CAPITULO 12

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En la fiesta todo era un caos, fue cuestión de tiempo que descubrieran al guardia inconsciente, nadie vio nada, nadie estaba presente, Jerónimo regreso a la fiesta intentando guardar la calma, buscaba desesperadamente a su abuelo, tenia el nombre esperado en la punta de la lengua, de no ser el, ¿Quién mas pudo ser? Pero al final del salón, su abuelo y Dante discutían animosamente rodeados de otros miembros.

¿Qué hacia aquí? Dante lo miro por el rabillo de ojo volviéndose a la platica. Algo no estaba bien, regreso desesperado sobre sus pasos hasta donde interrogaban al guardia herido "Ha sido ella señor, tenia la guardia baja"

Escapo... no podía ser posible, ¿Cómo fue capaz? Movió a cada hombre que tenia a su alrededor, debían encontrarla.

-Su abuelo lo busca- y esa sensación de miedo que nace en el cuando era niño se presentaba nuevamente.

Entro intentando parecer sereno, "No pudo ir lejos" se decía a si mismo un día antes discutieron por la fiesta y el termino perdiendo la paciencia, era débil, no podría ir tan lejos, no podría.

-¿Dónde esta tu esposa?- le pregunto sonriendo amable

-Debe de estar en el sanitario-

-Dante quiere retirarse , me lo acaba de decir, no puede irse sin verla, si no le encontramos los pies ahora, no será nunca- el estomago se le enredo en un abismo, busco hacer tiempo caminando hacia el

-Se va tan pronto señor Giordano- y la mirada gélida del Cappo lo destrozo

-Solo he venido a honrar las costumbres, no veo la necesidad de quedarme en algo tan decadente-

-Las viejas costumbres le parecen decadentes?-intento molestarlo, pero el gesto de Dante venia inescrutable

-Mira, no soy tonto- se volvió hacia el con una media sonrisa- si lo que quieres es presumir tu matrimonio, no estoy interesado, es algo que me pasa de largo, si piensas que perderé el control al ver a una mujer que deje hace años, eres un tonto- La sangre de Jerónimo ardió, quería golpearlo- ustedes dan pena- y seguido de su gente salió del lugar.

Jerónimo salió tras él, le siguió hasta verlo llegar al hotel, se quedó toda la noche esperándolo, pero el hombre entro y salió del lugar sin inmutarse de nada. Las llamadas de su gente no fueron alentadora, encontraron las zapatillas de la chica en la playa al igual que su vestido.

Recorrió la playa con los zapatos en mano. No podía ni si quiera decirlo, prefirió la muerte antes que seguir en el infierno, no podía culparla, pero tampoco podía creerlo. Por la tarde regreso a casa, su abuelo estaba de pie en su despacho, el golpe que le propino fue nada contra lo que sentía. "¿Cómo pudiste ser tan tonto?" "¿Cómo la dejaste escapar?"

De alguna manera su corazón se sentía pesado, mientras la idea de que dante la tuviera lo mantenía molesto, muy en el fondo, pensaba que sería lo mejor, pero el saber que el mar termino llevándosela le partía el alma. La recordaba de pie llorando frente al mar la última vez que salieron juntos.

La recordaba en la ventana abrazando sus rodillas anhelando la libertad. Para su abuelo fue una simple falla en la ecuación, ahora debían pensar que hacer con la gente que les conocía. Jerónimo se quedó durante días en esa habitación "Eres un perdedor igual que tu padre" le dijo su abuelo molesto viendo como un descendiente más de su carne se dejaba morir por una mujer. "un hijo debió dejar por lo menos, era basura pura, no sé qué esperabas"

Su abuelo lo dejo morir con su amargura, tenía problemas más importantes que resolver que el tratar con un niño con el corazón roto.

Jamás nadie de esa casa vio al señor tan desesperado. En cuanto el auto se estaciono en esa casa a las afueras de Toulouse bajo desesperadamente ¿Dónde está? Pregunto a Enzo en cuanto lo topo bajando las escaleras, estaba fuera de sí, desde que la rescataron, no supo nada de ella, y el tiempo que debió dejar pasar para poder verla se le clavaba en la piel como pequeñas agujas.

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