si conocía a Guillermo Von Kloff pues él hace mucho que no sabía sobre su hermano, no sabía donde se hallaba ni como se encontraba, luego de dar vueltas por toda la línea alemana al fin lo encontro en un pequeño hospital improvisado donde se atendían a los heridos, Guillermo estaba tratando una herida de bala superficial en una pierna que ya casi terminaba de curar, se lavo las manos, tomo un respiro y se puso el casco, agarro su fusil y cuando se dio vuelta vio a un muchacho joven, limpio, eso quería decir que era nuevo, al reconocerlo mejor dedujo casi al instante que se trataba de su hermano, hace más de año y medio que no se veían, juntos emocionados se abrazaron y se saludaron ambos tenían una sonrisa en sus rostros, un momento memorable para ambos hermanos.
Hermano, como estas, hace tiempo que no te veo-hablaba Guillermo a Alger.
Mucho mejor que tu, te lo aseguro jajá- le hablaba a Guillermo, la imagen que tenia de él había cambiado, antes de irse de casa era un joven bien parecido, elegante y limpio, con un bigote tupido, típico de un buen hombre alemán, ahora estaba sucio, con un uniforme mugriento, cabello largo y una barba extensa, su rostro con un poco de sangre y tierra, sus botas llenas de barro, evidentemente la guerra cambio a su hermano.
Ja! Si supieras por lo que hemos pasado en estos meses, aun así ya lo sabrás, hace mucho que los franceses no se lanzan en combate, apuesto a que pronto sabrás que estuvimos haciendo por aquí- le decía Guillermo mientras caminaba con su hermano hacia su pequeña barraca.
No veo el momento de poder combatir-decía ansioso el inexperto Alger, que aun desconocía la guerra.
Y como esta Múnich, como está la familia-le pregunta Guillermo, pues el avance alemán hace que la distancia hacia la madre patria sea mayor, por lo que el correo tardaba un poco más que antes.
Mama reza por ti todas las noche y al parecer ahora por mi también, papa está constantemente leyendo el diario y habla con sus amigos del ejercito para conocer mejor la situación en el frente, en cuanto a María, te manda muchos saludos y espera una carta tuya-informaba de las ultimas noticias Alger a su hermano desinformado.
Está bien, al parecer todos están tranquilos en casa, eso es bueno, mira estos son mis amigos, nos entrenamos juntos y buscamos sobrevivir aquí-le presentaba Guillermo al equipo.
Hola muchacho, soy Conrado-saludaba con la mano.
Yo soy Johan y este es mi hermano, Alfred-se presentaban los Muller.
Yo soy Alger-saludo cordialmente el segundo Von Kloff.
Luego de buscarse un lugar en la trinchera y de poder tomarse un descanso, Alger uso el momento para hacerle una pregunta a su hermano.
Todavía tienes el libro en blanco que te envió papa-interrogo el muchacho.
Si, lo uso como diario de combate y también le saco hojas para escribir cartas-le contestaba su hermano.
Genial, papa me dio uno propio antes de irme para acá-decía Alger.
Comenzaba el diciembre de 1915, muchos soldados esperaban que esta locura acabase para antes de navidad, muchos no habían podido ver a sus familias desde que se enlistaron hace un año.
Los días pasaban y los alemanes decidieron detener su avanzada por un par de días antes de navidad, querían evitar que los soldados estén cerca del enemigo, pues la navidad anterior hubo una tregua entre ambos bandos por navidad, según se rumorea que en vísperas de navidad soldados franceses e ingleses cofraternizaron con soldados alemanes, deteniendo el combate durante 2 semanas, según se dice, el Alto Mando al saber de esto arresto a las unidades involucradas y fueron ejecutados, aun así nadie estaba seguro de que eso era real o una simple historia para que los soldados no piensen en interactuar con el enemigo.
En víspera de navidad, las unidades nuevas estuvieron de guardia, mientras que las unidades más viejas y cansadas celebraron y se emborracharon, por primera vez en mucho tiempo se sentían bien en un lugar lejos de casa.
Guillermo aprovecho el momento de paz y la situación para reflejar sus emociones en su diario, "es 24 de diciembre de 1915, ya han pasado varios meses desde que estoy en este lugar, en tierra de nadie, lejos de casa y lejos de mi familia, ah excepción de mi querido hermano Alger, hasta ahora ha tenido un simple pantallazo de lo que es la guerra, el piensa que todo es genial, que la guerra está ganada, pero los más experimentados sabemos que el ejército Francés prepara algo grande, aun así la moral es alta, espero sobrevivir junto a mis amigos y mi hermano y regresar a casa sanos y salvos".
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Apocalipsis: El Comienzo del Fin
ActionÉsta es la historia del joven Von Kloff, aquel muchacho de veintitantos años con una vida feliz, un trabajo como Doctor bastante estable y una prometedora vida por delante. Todo ésto es cancelado por el destino, estalla la Guerra y este ferviente ap...