Capítulo I

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Un suceso repentino por más mundano que sea, puede terminar por abrir una brecha multiversal

Una canción bastante conocida por el mundo entero inundaba cada rincón de la casa. En una mañana pacifica de primavera, lo único que deseaba Kim Yoongi era que su hermano apagara la maldita radio.

Al ver que Taehyung no acataba sus órdenes mentales. Salió de la cama con el cabello revuelto y una expresión más amargada que de costumbre, su humor no podía estar peor luego de la noche anterior.

Sin avisar, abrió la puerta de la habitación continua. Dejando ver a Kim Taehyung saltando sobre su cama mientras canta a todo pulmón Everybody wants to rule the world.

—¡Apaga la música en este mismo instante! —gruño Yoongi, mientras inconscientemente pasaba repetidas veces su mano por el liso cabello negro, tratando de tranquilizarse y no lanzar a Taehyung por la ventana.

Su hermano hizo caso omiso, tomo entre sus brazos la radio antes de que Yoongi la alcanzará. Él sabía que no había sido un prudente regalo de navidad; pero no podía quejarse, habían pasado años desde que sus padres tuvieron algún detalle así con ellos.

El lado negativo es que ahora le tocaba seguir a su hermano por toda la casa, descalzo y con un dolor de cabeza horrible.

—¡Regresa acá, mocoso insolente! —su voz se notaba inestable, las condiciones del Kim mayor no eran las mejores; digamos que el deporte nunca fue lo suyo.

Por otro lado, Taehyung no podía disfrutar más de la situación. Aún con la ropa de dormir puesta y sin haberse cepillado los dientes, podía decir que este era uno de sus mejores amaneceres.

Sus padres no estaban, solo era la música y su hermano molesto.

¿Qué más podía pedir?

—Cada día que pasa te pareces más al abuelo, Gigi.

—Si vuelves a decirme Gigi una vez más te mato.

—Recuerdas que soy más alto y practico natación, ¿no? —Se burla el menor—. Soy tan ágil como una pantera y fuerte como un gorila.

—Y yo tengo una mente racional —Taehyung no lo entendió hasta que Yoongi lo detuvo de golpe, tomando su radio y dejando que la cara de su hermano besara el piso.

Al levantarse la música se había ido y en la casa creció un melancólico silencio.

—Eso dolió Gigi.

—Te imaginas que padre llegue y escuche todo ese escándalo —asevero el mayor, recordando lo poco paciente y violento que era su progenitor—. Ambos estaríamos sangrando en este momento.

—Justamente por ello debemos disfrutar cuando no está. Sabes que después de una discusión como la de ayer con madre, él desaparece por un par de días mientras ella se queda en la casa de su jefe —a Taehyung le dolía ver en lo que su familia se había convertido, eran un hogar roto y destrozado—. Tendremos paz, aunque sea por esta semana.

—Solo ten cuidado Tae, evitemos conflictos hasta que podamos irnos en el verano —sonrió tristemente Yoongi.

Los hermanos Kim tenían un plan claro y conciso; habían pasado noches enteras estudiando y trabajando en el cine, la cafetería y podando el césped de los vecinos, para así poder alcanzar la forma de salir de allí.

Estaban a un par de semanas de que confirmaran la beca de ambos para una de las mejores universidades del país. En la capital, lejos de la pequeña ciudad que los ahogaba cada día.

—Está bien, prometo comportarme en la casa. Pero no te aseguro nada en el campamento —el castaño le dedico una sonrisa maliciosa, a lo que el mayor cayó en cuenta de que día era.

Singularity | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora