CAPITULO 18

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Marco se levantó a primera hora, necesitaba hablar con Nerea fuera como fuera, pero no podía contactarla, pensó en ir a la villa y hablar con Leonardo, era el encargado de cuidarla, su sombra básicamente, pero jamás en el pueblo, tenía cada par de ojos cuidándola, no podía sentirse nervioso con ello.

También pensó invitar a desayunar a Jerónimo, pero el nombre por si solo le decía todo, no hacía falta investigar mucho, no existen las casualidades, al menos no ha estos niveles de tener el nombre exacto y fijarse en la persona específica, eso no era posible, eso era mala suerte.

Mientras se apresuraba hacia la villa repaso rápidamente el lugar, Jerónimo no estaba, y como alma que lleva el diablo llego al teléfono fijo para pedir que Leonardo no perdiera de vista a Alessa, que pronto estaría en la villa para tratar el tema.

Pero la abuela dijo que la chica salió temprano, necesitaba caminar, y había dejado a Teodor en casa. Las piernas no le daban, tomo la motoneta y salió en su búsqueda.

Alessa se sentía inquieta, desde la noche antes, existía algo en el aire que no la dejaba en paz, tenía mucho tiempo que no tenía pesadillas, pero esa noche sintió como esas manos nuevamente la alcanzaban, estaba inestable, el viento lo sabía, incluso el sol que se sentía no calentaba igual.

La joven caminaba por el campo apoyada de su bastón, podía moverse perfectamente sin él, pero algunos días sus pasos no se sentían seguros, y los dolores regresaban. Por eso decidió salir a caminar, salió justo después del desayuno y de contarle a Dante por teléfono cuanto lo extrañaba y lo bien que lo paso cantando en la plaza; prometió llegar pronto, prometió ir a escucharla de nuevo.

Y mientras tarareaba... la vida se detuvo...

Jerónimo, estaba frente a ella...

El aire dejo sus pulmones, y las piernas se le vencieron, de no ser por el bastón estaría en el suelo, la mirada de ese hombre era distinta, era como jerónimo estuviera viendo a otra persona a otra que no fuera ella.

- Signorina, mi scusi, non volevo spaventarla- lo escucho decir en un pésimo italiano

Su mente corrió a mil por hora, no la reconocía, eso tenía que ser, de lo contrario porque estaba tan calmado, lo conocía, y a pesar de que se sabía controlar, conocía su mirada, y esa estaba cargada de duda, intento guardar la calma, no ponerse a la defensiva, y sobre todo mantener a Alessandra a flote

- Questa villa è privata, signore, non per turista (La villa es privada señor, no para turistas)-

-Lo siento, es privada, Non parlo molto italiano- puedo ver la confusión en su rostro, al parecer termino entrando en la propiedad privada de la joven, eso explicaba el susto, ademas de que era un completo extraño y ella estaba apenas caminando.

- Mi dispiace parlo solo italiano, la strada è in quella direzione. (No entiendo, solo hablo italiano, el camino está por aquella dirección)- entre señas y gestos buscando que le entendiera

-El camino, ya entendí, bien, muchas gracias, yo...-

-Alessa!, Amore!-

Por el camino el hombre que antes vio llegaba corriendo, Alessa sintió paz de escucharlo, apenas lo vio estiro su mano hasta ser alcanzada por él.

- Buongiorno- saludo el hombre mirándolo molesto sosteniendo a la joven tras de su figura

-Lo siento ¿Hablas español?- fingió no reconocerlo y el hombre le hizo creer que tampoco le reconocía

-Sí, ¿Todo bien? Este es un camino privado-

-Lo lamento, buscaba la salida al rio, pensé que siguiendo la rivera llegaría, lo lamento, la joven intento explicarme, pero mi italiano es pobre-

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