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Minho observaba de pie a la entrada de la escuela como Chan junto a Seungmin venían de lo más felices hacia él. Parecía que Seungmin no estaba decidido a desperdiciar su tiempo, ni a darse por vencido.

—Profesor Lee, buenos días. —Sonrió Chan y Seungmin hizo una pequeña reverencia hacia él.

—Buenos días, profesor Bang. —Devolvió la sonrisa Minho, al igual que la reverencia hacia Seungmin. —Buen día, joven Kim.

Se observaron por un momento y como si ambos supieran de qué trataba todo, se dieron cuenta que ninguno estaba dispuesto a quitarse del camino del otro.

—Tenemos que irnos, profesor Bang. —Minho sonrió mientras tomaba la mano de Chan. —Vamos

Chan lo miró sorprendido y no pido evitar que una leve sonrisa apareciera sobre sus labios. —Min, me tengo que ir. Nos vemos después.

Se despidió de Seungmin sin siquiera tomarle importancia, porque para Chan era más importante quién sostenía su mano en ese momento. Mientras que Minho solo giró hacia su dirección y le regalo una dulce sonrisa a su alumno, sonrisa que para Seungmin solo reflejaba burla, como si le presumiera que era él quien sostenía la mano de quien él tanto anhelaba.

Tratando de olvidar su frustración, camino con calma hasta su salón para tomar su primera clase. Que gracias al cielo no era matemáticas.

—¿Todo bien? —preguntó Jeongin una vez tomó asiento a su lado.

Seungmin negó y aunque aveces muriera por contarle la verdad a su mejor amigo, había algo que lo detenía. No sabía que era, pero simplemente prefería no decir nada al respecto. Lo amaba y era su mejor amigo, pero estaban bien así.

—Me siento cansado, Nini. —Dejo reposar su cabeza sobre su pupitre y soltó un leve suspiro.

—¿No dormiste bien? —preguntó y comenzó a acariciar con cuidado los suaves cabellos de su amigo.

El contrario negó y con calma cerró sus ojos, las suaves caricias que Jeongin le brindaban calma, haciéndolo sentir relajado.

Jeongin se permitió observarlo, sin dejar de brindarle suaves caricias. Seungmin era tan lindo y tan especial que podría enamorar a cualquiera. Y eso era algo que aborrecía de él. ¿Por qué tuvo que enamorarse de Hyunjin, y peor aún, por qué Hyunjin tuvo que enamorarse de él?

Prefirió alejar esos pensamientos y concentrarse en disfrutar los pequeños momentos que aún le quedaban junto a su mejor amigo. Prefería callarse y callar sus propios sentimientos, antes que perder a Seungmin.

—¿Vamos a almorzar juntos? —Jeongin lo observaba esperando una respuesta positiva, extrañaba compartir sus almuerzos con Seungmin, el cual desde que había conseguido novio, lo había desplazado por completo.

—Será para la próxima, lo prometo. —Seungmin sonrió y mientras tomaba su mochila, agregó: —Te lo compensaré, Nini. 

Después de las primeras clases que tenían, Jeongin esperaba realmente poder volver a compartir un almuerzo con su mejor amigo, pero una vez más, Seungmin prefirió a Hyunjin y no a él. 

Con un suave suspiro tomó sus cosas y se dirigió hacia la salida del salón de clases, sin embargo, no esperaba encontrarse con Hwang Hyunjin fuera de este recargado en la pared de brazos cruzados viéndolo fijamente. Jeongin no entendía qué hacía ahí el novio de su mejor amigo viéndolo como si quisiera matarlo y sin decir una sola palabra. ¿Acaso había descubierto su secreto?

—Seungmin ya se fue. —dijo pareciendo bastante seguro de sí y sin apartar la vista.

Hyunjin solo lo observó por unos segundos más sin decir nada, simplemente lo veía como si estuviera analizándolo, desde cada una de sus extremidades, hasta cada una de sus facciones. Y una vez sus ojos volvieron a estar sobre los de Jeongin, sonrió y se dio la vuelta para salir de lo más tranquilo de ese pasillo. 

𝐰𝐢𝐬𝐡 | ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora