Capitulo 7

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Claude miraba fijamente a la mocosa intrusa. Por ella, su ángel lo estaba ignorando.

- Claude, basta. - la mirada severa de su amado lo hizo girar su mirada a otro lado, desentendido de su reacción.- Sabes a lo me refiero, Artemisa es solo una niña. Mírala, es tan hermosa. - la melodiosa voz hizo regresar su mirada solo para observar al peli azul tocar las mejillas de la pelirroja.

- No es bonita, para nada.

- Claude...

- No.

- Eres un gruñón. - con un puchero tocó las cejas fruncidas del rubio. Claude tomo su mano para depositar un beso. - C-claude.

- Mi hermoso ángel.

Mientras ellos desprendían su amor, Athanasia miraba a todos lados, buscando alguna señal del odioso Lucas.
Bajo su mirada al notar como de Félix la miraba.

La princesa apretó sus manos en el vestido. - Idiota, apresurate...

- ¿Pasa algo? - el peli azul se encontraba en las piernas del emperador bastante sonrojado. Claude intentaba tocar más que solo sus labios pero este lo alejaba al hacer presión en el pecho. - Puedo llevarte a tu hogar si ya deseas irte.

- B-bueno no quisiera molestar, puedo esperar un poco más.

- B-bien - con dificultad le dió un manotazo a claude quien había intentado tocarlo indebidamente. Bajo su cabeza un poco para que solo el escuchará lo siguiente. - Espera un poco, u-un poco, Artemisa nos está viendo.

El emperador siguió su ejemplo y susurro.- Esa mocosa no me importa. Que se la lleven de una buena vez a sus padres. - miro reojo a la distraída niña, asegurandose de que no lo vieron y metió mano en su camisa, acción qué ruborizo al peli azul. - Me gustaría...

- Disculpe, su majestad. - aquella voz hizo sacar la mano de claude y sentar a su amado de manera correcta. Giro su mirada fría a la sirvienta inclinada. - Un señor pide desesperado a su hija, según dice, la vio entrar por el jardín del palacio y a estado intentando localizarla con ayuda de los guardias pero no la han encontrado.

La sirvienta observó a la niña sentada y claude de igual forma lo hizo. Celestino en cambio se levantó de las piernas del emperador y se acerco a la pequeña niña pelirroja.

- Seguramente es algún encargado de tu casa hogar. Veremos primero. - estiró sus brazos y la niña contenta dejo que la cargarán. Miro al emperador y le saco la lengua, esto hizo apretar la quijada del mayor. - Ya regreso, querido. - con sus mejillas sonrojadas le dió un suave beso en la frente del rubio quien solo asíntio molesto.

Por mucho que no quisiera admitirlo, celestino podía hacer lo que quisiera aquí y si el decidía dejarlo por un rato para hacer otras cosas, el rubio no dudaría en esperarlo hasta que regresará a su lado.

Athanasia sonrió un poco por lo fácil que es leer la expresiones de su padre. Al ser joven, tal vez de unos 16 años. Llegando a eso, ¿Cuántos años tendrá su madre? No parece un hombre mayor ni mucho menos un adolescente o puberto hormonal como su padre.

Preguntaría después, claro, si la oportunidad se presentaba.

Al poco tiempo llegaron a una pequeña sala en el interior del palacio. Un hombre robusto de cabellos negros y ojos grises se encontraba parado en medio de la habitación luciendo preocupado. La sirvienta que hasta el momento los había seguido avanzo y le dió un leve movimiento en el hombro al señor para que reaccionara.

El sujeto se inclino.

- Gloria y bendiciones a la próxima luna de Obelia. - Celestino sonrió apenado pero no lo corrigió, estaba bastante cansado de corregir a los plebeyos sobre su posición de concubino. - Disculpe la intromisión pero estaba muy preocupado por mi pequeña Athy.

Los ojos grisáceos conectaron entre si. Athanasia se dió cuenta enseguida de que aquel hombre era Lucas.

- ¿Es acaso responsable de la casa hogar donde reside la pequeña Artemisa?

- Si mi señor. Soy uno de los vigilantes, era mi turno el cuidar de Artemisa y otros niños de su edad pero me distraje y la pequeña se escabullo por las rejas del palacio. Lo lamento muchísimo, me encuentro muy apenado.

Celestino elevó su esculpida ceja en desconfianza y sonrió poco después.

- Entonces, ¿Debería de creer en su palabra solo por qué usted me relato lo que sucedió? - se dirigió esta vez a la sirvienta. - Llama a los guardias que ayudaron en la búsqueda.

- A sus órdenes mi señor.

Lucas sudo nervioso. Creyó tener una coartada sólida pero nunca espero que su suegro fuera tan desconfiado. Bueno, lo subestimó. Había hechizado a unos cuantos niños y algunos guardias por unos momentos. Su cuerpo estaba siendo reducido al usar magia en una línea diferente tiempo.

- No. No es necesario, mi señor. - inclino su cuerpo y dió una mirada a la princesa en brazos del hombre, dándole un claro mensaje de que volvería por ella. - Volveré con la matrona de la casa hogar si desconfía de mi.

Aún en duda, dejo que se retirará. La habitación se quedó sola y el peli azul sonrió para darle ánimos a la bonita pelirroja.

- Ahora, pequeña Artemisa. Te quedarás conmigo, bajo mi cuidado hasta que regrese aquel hombre.

Por dios, eso sonaba muy mal.

- Pero no me apetece volver con Claude. - miro a la sirvienta. - Dile al emperador que lo estaré esperando en mis aposentos.

- Si, señor. - reverencio y salió de la habitación.

- Ahora~ ¿Quieres comer algunos postres?

- Ahora~ ¿Quieres comer algunos postres?

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- Esa tonta. - Lucas suspiro cansado al regresar al presente. Tenía que hacerlo al utilizar magia o de lo contrario su yo pasado despertaría. - ¿Que debería hacer?

No podía regresar al palacio sin ella o de lo contrario Lilian y Félix preguntarían por ella.

Y el no podía intervenir directamente para salvarla. El tiempo por ridículo que pareciera de acabada y Athanasia no hacia nada más que postergar el desastre.

Por mucho que ella se dijera una y otra vez que deseaba salir de ese lugar, no lo hacía. La respuesta, su madre estaba a su lado, vivo y exhibiendo ese amor maternal que tanto le hace falta.

Tan solo la dejo unos minutos pero ¿Cómo rayos logró engancharse tanto con ese hombre?
Bueno, si el emperador cayó, su hija también lo haría.

La manzana nunca cae muy lejos del árbol.

¿Quién es mi mamá? / PEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora