CAPITULO 11

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Jerónimo vio al medico salir de la habitación donde su esposa dormía, finalmente la tristeza termino con su salud. Nerea la encontró desmayada con la nariz sangrando y el cuerpo frio, llevaba una semana sin comer adecuadamente y su cuerpo comenzó a fallar.

-La señora esta anémica, y tiene un cuadro grave de depresión, además parece como si llevara mucho tiempo sin luz solar, su piel se ve marchita y sus pupilas irritadas. Será mejor que la lleve a algún lugar donde pueda caminar, descansar, el ejercicio ayuda al estado de animo-

Jerónimo asintió intentando no pensar en que todo este sufrimiento era culpa suya.

-A veces las mujeres que no pueden tener hijos tienden a caer en depresión, debe cuidarla- y palmeando su espalda camino escaleras abajo acompañado de Nerea.

Algo se apodero de el, la furia, el engaño, paso de tenerle lastima a querer matarla con sus propias manos.

-¿Por qué demonios no me dijiste que no podías tener hijos?- entro azotando la puerta haciéndola encogerse en las cobijas- ¡Vamos!- la tomo por ambos brazos haciéndola gritar de dolor por la aguja que conectaba al suero- ¿Por eso te estas dejando morir?-

-Suéltame...- susurro- no tenia idea, lo supe hace un mes que me llevaste al medico-

-¿Por qué no me lo dijiste?-y la joven miro a otro lado incapaz de decirle que nunca estuvo mas feliz, preferiría morir a engendrar un hijo suyo- ¿Cómo es que no lo sabias?-

-¿Cómo podría saberlo? Ahora tu eres mi dueño, ¿Cómo podría decidir sobre mi misma?-

-No juegues con mi paciencia, te estas dejando morir, pero no lo voy a permitir, no puedes engendrar, esta bien, en algún momento tendré otra mujer- y esas palabras se clavaban en su piel como si fueran golpes

-Vete con quien quieras prefiero eso mil veces a sentirte nuevamente sobre mi- dijo entre dientes apretando la manta con la poca fuerza que tenia

-¿Tanto asco te doy? - le apretó por la mandíbula haciéndola mirarlo- ¿Crees que alguien como Dante te querrá así, vacía de las entrañas?-

-Al menos él y yo sabemos lo que es esperar un hijo- la mirada de Jerónimo le helo la sangre, ella creía que lo sabia todo, pero al parecer la casa Giordano guarda los secretos mejor que nadie-¿No lo saben?- y sintiendo como apretaba su agarre continuo- Dante y yo tuvimos un hijo, supongo que fue el aborto y la mala atención de ese entonces que me dejaron vacía-

El hombre la soltó mirándola con desprecio, ¿Cómo se les pudo escapar esa información? Ahora daba igual, pero su orgullo enfermo no podía concebir que ella y el tuvieran mas historia de la que ellos pudieron saber.

Si la dejo en ese momento ¿Qué les hacia pensar que podrían usarla adecuadamente cuando llegara el momento? El estomago se le revolvió de solo pensar que estaban matando en vida a alguien inocente, a alguien no tenia nada que ver con su estúpido plan.

Mientras intentaba centrar su mente pensó en decírselo a su abuelo, pero una mujer vacía no les serviría. En su estúpida imaginación solía pensar que algún día ella terminaría rindiéndose a el, como en esas historias del síndrome de Estocolmo. Después de todo, su amor fue verdadero, pero los momentos erróneos. Era un idiota, definitivamente lo era, eso jamás pasaría... eso jamás...

Nerea se esforzó por todos sus medios para mantenerla en pie. La alimentaba y solía pedirle diversos suplementos alimenticios a Jerónimo quien cumplía con todos sus mandatos con tal de verla en pie. Mayo llegaría pronto y la tan esperada Reunión se llevaría a cabo. Así que la necesitaba en pie.

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