Capítulo 26: Fallo

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Por hoy nuestro protagonista cambiará.

Y si se preguntan, ¿quién será?

Bueno, esta pregunta puede ser respondida en el interior de un viejo edificio de apartamentos abandonado, más específico en una habitación del tercer piso.

El lugar estaba completamente oscuro, no había ninguna luz que iluminará el ambiente aparte de la una laptop encendida, incluso las cortinas estaban cerradas, sin duda esta era el departamento de un ermitaño, o como ustedes más lo conocen hikikomori.

La habitación era lo más simple que se podía tener incluso contaba con solo 2 habitaciones separadas, el baño y todo lo demás.

Dentro de la misma pequeña habitación había un refrigerador, una cocina, un estantería pequeña, un tacho de basura, una cama individual contra la pared, y una pequeña mesa sin sillas de esas en la que te sientas en el suelo, ni siquiera había televisión.

La perfecta cueva del hikikomori, oscura, aburrida y vacía.

Lo más extraño es que había 2 personas dentro no una.

Dormido sobre la cama un pequeño niño de aparentes 10 años, de cabello rubio dorado y el abdomen vendado.

Las vendas estaban manchadas de sangre, y la armadura de cuero marrón que llevaba antes de venir aquí fue devastada.

Y sentada sobre el suelo, apoyado la única fuente de luz del lugar sobre la mesa, una chica escribía en silencio un su laptop.

No se podían comprender correctamente los rasgos de la chica debido a que llevaba puesta la capucha de su sudadera tapando su cabeza, y ocultando la totalidad de su cara con las sombras, cosa que era extraña debido a su obvia cercanía a la laptop.

El niño ya hace minutos que despertó, pero está demasiado asustado como para abrir los ojos.

Solo los abrió una vez, y al ver la espalda encapuchada de esa chica le hizo acobardarse.

El niño, aunque desorientado aún recuerda lo que pasó en aquel callejón.

Con la esperanza de que la chica se vaya pronto, decide esperar para poder huir.

Pasan otros 40 minutos y la chica seguía ahí, escribiendo en su laptop en completo silenció, solo se escuchaba el sonido constante de las teclas que poco a poco desgastaban la mente del niño.

Ese tecleo constante, lo aterraba más.

Pues, una criatura tan peligrosa como la que pudo presenciar, ahora mismo está ahí, al lado de él, sumida en la oscuridad e ignorando todo a su alrededor.

Chica: ¿Te vas a levantar o qué? Tampoco muerdo -la chica rompe el silencio, tenía una voz hermosa pero su tono era gruñón parecía que tenía un dolor de cabeza muy fuerte.

El niño se sobresalta y con la valentía que pudo reunir se sienta en el borde de la cama.

Pero la chica ni siquiera lo miró, incluso mientras le hablaba seguía escribiendo.

Niño: Emm....¿hola? -está nervioso.

Chica: "¿hola?" Eso fue un saludo o una pregunta?, habla bien niñato -gruñe.

Niño: Perdón....hola.

Chica: Mejor.

*silencio*

Niño: (Es rara)

Chica: Si lo soy, tienes algún problema?

Niño: ¡No! Para nada perdón! -se sobresalta.

Chica: A mí no me importa, pero creo que le problema es tuyo ¿enserió piensas que una hikikomori gruñona es rara? Felicidades por el descubrimiento.

DxD: Encuentro en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora