Me senté en la camilla tratando de calmar todo, pero no podía Klaus ¿que diablos haces?
—_____ —me llamó una voz femenina—, ¿estas bien? — la reconocí, era Lila.
—¿Como me encontraste? —pregunté limpiando mis oídos.
—Soy como un gato —se vanagloreo—, ¿que te pasa? ¿Le habló a alguien? Le diré a...-
—No, esta bien, a veces pasa —dije media repuesta.
—¿a veces pasa? ¿Estas enferma? Le diré a Cinco que...-
—No Lila, no le hables a nadie, esto pasa... —pronto sentí de nuevo una vibracion fuerte, tal vez la bocina de un coche, apreté los ojos y ahogue mis ganas de gritar y arrancarme el cabello del cuero cabelludo—, ...pasa por... por mi mellizo... —logre decir.
—Pero... estas sudando, y sangrando... debo ir por Diego o Cinco seguro ellos saben que hacer y-
Pronto la academia comenzó a temblar y algunas cosas se caía, mientras que la estructura se coarteaba, el ruido era muy fuerte pero yo lo escuchaba mil veces peor.
—¡_____ tenemos que salir! —exclamó Lila tratando de levantarme pero mis fuerzas eran pocas.
—No puedo Lila, ve... vete, ve con Diego.
—No puedo dejarte, Diego no me perdonaría si dejo a su amuleto de la suerte, yo no me perdonaría dejarte —estruendos se escuchaban, la estructura ya no era firme en lo más mínimo.
—Lila vete —pedí de nuevo.
—No te muevas de aquí, iré por alguien —aviso saliendo.
Mi cuerpo temblaba, y el calor en mi cuerpo era increíblemente anormal, esperaba que ella logrará salir de la casa y no pudiera pedir ayuda, era muy peligroso estar en la casa, sola no iba a poder salir pero tampoco era una opción tocar mi cuerpo hirviendo.
—_____ —no podía distinguir a la persona que me hablaba.
Pronto ya no temblaba nada pero los ruidos eran más fuertes como si hubiéramos cambiado de lugar, quería gritar, senti como si unos brazos cubrieron mi cuerpo y limpiaban la sangre y algo de sudor.
—No lo se, ¡solo estaba así! —gritó Lila, cuando pude volver a escuchar a los presentes.
—Cinco tenemos que irnos —anunció Diego y sentí como me cargo en brazos, se quejó un poco—, estas hirviendo —murmuró y me acomodo en el coche, del lado de la ventana.
Conforme nos alejabamos de la academia y en carro avanzaba me sentía un poco más repuesta, aún tenía mucho calor, pero los ruidos habían cesado.
Por fin llegamos al hotel, y todos se bajaron y comenzaron a esparcirse, me baje con algo de equilibrio, y camine por mi cuenta, Diego se aseguró de que pudiera moverme por mi cuenta, recuerdo haber dicho que me sentía mejor. Y Cinco no dejaba de preguntar por Klaus.
—¿Estas segura que te sientes mejor? —preguntó Lila algo preocupada.
—Estoy mejor ¿ya llego Klaus? —pregunte.
—No lo sabemos, parece que no —contestó Diego.
Todos se acercaron para hablar en conjunto sobre lo que había pasado, Lila me cedió su lugar amablemente y me senté sintiendo como los guantes quemaban, me los quite y pude ver algunas heridas de quemadura y lo irritadas que estaban.
—Entonces ¿como es que seguimos aquí si todo el universo se esta yendo a la mierda? —comenzó Allison.
—Quizá seamos los últimos —comentó Viktor.