Capítulo IX

218 22 38
                                    

¿Quieres vivir el mejor momento de cualquiera de tus vidas?

00000m. A.L.

Jungkook jamás había alquilado una cabina telefónica.

Jamás había querido hablar con nadie que se encontrara en el otro hemisferio de la tierra. Ahora tomaba asiento en una fría silla de metal, marcando una cantidad exorbitante de números en el teléfono con la esperanza de hablar una vez más con su padre.

Hace algunos días una carta le había llegado, técnicamente, era dirigida tanto a él como a Jin. Sin embargo, el hermano mayor decidió ignorarla por completo. No existía razón en la tierra para Jin que pudiera justificar el abandono de su padre. Así que le dijo a Jungkook: "No perderé tiempo con alguien a quien le importamos tan poco, y tú tampoco deberías".

Claramente, Jin ya era un adolescente capaz de ver a sus padres como personas con muchos defectos, a diferencia de Jungkook quien seguía siendo un niño que creía fielmente que sus padres eran las mejores personas del mundo.

Por lo que con nobleza y esperanza leyó la carta. Allí su padre le daba cien mil razones con las que justificaba sus acciones, le prometía un futuro en Corea y le repetía que todo lo hacia porque los quería.

Jungkook le creyó por un par de años más. Le era costumbre ir cada semana a tomar ese teléfono y hablar con su padre de la vida y como esta sería mejor cuando se volvieran a encontrar. Hasta que una tarde, el teléfono lo mando a buzón.

 Al día siguiente paso lo mismo.

Y al que le seguía.

Y él que seguía de ese.

Jungkook se preocupo tanto, la única explicación que se le ocurría es que su padre se había metido en problemas, o que algo realmente malo le había sucedido como para que faltara a su llamada semanal.

Una tarde su madre le dijo la verdad:

—Tu padre esta bien. No te preocupes por ese bastardo.

—¿Cómo sabes eso?

—Sigo teniendo contactos en Corea, por cosas de negocios tuve que comunicarme con una vieja amiga. Me conto que vio a tu padre bastante contento.

—¿En serio? —una sonrisa surgió en su rostro, así como un gran alivio. 

—Sí, es feliz con su nueva familia —pronto el alivio se sintió como un golpe en el estomago. 

—¿Nueva familia?

—¿No te lo conto? Se ha vuelto a casar, y pronto tendrá otro hijo.

—Pero él prometió que me llevaría de regreso a Corea. Estudiaré en la universidad de Seúl...

—Hijo, no quiero ser mala. Pero eso no pasará, él nos ha dejado de lado.

—No, él no haría eso —su madre siempre hablaba mal de él, por lo que no quería escucharla. No le importaba ser el único que siguiera creyendo en él. 

—Entonces dime ¿Por qué no te ha mandado otra carta? ¿Por qué no ha venido corriendo a llevarte? ¿Por qué no sigue aquí con nosotros?

—Él nos quiere, siempre me lo dice. Se fue porque los negocios están decayendo aquí, pero las cosas están mejorando en casa.

—¿Casa? Esta es nuestra casa —declaro tajante—. No tienes nada en Corea.

—Tengo a mi padre —con esta frase deja a su madre paralizada y llena de furia en la cocina. 

Singularity | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora