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¡Sorpresa! Otro capítulo para ustedes ♥ Espero que les guste

-TanFicticia

       

     Nunca me había puesto a pensar en la idea de irme de Costa Norte y por muchas razones. Principalmente, había vivido y sobrevivido todo ese tiempo por mis amigos, por la gente que me rodeaba, y me había adherido tanto a ellos que no sabría como haría para hacerlo sola. Segundo, pensaba en mi hermana, en que ella no merecía irse de un lugar que, más allá de mis desacuerdos con Julia, era seguro para ella para no encontrarse con militares o gente que quisiera herirla. Y tercero, sumando las dos primeras razones, ¿cómo cuidar de mi hermana sola si no podía cuidarme ni de mí misma?

Aparte, irme significaba no sólo ponerme en peligro, sino dejar a mis amigos atrás. Dolida o no con toda la situación que estaba viviendo, les tenía demasiado cariño para tomar la decisión en el aire y sin verdaderamente considerarlo. Casi dos años sobreviviendo con ellos, mi última opción era irme y, desafortunadamente, parecía haber llegado a lo último que me quedaba por hacer.

Dejé a Drea en su departamento después de nuestra charla, con el guante renovado y sintiendo que cumplía con su función de contenerme. No le mencioné ni planteé lo que estaba por hacer, no quería que tratara de convencerme para quedarme o entrar en razón. Ella me había dicho que necesitaba empezar a valorarme a mí, lo que yo quería y merecía. Y ya había hecho de todo para los demás, me tocaba decidir lo mejor para mí.

Y con lo que me quedaba, decidí intentarlo sólo una vez más. Sólo una chance más para que entren en razón conmigo, o bueno, que la líder comprendiera o "me excusara" (en sus palabras) una vez más.

Al anochecer, me encontré parada frente a la entrada del centro de entrenamiento, horas después del fiasco que había causado, y con las mismas ganas de demostrar lo contrario. Ese plan había salido mal con Anna, esperaba que no saliera mal con Julia, aunque dudaba que eso no pasara. Mis dedos jugaron nerviosos con las placas, algo que me dio un poco más de valor, y respirando hondo, me obligué a cruzar la entrada y dar unos pocos pasos en el centro.

Había pensado que mis compañeros se habían ido a sus departamentos, dada la hora y fin de turno del día. Encontrarlos ahí me sorprendió e intimidó un poco, siendo que había caminado (e interrumpido) un discurso que Julia estaba dando. No llegué a escuchar mucho de que trataba, seguramente podría ser de las prisiones y reglas de seguridad —que ya había escuchado parte de lo que estaban planeando— o sobre el nuevo plan de dejar la base de defensas y convertirlas en ataques. Sea cual haya sido el discurso, la líder se detuvo en el momento en el cual me encontró cruzando los primeros metros del centro.

Fue la forma que me observó con rencor lo que me hizo tomar más valor, porque mientras ella más se mal comportara conmigo, más concisa se volvía mi idea de irme. Por el silencio que armó y la forma directa en la que me encontró al final del público, todos los oyentes empezaron a darse vuelta para ver que la había interrumpido y compartieron ciertas facciones parecidas, o en general ninguna buena, al verme de vuelta ahí.

Julia se cruzó de brazos.

—¿Necesitas algo?

Tantas personas mirándome me pusieron nerviosa.

—Quería hablar contigo, de ser posible —peleé para que se escuche alto y claro. Entre los demás integrantes, reconocí algunos rostros familiares que seguían apretándome el corazón. Más que nada el que estaba al lado de Julia y que también compartía cierta dureza o indiferencia cómo el resto. Algo dentro de mí sentía que se veían distintos—. ¿A...solas?

NOVA STAR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora