#Sneaker

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Cerró la puerta de su habitación de un portazo y se quedó apoyado contra la madera. Su pecho subía y bajaba por el bochorno y por haber corrido desde la habitación de Wonho a su habitación. Lo había visto teniendo sexo. ¡Lo había visto teniendo sexo! Quiso gritar. Aunque no sabía muy bien por qué. Se metió en el baño y se echó agua fría en la cara. Tenía la cara todavía roja y las manos le temblaban. Era absurdo. Por donde se lo mirase. Wonho era un hombre con necesidades. Él también lo era. Aunque hacía algún tiempo que no tenía acción entre las sábanas. Quizás por eso había tenido una erección. Por supuesto que era eso. No por ver a su secuestrador, con ese cuerpo escandaloso, cabalgando con fuerza a algún afortunado muchacho. ¿Afortunado? Diablos, sus pensamientos ya lo asustaban. Miró hacia abajo y la carpa que se alzaba sobre la bata lo hizo soltar un insulto en voz alta. Bajó la mano y acarició por sobre la tela. Un gemido brotó de sus labios y cerró los ojos. El trasero redondo y perfecto de Wonho llenó toda su mente. Bien, debía aliviarse de alguna manera… Intentó pensar en su novio, pero todo lo que podía ver era esa imagen grabada a fuego en su cabeza. Furioso consigo mismo y con su cuerpo traicionero, se masturbó con fuerza hasta terminar jadeando contra el piso del baño. Luego se metió bajo la ducha hasta que su respiración se normalizó. Y entonces llegó la culpa y la vergüenza. Se había tocado pensando en otro hombre que no era su pareja. Se había masturbado pensando en un hombre que para colmo lo tenía prisionero. Se había tocado imaginándose que era él quien estaba bajo ese cuerpo enorme y caliente. Se limpió furioso las lágrimas que caían por su cara y apagó el agua. Se puso la bata y trepó a la cama encendiendo el televisor para distraerse.

Se despertó con unos golpecitos en la puerta. No se molestó en contestar. Sólo subió la manta sobre su cabeza y esperó.
 
—Buenos días, hermoso —saludó la voz ronca de Wonho.
 
HyungWon no se movió. Entonces sintió un peso extra en la cama.
 
—¿No pudiste dormir anoche?
 
Creyó notar un leve torno de burla en la voz. Se removió y se encogió en posición fetal.
 
—Vamos, cariño. Tienes que desayunar.
 
—No tengo hambre —dijo intentando sonar calmado—, me gustaría dormir un poco más, si no te molesta.
 
Una risita encantadora lo hizo gruñir por lo bajo. El maldito seguramente lucía fresco como una lechuga luego de tener sexo toda la noche. Bajó apenas la manta y lo vio acostado a su lado vestido solo con un pequeño short deportivo. Sus ojos gravitaron a su entrepierna y se volvió a tapar la cara.
 
—¿Puedes vestirte, por favor?
 
Wonho le destapó la cara. —¿Por qué? ¿Te incomoda? ¿No te gusta mi cuerpo?
 
Su sonrisa lo hizo enfurecer. —Vete de aquí. Entiende de una vez que tengo pareja, maldito pervertido.
 
Wonho se movió rápidamente cubriéndolo por completo con su cuerpo. HyungWon jadeó sorprendido y asustado. Tenía la cara de Wonho a escasos centímetros de la suya y los brazos a los costados de su cabeza.
 
—¿Tú no aprendes, no es así? ¿Qué dije sobre hablar de ese tipo?
 
HyungWon se mordió el labio, visiblemente enojado.
 
—Ese tipo como tú lo llamas es mi novio. La persona que amo. ¿Puedes entender eso o tanto ejercicio te atrofió el cerebro? Me das asco. ¡Métetelo en la cabeza de una maldita vez! —gritó agitando las piernas para sacar del encima el cuerpo que lo apretaba contra el colchón.

Los ojos oscuros de Wonho se encendieron y con un movimiento rápido apoyó la mano en su entrepierna y apretó con suavidad. HyungWon jadeó y sintió cómo un dedo delineaba el contorno de su creciente erección.
 
