Capítulo XI

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Detrás de un gran sueño hay una realidad que no somos capaces de aceptar


00000 m. A.L.

Las sabanas enredadas, la oscuridad que los acompañaba y la melancolía que inundaba el lugar, al saber que esa era la primera y última vez.

Jungkook acariciaba el cabello de Sohee,

 mientras ella comenzaba a abrir los ojos lentamente.

—¿A qué hora sale tu vuelo? —detestaba preguntarlo, pero ya no les quedaba tiempo. 

—En 4 horas, tengo que ir a despedirme de mis tutores, tomar un taxi hasta el aeropuerto y prepararme para pasar un día entero dentro de un maldito avión. 

—Washinton está algo lejos de aquí, aun así, podría visitarte... algún día.

—Jungkook, no sabes cuanto me hubiera gustado quedarme aquí; que hubiéramos llegado a ser más que esto, pero eso no pasará en esta vida —Sohee fue tan emocional como firme. 

A ella también le dolió, pero no iba a prometer que lucharía por algo que nunca llego a ser. 

—Fue divertido —ninguno de los dos era capaz de decir que se amaban, porque sería una mentira.

Han Sohee era una estudiante de intercambio, se trataba de una chica brillante, fuerte e interesante. Termino en aquel lugar buscando escapar de un divorcio turbulento y esperando tener aventuras lejos de su ciudad.

Jungkook de dieciséis años quedo hechizado por ella desde el momento en que levanto la mano para decir cual era la distribución electrónica del Manganeso. Sohee de diecisiete años, solo lo veía como un niño molesto que se le quedaba mirando con cara de estúpido.

Los meses pasaron entre tareas en equipo, fiestas y partidos. Llego una noche en que discutieron hasta besarse en la habitación de Jungkook.

Juntos arrasaban académica y socialmente hablando.

El rey y la reina de la escuela... con el detalle de que eran amigos.

Amigos que se enrollaban cada vez que se veían, pero no tuvieron el tiempo ni el deseo de enamorarse perdidamente uno del otro.

Quizá en otras circunstancias hubiera funcionado.

O quizá no.

Jungkook no quiso pensarlo. No quiso pensar en hubieras, tan solo guardo sus recuerdos con ella y siguió adelante. Hubo momentos que la extraño, cuando la situación con su familia era asfixiante, cuando ya no se sentía insuficiente, cuando estaba completamente solo en su habitación y lo único que deseaba era poder hablar con su amiga.

Porque si, ella fue una gran amiga.

Una tarde de mayo, unas pocas semanas después de que Sohee se fuera, encontró una nota sobre su escritorio:

No estoy segura si encontraras esto o no, tu cuarto es tan desastroso como tu mente.

De igual forma, quiero que sepas que creo en ti.

Te veo como un metal volátil, difícil de encontrar con poca maleabilidad, pero resistente. Si estas dispuesto a entregarte a ese sueño, si es lo que realmente quieres.

Conviértete en el genio que sueñas, sin importar las consecuencias de ello.

Y un genio necesita un lugar donde crear, te recomiendo el sótano de la puerta roja; la ventana es lo suficientemente grande para que entres, nadie te molestara en las noche.

Singularity | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora