Nuevas inquilinas

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¿Alguna vez han mirado por la ventana y han encontrado el amor de su vida?

Eso le pasó a Chaeyoung, una nena de apenas 13 años, que vive en Guadalajara, México. Sus padres trabajan casi todo el día y ella la pasa sola mientras tanto.

Le gusta la música, toca la guitarra y es vocalista en la banda des grupo del taller de música, en la escuela. En su casa se entretiene leyendo o dibujando figuras raras, de hecho le gustan las cosas grotescas, por lo que su cuaderno tiene dibujado uno que otro monigote con adornos en todos sus cuadernos. 

No es muy sociable y es tímida fuera de su círculo social. Aunque manifiesta bastante bien su forma de ser. Se siente orgullosa de saber quién es y demostrarlo... pero, puede que eso cambie al pasar los días.

Ahora mismo está sentada en el piso dibujando, viendo las nubes que han pasado de ser blancas a estar matizadas con una sombra entre naranja y rosa; las acuarelas intentan dar ese efecto en sus dibujos. Cuando el vecino frente su departamento pero de 3 pisos inferior; le pone comida a su perrito Pomeranian y la distrae un rato robándole una sonrisa al ver al perro dando vueltas mientras le sirven.

Su mirada distraída vaga por los demás departamentos y observa a una vecina haciendo la cena para su familia; sus hijos están viendo la televisión.  Un chico en la esquina del edificio está quitando la ropa tendida que ya se ha secado.

La mayoría de los departamentos están sin vida porque sus inquilinos deben estar trabajando o aun no se han rentado y están vacíos. 

Baja la mirada y mira a niños en la cancha de basquetbol jugar al avioncito y parecen  hormigas desde su piso, ya que gracias al esfuerzo de sus padres, puede darse el lujo de vivir en el penthouse y tener el roof garden para ellos, a veces sus papás hacían carne asada e invitaban a sus tíos y amigos.

Quisiera tener amigos en la unidad habitacional, para pasar el rato con alguien... ella sólo, lee, o practica un poco con la guitarra o ve algunas películas o dibuja como ahora, que el cielo se ha oscurecido y le da pereza prender la luz para seguir dibujando, sólo espía lo que hacen los demás vecinos.

Era conocido que el vecino que tiene  frente a su departamento, no vivía ahí, sino que lo rentaba por días o por cortas temporadas. A veces lo ocupa una familia, a veces un hombre de negocios, a veces una pareja

Y casi como si se preguntara quién sería la siguiente persona en rentarlo; la luz de esa sala se encendió y dio paso a una mujer esbelta, con el cabello largo y lacio de color rosa que le cubría el rostro, cargando muchas bolsas de plástico del supermercado cercano... ella se imagina que era hermosa. 

Tras ella, otras dos chicas entraron, una con el cabello rubio sobándose el estómago y se la imagina estar quejándose de hambre por el puchero que tiene, la otra de cabello negro camina con las puntas de los pies hacia afuera, arrastrando una gran maleta y otra mediana,  sólo se ríe de la  rubia y le enseña algo en su celular u a vez que entraron a la cocina.

Quizá era un trio de amigas foraneas que vinieron juntas de vacaciones. O quizá eran primas... Se entretuvo viéndolas, les inventaba diálogos que pudieran decirse, parecían cercanas y mientras la morena, llenaba el refrigerador; la rubia abría una bolsa de cereal y se metía un puño de Zucaritas a la boca. La que entró primero fisgoneaba el departamento, aquella pelirosa abrió más las cortinas y se deleitó con la vista que ofrecía el penthouse, miró por la ventana y pudo ver su rostro.

Era hermosa. ahora lo podía asegurar. 

A los 13 años poco sabía del amor; lo que ha visto en las películas, o leído en cuentos. Pero cuando su ojos se encontraron: una mágica sensación se apoderó de ella. 

La sonrisa que le recibió fue suficiente para hacerla correr a su cuarto y meterse dentro de las cobijas. 

Esos hilos entretejidos que la envolvían eran el mejor blindaje contra fantasmas, vampiros y el coco; pero ahora, la protegían de la vista de una hermosa mujer que le generó un no sé qué, que qué sé yo en su pancita. 

Se rió de ella misma por haber reaccionado así y se consoló diciéndose con confianza. 

Bueno, estoy chiquita... sólo tengo 13 años, es normal sentir estas cosas ¿No?

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ヽ(=^..^)ノ ☆ Miau ☆ ~(^.˳̫̬.^ 彡)ノ 

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Prrrfff Gracias. (^..^)ノ

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