Singularity | kookv

Capítulo X

Por un instante el universo se congeló... Dándole paso al caos

00000m. A.L.

Las manos de Taehyung jugaban inquietas con la pelota entre sus dedos.

Dentro de la oficina frente a él, se encontraban sus padres hablando con su profesora de cuarto de primaria. Últimamente su comportamiento había cambiado, dejando de ser el chico alegre y juguetón a preferir aislarse y siendo grosero con todo aquel que se atreviera a dirigirle la palabra. 

No hacia sus deberes y había tratado de escapar de la escuela un par de veces. 

Para su maestra no era un misterio saber de donde provenía ese cambio de actitud, si un niño cambia de forma tan radical es porque su hogar también lo hizo. 

Y lastimosamente no se equivocaba. 

La relación de sus padres se desgastaba con cada día que pasaba, sus peleas eran más recurrentes y los gritos se acompañaban con golpes y empujones. Taehyung lo veía todo, solo al final del pasillo. Yoongi había decidido pasar algunos días con la abuela cuidándola luego de su operación de cadera.

Yoongi al ser dos años mayor que Taehyung y quien había madurado más rápido para poder protegerlo, siempre había inventado la forma de que Taehyung no viera las peleas de sus padres. Pero sin su hermano, Taehyung se encontraba a la intemperie viviendo un infierno que ningún niño debería vivir. 

En ese momento deseaba haber podido controlar sus emociones y ser capaz de fingir que todo estaba bien. Ya que cuando saliera de la escuela, todo seria mucho peor. 

La puerta se abrió de golpe, dejado ver al monstruo que vivía con él: su padre. 

—Campeón tu maestra nos ha contado lo que te ha pasado —su tono es hipócritamente comprensivo.

La maestra y su madre los observan desde la oficina. Su padre se acerca y se arrodilla frente a él, y es cuando su mirada se transforma por la rígida e inhumana a la que está acostumbrado. 

—Desearas haber hecho tu tarea estúpido niño —susurro para luego sonreírle—. Siempre he pensado que eres un marica inútil, me gustaría pensar que ni siquiera eres mi hijo, pero por desgracia te pareces demasiado a mí. 

—Padre, lo siento—contesto con la voz temblorosa, conteniendo las lagrimas y tratando de fingir—. Prometo hacer mis tareas y portarme bien. 

—Confío en ti, Tae —esta vez su voz era lo suficientemente alta para ser escuchado por ambas mujeres—. Sabes que puedes hablar con nosotros cualquier problema que tengas, estamos para ti. 

Taehyung fingió una sonrisa y una pequeña lagrima cayo por su mejilla.

—Ya casi vamos a casa, espera un poco más —fue lo ultimo que dijo antes de levantarse y volver a la oficina. 

El miedo que sentía Taehyung lo guio a tomar una decisión desesperada: escapar. 

Con cuidado bajo de la silla sin hacer ruido sosteniendo aun en sus mano la pelota. Comenzó a correr sin rumbo, esa no era su escuela, sino el edificio de secundaria; lastimosamente la maestra había pautado la reunión allí, ya que la escuela se mantiene cerrada en la noche.