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A Chan realmente le atraía Minho, le parecía una persona demasiado bella. Parecía tan puro y amable que eso solo despertaba mayor interés en él, tan bueno en lo que enseñaba y tan educado con cualquiera que lo buscara.

Desde que lo conoció como el nuevo maestro de matemáticas quedó encantado con él, y al parecer Minho no le era para nada indiferente. Desde como le sonreía hasta como lo miraba, podía notar el interés que tenía el profesor de matemáticas hacia él.

Lastima que hasta ahora su relación siempre se mantuvo al margen, Lee Minho parecía provocarlo con su falsa inocencia y sutil coqueteo, pero era este mismo quien marcaba un límite. No eran más que compañeros de trabajo.

Minho apreciaba las pequeñas conversaciones que mantenía con el profesor de literatura, tan liberadoras e inocentes como él. Lástima que a Lee Minho no le interesaba Bang Chan. Al menos no de la misma manera en la que lo hacia él.

A los ojos del profesor de matemáticas, el atractivo y amable profesor de literatura, era un tanto estúpido. Demasiado lento para su gusto. ¿Acaso no entendía las indirectas? ¿Era retrasado o algo así?

Minho estaba cansado de que Chan no captará sus indirectas, siempre se ponía demasiado tímido y salía huyendo. Minho solo quería un pequeño encuentro pero el otro parecía no entenderlo. ¿Qué estaba haciendo mal?

—Profesor Bang —Llamó Minho desde la puerta de la pequeña oficina que pertenecía a Chan. —¿Quiere almorzar conmigo?

Chan alzó la vista encontrándose con la presencia de aquel hombre que había conseguido llamar toda su atención. —Oh, claro que sí, profesor Lee.

Ambos se regalaron una pequeña sonrisa y mientras Chan recogía algunos papeles que habían regados sobre su escritorio, Minho se adentraba en la pequeña oficina con un a pequeña lonchera en mano, cerrando la puerta a sus espaldas.

—He notado su mal hábito, —dijo Minho mientras ponía la lonchera sobre el escritorio y comenzaba a desempacar la comida. —Son pocas las veces que lo he visto comer algo decente y eso si lo veo comer. Debe cuidar su salud, profesor Bang.

—Tiene razón, lo siento. No puedo evitarlo, me enfoco tanto en algo que olvidó por completo mi apetito.

Chan no lo hacia apropósito, sin embargo, lo que comenzó siendo algo que hacia de vez en cuándo, terminó en un mal hábito.

—A la larga le hará daño, pero no se preocupe. —Minho sonrió y acercó una silla cerca de Chan para poder sentarse. —Desde ahora me encargaré de asegurarme que coma adecuadamente, al menos dentro del trabajo.

—No es necesario que se moleste tanto, profesor Lee.

—No es ninguna molestia, coma. Me esforcé haciendo esto.

Minho le tendió un par de palillos al contrario y juntos comenzaron a compartir un agradable almuerzo hecho por el amable y considerado profesor de matemáticas.

Mientras compartían el almuerzo, sostenía una agradable conversación donde ambos reían y parecían sentirse tan cómodos el uno con el otro que no se percataron del momento en el que entró alguien a la oficina.

—Mira Chan, traje–

Seungmin vio interrumpidas sus propias palabras al ver que Chan no estaba solo en su oficina.

—Oh Min —Ambos voltearon a ver quien era la persona que había entrado sin siquiera haber tocado la puerta, encontrando a Seungmin con el pomo de la puerta en mano, viéndolos en silencio.

—Estoy en mi hora de almuerzo, ¿pasa algo? —preguntó Chan mientras limpiaba su boca con una servilleta.

Minho observó con detenimiento a Seungmin, sabía el grado en el que iba y que era uno de los mejores alumnos. Lo vio muchas veces observándolo, pero jamás le dio importancia. No era su tipo.

𝐰𝐢𝐬𝐡 | ʰʸᵘⁿᵐⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora