Capítulo III

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La única evidencia de un evento de magnitudes inimaginables, es una fotografía desenfocada

Mérida, Australia.

Una rústica ciudad al sureste del país. Conocida por ser tranquila, estar rodeada por altas montañas y ser un lugar diverso en culturas.

Pero no siempre fue así. 

Las migraciones incrementaban con cada año que pasaba, y era así como el gobierno ubicaba a los extranjeros en ciudades lejanas y remotas. Una de las más grandes era Mérida, donde se asentaron en su mayoría familias originarias de Asia central y oriental. 

Como era de esperarse, la mayoría de los nativos no los recibieron con los brazos abiertos. Una cultura distinta, una religión diferente y un idioma extraño, eran cosas que alejaban a los locales de sus nuevos vecinos.

La discriminación era más común de lo que cualquier habitante quiere admitir actualmente.

Pero... ¿qué cambio esa perspectiva?

Hace unos nueve años, una familia marco la diferencia, al lograr acoplarse como ninguna otra.

Los Jeon eran la típica familia tradicional, los cuales se habían mudado de Busan, Corea del Sur. No por problemas económicos o persecución, todo lo contrario. El Sr. Jeon era un exitoso empresario que quería ampliar su industria a Oceanía, y en vez de vivir en la concurrida capital,d ecidió llevar a su familia a una campestre ciudad donde sus hijos pudieran crecer en calma.

Se encargaron de construir una hermosa y espaciosa casa, más grande que la de cualquier familia de la zona. Estaban listos para convertirse en "La familia modelo".

La Sra. Jeon les había enseñado el idioma cuando Jungkook tenía cinco y Jin siete (además de enseñarles cómo ocultar su acento). Procuro iniciarse lo antes posible en la iglesia, unirse a todos los clubes de lectura y hacer que sus hijos sobresalieran en todo.

Desde pequeño Jin resalto por su carisma y belleza, ser atlético y sacar calificaciones casi perfectas. Su madre estaba más que feliz con ello, pero la historia era distinta con Jungkook.

El menor era rebelde, desobediente y un dolor de cabeza. Habían estado a punto de expulsarlo de su antigua escuela teniendo apenas siete años. Pero su madre no iba a permitir que Jungkook arruinara su imagen.

Por lo que fue despiadada con él, exigiéndole que fuera el mejor, recordándole a diario que solo estaría satisfecha cuando superará a su hermano mayor.

Jungkook siempre había sido competitivo, curioso e ingenioso. Por lo que jamás se sintió obligado, pero eso no significaba no estaba siendo manipulado por su propia madre.

De igual forma, el pequeño niño rebelde creció orgulloso de su apellido y sus logros.

Convirtiéndose en la prometedora estrella de la ciudad.

Los Jeon habían abierto la puerta para todos los que fueron discriminados por años. El precio por ello, fue cerrar tantas puertas para ellos mismos.

20900 m A.L.

—¿Qué tal el entrenamiento de hoy? —pregunto la Sra. Jeon durante la cena. 

Jungkook y Jin estaban sentados uno frente al otro en el largo comedor, mientras su madre como una reina se ubicaba en la punta de esta.

—Bien, el equipo está listo para los cuartos de final —aseguro Jin y su madre le dedico una gran sonrisa, la cual cambio cuando sus ojos cayeron sobre Jungkook, quien comía en silencio.

Singularity | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora