Heeseung, un joven Omega de apenas 18 años, ha estado completamente enamorado de su padre, Park Jongseong, desde que tenía 13 años y conforme pasan los años su amor hacia el mayor se hace más grande.
Aunque sabe que para el mundo es un enfermo por e...
Heeseung no podía estar más feliz y emocionado de por fin estar con su alfa sin sentirse triste por el rechazo porque en esos momentos se encontraba mirando a su mayor dormi luego de haber dormido juntos disfrutando de la compañía mutua. Simplemente ellos juntos sin ninguna interrupción de alguien externo.
El pequeño Omega veía como el amanecer se mostraba por la ventana aunque su atención estaba principalmente en su alfa que dormía plácidamente y abrazaba su cintura con delicadeza.
– Alfa... Es hora de despertar...
Jongseong abrió sus ojos de a poco al escuchar la voz del menor para luego sonreír cuando lo primero que vio fue la hermosa sonrisa de Heeseung y sus bonitos ojitos mirándolo con dulzura, se notaba de lejos el gran amor que tenía el Omega hacia el Alfa. Sin poder evitarlo lo abrazo empezando a dejar besos en sus mejillas que hacían reír al más pequeño.
– Alfa, debes ir a trabajar – El Omega se acurrucó en el pecho de su mayor mientras esté dejaba caricias en su cabello.
– Lo se, pero no tengo ganas de ir, simplemente me quiero quedar aquí contigo – Ambos se vieron a los ojos para luego dejar un pequeño beso en los labios del contrario lo cual hizo sonreír a los aludidos.
– A mí también me encantaría pero debo ir a la escuela. Sabes perfectamente que tengo un historial impecable – Dijo Heeseung muy orgulloso de sus logros.
Con algo de pereza ambos se levantaron y se dieron una ducha, aunque obviamente en duchas separadas porque Heeseung se puso nervioso con la sola idea de bañarse juntos, se vistieron para después desayunar entre besos y caricias inocentes por parte de ambos. Luego de comer a gusto con la compañía del otro se dirigieron al auto donde el mayor condujo primero hasta la escuela del menor aunque realmente le gustaría llevárselo a su empresa para no separarse en ningún momento.
– ¿Vendrás por mi? – Pregunto el menor mientras jugaba con los bordes de su chaqueta de la escuela.
– Veré si puedo, sabes que a veces no puedo – Jongseong acaricio la mejilla de su menor viendo cómo este se acurrucaba en aquellas caricias que hacían al corazón del Omega latir con rapidez.
Luego de unos momentos en el que tanto Omega como Alfa se negaban a dejarse ir por fin Heeseung bajo del auto viendo cómo Jongseong volvía a conducir hacia su empleo. El menor sonrío para posteriormente empezar a caminar a la entrada de la escuela.
Mientras que por otro lado estaba Jongseong que hablaba por su teléfono a la vez que conducía. Estaba preparando algo especial.
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Heeseung caminaba con entusiasmo por los pasillos de la escuela a la vez que buscaba a sus amigos para contarles lo que había sucedido, necesitaba decírselo a alguien. Entro a la biblioteca y se dirigió a la sección donde con los chicos se escondían cuando no tenían ganas de entrar a clases pero lo primero que vio al estar en aquel lugar lo sorprendió demasiado.
