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Capítulo 14

La villa de Christopher Bang era impresionante. Llegaron justo cuando el sol se estaba poniendo sobre el lago de  Jinyang,  y  Niki  se  detuvo,  asombrado  por  la  pura  belleza  del mismo. 

El  agua  brillaba  como  diamantes  al  reflejar  la  puesta  de sol,  y  las  altas  montañas  que  rodeaban  el  pintoresco  lago  lo hacían sentir increíblemente pequeño.

—Maldita sea, —susurró, todo el cansancio después del vuelo transatlántico desapareció. 

Volvió la cabeza y encontró a Park mirando el lago con una expresión muy extraña, las manos en los bolsillos de su pantalón de traje. ¿Era esa nostalgia en su mirada?

—¿Lo  echabas  de  menos? —Niki   dijo  antes  de  que  pudiera detenerse. 

—Estados  Unidos  también  tiene  lugares  hermosos, —dijo Park sin ninguna inflexión en su voz.

—Pero no es en casa, —dijo Niki en voz baja. 

Park no dijo nada.

Niki  miró  su  duro  perfil.  No  se  había  perdido  el  cambio  de humor  de  su  jefe  desde  que  aterrizaron  en  Sacheon. 

Había  algo... diferente en  él,  en  la  forma  en  que  se  portaba.  Incluso  su  voz sonaba  un  poco  más  suave,  más  melódica  cuando  hablaba  en coreano, y Niki se sintió fascinado, deseando entender el idioma.

Había  otra  diferencia,  y  una  que  puso  un  poco  nervioso  a Niki. Dos guardaespaldas con trajes oscuros ahora los seguían a todas partes, con rostros sombríos y en blanco. Hizo que Niki se sintiera un poco nervioso y ridículo, como si hubiera terminado en una   película   de   gánsteres.   Park   apenas   pareció   notarlos, ignorando por completo su presencia.

Cuando Niki agarró su maleta, Park dijo brevemente: 

—Déjala. Changbin y Taehyun se encargarán de nuestro equipaje—. Luego puso su mano sobre la nuca de Niki y lo condujo hacia la hermosa villa.

Dos hombres salieron de la casa. El hombre mayor tenía más o menos la estatura y la edad de Park, o tal vez un poco mayor, sus ojos oscuros evaluadores y agudos mientras se movían entre él y Park. 

—Bienvenido, —dijo,  su  voz  neutral  mientras  estiraba  su mano para que Niki la estrechara. —Christopher Bang.

Niki  le  estrechó  la  mano,  un  poco  sorprendido  de  que  lo saludaran primero. Había pensado que simplemente lo ignorarían. 

—Nishimura  Riki, —dijo,  lanzando  una  mirada  confusa  a  su jefe. 

El rostro de Park no delataba nada, su mano todavía en la nuca de Niki, pesada y familiar.

—No  sabíamos  que  ibas  a  traer  a  alguien, —dijo  Bang  en el  mismo  tono  cuidadosamente  neutral,  con  la  mirada  fija  en Park.

Finalmente le estrechó la mano. 

—¿Es  eso  un  problema? —Park  dijo,  su  voz  igualmente reservada.

—¡Para  nada! —Dijo  el  tipo  al  lado  de  Bamg,  su  acento de alguna región   obvio. —Cuantos  más,  mejor—.  Era  un  hombre  joven, probablemente  de  unos  veinte  años,  con  una  mata  de  cabello dorado oscuro y rizado que lo hacía parecer incluso más joven de lo    que    probablemente    era.    Estaba    vestido    de    manera extravagante,  su  camisa  floral  y  pantalones  cortos  contrastaban fuertemente con la camisa de vestir azul y los pantalones oscuros de Bang.