HyungWon gimió con fuerza mientras unos brazos fuertes lo apresaban a la par que ese cuerpo grande embestía contra el suyo sin piedad. Echó la cabeza hacia atrás y sonrió.
—No te detengas, por favor... —gimió.
—No te preocupes. No me iré a ningún lado, ranita.
HyungWon abrió los ojos y la oscuridad lo engulló por completo. Golpeó el colchón con los puños. Otro sueño. Otro maldito sueño. Todavía podía sentir su piel hormigueando por donde Wonho lo había tocado en sueños. Sentía su miembro totalmente despierto y dolorido. Era la cuarta vez en la semana que soñaba con él. No podía continuar de esa manera. Debía encontrar a Wonho. ¿Pero cómo? ¿Dónde?
Se levantó para meterse en el baño y refrescarse. Seguía duro como una roca y creyó que una ducha de agua fría podría ayudarlo. Se equivocó. Las caricias de Wonho lo perseguían sin descanso así que no le quedó más remedio que aliviarse de otra manera.
¡Maldito seas, Wonho!... Vuelve por mí, por favor.
Horas después los ojos se le cerraban y Kihyun lo golpeó con una cuchara en la cabeza.
—¿Qué diablos haces por las noches que no duermes?
HyungWon se frotó la cabeza. —Deja de molestarme. Estoy cansado.
—Te recuerdo que te borraste casi un mes para "descansar". Así que no hay excusas. Ahora dime, ¿tienes a mano lo que hiciste en tu retiro espiritual? Quiero saber en que has estado trabajando.
HyungWon negó con la cabeza y bostezó.
—No. Lo olvidé. Sólo dame mis horarios de hoy. Iré al estudio.—Bueno, ah, lo olvidaba. En dos meses habrá un evento en un club privado. Me preguntaba si querrías 'animar' el ambiente. No les respondí todavía. Quería consultarlo contigo primero.
HyungWon se encogió de hombros, mirando hacia afuera por el ventanal.
—La paga es buena... —acotó Kihyun.
—Está bien. Lo haré.
Luego de terminar su café, caminó hasta su estudio. Cuando entró al edificio la recepcionista lo llamó.
—Señor Chae, tiene un paquete.
La chica se agachó y puso una cajita negra sobre la mesa con un sobre.
HyungWon la miró. —Gracias.
Agarró las cosas y se dirigió al ascensor. Su celular comenzó a sonar. Gruñó cuando vio el nombre en la pantalla. Idiota. Su celular siguió sonando y al final, harto, contestó.
—¿Qué diablos quieres? —rugió al teléfono.
—Wonnie... ¿Podemos hablar? —la voz de su ex lo hizo enojar.
—Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.
—Por favor. No podemos terminar así. Debes escucharme.
—¿Debo? No, cielo. Yo no debo hacer nada por ti. Nada. No quiero escucharte. Déjame en paz y se feliz con tu profesor.
—Yo te amo.
HyungWon soltó una carcajada. —No puedo creer que aún tengas el cinismo de decir eso.
—¿Podemos vernos?
—Ya te he dicho que no. Adiós, idiota.
Y colgó. Luego caminó de nuevo hasta el mostrador.
—Dami, puedes llamar a la compañía de celulares. Necesito cambiar el número.
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#1+Greed #obsession
Roman pour Adolescents'-Ay, Wonnie, Wonnie. Mi hermoso y malhumorado Wonnie. Ahí te equivocas. Sé absolutamente todo sobre tí. TODO...' La codicia es el deseo desordenado por poseer riquezas, bienes o simplemente posesiones. Es deseo obsesivo. Deslealtad. Traición delib...