—¿Así que te doy asco? —murmuró inclinando la cara para dejar algunos besos en su cuello. —No pareces muy decepcionado de verme.
 
HyungWon hizo acoplo de todas sus fuerzas y lo empujó lejos de su cuerpo. Wonho se rió y se levantó de la cama.
 
—Vamos, bombón. Te espero en la sala —dijo mirando su entrepierna—. Tómate tu tiempo… —y salió de la habitación riéndose.
 
HyungWon agarró una de las almohadas y la lanzó contra la puerta. Se tapó la cara con las manos y gritó de frustración. Debía escapar de ese lugar. Por el bien de su cordura y de su corazón.

 Por el bien de su cordura y de su corazón

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Hoseok salió riéndose por lo bajo. Apenas la puerta se cerró, se llevó la mano a sus pantalones y se acomodó el bulto. Estaba acalorado. HyungWon era todo lo que deseaba. Y lo deseaba demasiado. Sobre todo después de haberlo visto en el baño la noche anterior. Había estado algo enojado cuando en la tarde, HyungWon lo había menospreciado. Esperaba esa reacción, pero de todas maneras le molestaba. Quería su atención. Deseaba que se fijara en él. Se había metido en su habitación y había empezado a dar vueltas como un gran tigre enjaulado. Estaba enojado. Encendió la pantalla que ocupaba gran parte de la pared central que estaba frente a su cama y presionó el botón de las cámaras. HyungWon caminaba por la habitación, entrando al armario y luego adentrándose al baño. Sus ojos estaban adheridos al cuerpo esbelto y tonificado. HyungWon era perfecto. Recorrió con los ojos el cuerpo desnudo y gimió lastimeramente. Entonces agarró el teléfono y marcó. Unas horas después le abría la puerta a un muchacho alto y delgado. De cabello oscuro y labios generosos.

Estaba concentrado en el muchacho que gemía bajo su cuerpo cuando el control de las cámaras empezó a vibrar. Sin dejar de penetrar al chico, estiró una mano y apretó el botón. En la pantalla vio a HyungWon salir de su habitación y caminar hacia la sala y luego por el pasillo hasta verlo parado afuera de su habitación. Apagó la pantalla y dio una estocada fuerte que hizo gemir ruidosamente al chico.
 
—Ummfff, así, más fuerte…  —gimió el muchacho.
 
Hoseok escuchó la puerta y los pasos apagados en la antesala. HyungWon estaba espiándolo. Esa idea lo excitó sobremanera y embistió con todas sus fuerzas al muchacho que se deshizo en espasmos y temblores. Los pasos se alejaron rápidamente y sintió la puerta cerrarse. No pudo evitar sonreír ante la idea de que su hermoso dj lo hubiera visto teniendo sexo. Salió del muchacho y se quitó el preservativo. El chico aún respiraba con dificultad y estaba algo tembloroso.
 
—Vístete y vete. Tu dinero está sobre la mesita del pasillo.
 
El chico asintió rápidamente y se vistió a medias.
 
—¿Volverás a llamarme? —el chico lo miró con sus grandes ojos de ternero. Hoseok agitó la mano.
 
—No lo creo. Ahora vete, por favor.

Se recostó en la cama y encendió la tele. HyungWon estaba mojándose la cara. Lo vio mirar su visible erección y acariciarse por encima de la tela. Hoseok se incorporó en la cama, con el deseo golpeándolo en las sienes. Lo próximo que supo es que se encontraba gimiendo a la par que veía a ese hombre de ensueños darse placer sobre el piso del baño. Deseaba correr e irrumpir en su habitación para hacerlo gritar de placer. Lo deseaba. Moría por tenerlo entre sus brazos y bajo su cuerpo. Pero debía ser paciente. Quería que HyungWon se entregara a él por propia voluntad. Y no pensaba parar hasta lograrlo. Lo quería para él.

Quería a Chae HyungWon para él solo.

Quería a Chae HyungWon para él solo

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#1+Greed #obsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora