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Minho había llegado a su casa alrededor de las seis o siete de la tarde, no sabía con exactitud.

Una vez llegó, se dio un largo baño, y unos minutos después de que salió, Hansel había llegado.

Aunque quería estar solo, no le molestaba tanto que Hansel haya llegado, es más, le venía bien.

Tenía una energía renovada, y estaba bastante alegre, se sentía conectado nuevamente con su entorno.

——Te veo muy feliz ——comentó Hansel, dejándo en frente suyo una taza de té.

Minho obeservo la taza, y una sensación rara lo invadió, había algo en él que le gritaba que no tome la taza.

——Sali a caminar ——contó, mirando a Hansel.

——¿Le avisaste a Chan?

——No. Simplemente salí.

——Minho... Debes avisarnos, no puedes sslir así nomas. ¿Y sí te pasa algo?

——¿Qué me puede pasar? Deja de cuidarme tanto, puedo cuidarme yo solo.

——Es peligroso, ¿y sí te desmayabas o algo así?

——¿Por qué me desmayaria?

——Minho, tienes desmayos continuos.

——Lo sé. Pero eso es raro. Solo me pasa aquí. Creo que la casa es el problema.

——De todos modos, debes ser precavido. Quizás hoy no te paso nada, pero te puede pasar otro día.

Minho rodó sus ojos, y levantando su mirada, viendo una sombra de un extraño color amarillo detrás de Hansel.

No tenía miedo, no sentía a su corazón palpitar, solo veía como esa sombra parecía palpitar.

——¿No vas a tomar el té? ——cuestionó Hansel.

——No. Puedes tomarlo tú si quieres.

Hansel se levantó y agarró la taza, tirando su contenido en el lavado.

Minho se sorprendió bastante cuando vió salir de ella, un color amarillento.

Solo agitó su cabeza, creyendo que estaba alucinando o alguna cosa parecida.

Hansel volvió a la mesa y continuaron hablando, pero la sombra amarilla ya no estaba.

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