#1+Greed #obsession

#Big Yay

2021. 𝘼𝙘𝙩𝙪𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙. 𝙎𝙚𝙪𝙡, 𝘾𝙤𝙧𝙚𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙎𝙪𝙧

Una mano tibia se posó en la parte inferior de su espalda y HyungWon se agitó con un escalofrío.

—Allí tienes un cepillo de dientes —el hombre le señaló un cepillo eléctrico y HyungWon casi se abalanzó sobre el aparato. Estuvo unos minutos largos lavando su boca y cuando terminó soltó un suspiro de satisfacción.

Luego terminó de quitarse los pantalones, alegando que él podía hacerlo solo y evitar que ese hombre le pusiera las manos encima.

—¿Podrías darte vuelta? —pidió en voz baja. El hombre cruzó los brazos y movió la cabeza de un lado a otro.

—Lo siento. No puedo hacer eso. Esperé mucho tiempo para tenerte. No puedes prohibirme mirarte.

HyungWon giró la cabeza, el cabello caía grasoso sobre su cara. Estaba francamente asqueado de su propia suciedad, pero no podía precisar cuánto tiempo había pasado encerrado. Asintió a duras penas y dejó caer el pantalón que se arremolinó en sus tobillos.

Pudo ver cómo el hombre se relamía lentamente, pasando la lengua rosada por su labio inferior y luego mordiéndolo. Se sintió desnudo antes de estarlo.

—Los boxers —dijo con voz profunda el hombre.

HyungWon estaba mortificado. Sentía la cara caliente y la rabia a flor de piel. Pero deseaba entrar al agua y refregar la piel hasta sangrar. Su propio hedor estaba molestándole así que con un movimiento rápido, agarró el elástico de los boxers y tiró hacia abajo.

Sintió un quejido a sus espaldas, pero no quiso girarse. Se quedó quieto una vez que estuvo totalmente desnudo y esperó. El hombre se paró detrás suyo y dejó un beso en uno de sus hombros. HyungWon cerró los ojos y tomó aire.

—¿Vas a violarme? —preguntó con cautela.

—Yo no hago esas cosas —respondió el hombre a su lado pasando un dedo por el largo de su brazo.

—Me secuestraste. Disculpa si te creo falto de escrúpulos.

Una risita baja y el hombre se paró frente suyo.

—Bien, pero creo que ambas cosas son diferentes. No quiero hacerte daño.

HyungWon lo miró y luego juntó sus labios en una línea.

—Vamos al agua —dijo y lentamente bajó sus manos hacia el cintillo de la bata y lo desató. HyungWon no pudo menos que reprimir una exclamación. El hombre era enorme en todos los sentidos. Tragó con fuerza y desvió la mirada.

El hombre lo tomó de la mano y lo condujo al agua. Estaba a una temperatura que hizo que su piel se erizara al contacto caliente. Suspiró de placer y se apresuró a sentarse, agarrándose las rodillas. El hombre, desnudo y con la máscara de conejo, agarró un frasquito de vidrio soplado y vertió un poco de líquido y se acercó a HyungWon. Este intentó acurrucarse un poco más contra una de los laterales del jacuzzi, pero el hombre lo jaló con suavidad de un brazo y lo acercó a su cuerpo para empezar a frotarle los hombros con aceite de lavanda. HyungWon no dijo nada, solo se dejó hacer. De todas maneras no había mucho que pudiera hacer si decidía pelear con el hombre. Estaba seguro de que perdería. El hombre era una pared de músculos fibrosos. No tendría oportunidad alguna contra él en una pelea cuerpo a cuerpo. Ese pensamiento lo hizo removerse incómodo.