'-Ay, Wonnie, Wonnie. Mi hermoso y malhumorado Wonnie. Ahí te equivocas. Sé absolutamente todo sobre tí. TODO...'
La codicia es el deseo desordenado por poseer riquezas, bienes o simplemente posesiones.
Es deseo obsesivo. Deslealtad. Traición delib...
HyungWon estaba acurrucado en el regazo de Hoseok, mientras este leía el periódico y acariciaba su cabeza distraídamente.
—Me encanta que seas tan grandote —dijo de repente dejando un beso en el cuello de Hoseok.
—¿Si? —inquirió Hoseok dejando el periódico a un lado y volviendo toda la atención hacia HyungWon.
—Si, me encanta porque cuando me abrazas parece que puedo desaparecer en tus brazos. Es algo curioso si tenemos en cuenta que soy más alto que tú.
Hoseok se rió y hundió la cara en el cuello delgado. —Te amo, jirafa —dijo restregando la nariz en su piel. HyungWon suspiró enamorado.
—¿Cómo es que pasé de ser una rana a una jirafa?
Un celular comenzó a sonar sobre la mesa. HyungWon le echó una mirada de odio al aparato pero al ver que la persona del otro lado no iba a darse por vencida, atendió.
—¿Quién es Shin Hoseok y por qué hay doscientas fotos de los dos en todos lados? Dijiste que te sentías mal, mentiroso —Kihyun soltó todo sin darle tiempo a saludar. Lo dejó descargarse a piaccere y al final cuando su representante se calló, aprovechó para saludar.
—Yo estoy bien, gracias por preocuparte.
—¡Qué preocuparme ni qué ocho cuartos! ¡Tengo como a diez personas en la puerta del estudio preguntando por ti y por tu 'romance' con el asesor de arte de la familia imperial japonesa!
HyungWon abrió la boca para contestarle pero lo último lo había tomado por sorpresa. Miró a Wonho levantando una ceja.
—¿Eres asesor de arte del emperador de Japón? —preguntó anonadado. Escuchó un resoplido del otro lado de la línea. Hoseok se encogió de hombros y revoleó los ojos como lo haría un niño que fue atrapado en alguna travesura. HyungWon dijo 'Wow' por lo bajo y volvió a la conversación con su representante. —Bien, si. No te mentí. Me sentía mal...
—Ya veo lo mal que te sentías. Mira, sé que el idiota de JinYoung te trató como la mierda pero, ¿siquiera conoces a este hombre?
—Si, lo conozco —dijo mordiéndose el labio para no reír cuando Hoseok le pellizcó una nalga.
—Bien, como sea, lo que hagas con tu trasero en tu tiempo libre no es mi problema pero necesito que vengas al estudio. Ahora en lo posible.
HyungWon hizo un puchero que Hoseok se apresuró a picotear. HyungWon soltó una risita feliz.
—No, no quiero ir... Estoy ocupado, Kiki...
—Te doy tres horas. Tú sabrás cómo las aprovechas. ¿Necesitarás una silla de ruedas?
Hoseok se rió por esas palabras y asintió contento. HyungWon le pegó en la cabeza.
—Bien. Tres horas. Ahora voy a colgar. El reloj corre. Byeeee...
Hoseok le abrió la bata de seda y se inclinó para lamer su pezón. —Así que tres horas, eh... Se me ocurren tantas cosas para hacer en ese tiempo.
Hoseok no tuvo reparos en tomarlo sobre la mesa de la sala. HyungWon temblaba de pies a cabeza y se llevó una mano al pecho.
—Diablos, creo que en serio necesitaré esa silla de ruedas...
Hoseok repartió algunos besos sobre su abdomen y HyungWon lo sintió reírse contra su piel. Movió la pierna para golpearlo pero Hoseok le dio una mordida en el interior del muslo y HyungWon se echó a reír por las cosquillas.
—Exagerado —dijo Hoseok ayudándolo a bajar de la mesa. —Vamos, ranita. Quiero que nos demos un baño juntos antes de que te vayas. HyungWon estiró la mano y se incorporó. —Oh, mira quién vino a verte.
HyungWon se giró a tiempo para Big Yay que se acercaba por la mesa hacia ellos. Tuvo un pequeño sobresalto y se bajó de la mesa rápidamente. —Cielos, está más grande que la última vez que la vi.
Hoseok levantó a su mascota y la acomodó sobre sus hombros. HyungWon jadeó al ver la imagen que parecía sacada de algún libro de arte y recordó la primera vez que había visto a Wonho con el rostro descubierto y la serpiente negra sobre su piel blanquísima. Esos días se le antojaban tan lejanos en su memoria y recién habían pasado poco más de dos meses.
—Me gustaría saber pintar para retratar esta escena —dijo casi sintiendo lástima por sí mismo— te ves... ardiente como el infierno.
Hoseok aún estaba desnudo y el contraste de la piel negra como el carbón del animal contra la suya que era blanca como la nieve era algo que quitaba el aliento.
—¿Oyes eso, cariño? — dijo Hoseok acercando su cara a la del animal. —Parece que la ranita quiere hacer travesuras.
Dejó a su mascota sobre el piso y se acercó a HyungWon. —Vamos, después de lo de hace un rato y de lo de anoche, te mereces algo especial... —dijo cargándolo en sus brazos y empezando a caminar hacia el baño.
HyungWon agitó las piernas feliz y se aferró con fuerza al cuello de Hoseok.
—Ya casi no siento las piernas —dijo riendo contra el oído de Hoseok.
—Mejor. Eso quiere decir que no podrás salir de aquí.
—No me importa, no me iré a ningún lado. Ahora, enséñame que eso tan especial que me merezco por lo de anoche... —susurró con picardía. Hoseok lo apretó un poco más contra su pecho.
—Bien, pero primero llama a Kihyun y dile que vaya ordenando esa endemoniada silla.
♡
La codicia es deseo depredador. Es deseo insaciable. Es algo fuerte, algo pesado de cargar. La codicia, así como el amor, no conoce moderación ni paciencia. Es hambre y es desorden. Fuego y nieve. Es vida y muerte. Hoseok se dejó consumir por completo en el pecado de la piel de HyungWon. Por primera vez en su vida había dejado que el amor se comiera su codicia y sus miedos.
Y pecar nunca se había sentido tan delicioso.
Porque verás, amigo mío, el punto es que todos nacimos pecadores. ¿No es así?
Pero, ¿qué es el pecado? ¿Son las sombras de nuestra personalidad? ¿Son los deseos escondidos que nos persiguen cuando nadie está viendo para asaltarnos cuando menos lo esperamos? Hoseok sabía que la raíz de su pecado tenía nombre y apellido. Chae HyungWon era quien manejaba los hilos que tiraban de él en su dirección. La fruta prohibida. La única manzana que podía saciar su hambre voraz. Y entonces descubrió que ya no quería ser salvado.
Fin
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Otra historia que llega a su fin. Esta historia comenzó con una idea sobre los pecados capitales. Iba a hacer que cada uno de los chicos representara un pecado capital pero descubrí que no puedo escribir sobre los demás como protagonistas absolutos. Y el 2won se me hace más sencillo y me fluye más. Disfruté mucho creando los personajes y debo admitir que estoy bastante conforme con la historia en líneas generales y eso es algo que no suele pasarme muy a menudo. Pero bueno, espero que la hayan disfrutado aunque sea un poquito. Gracias a todas las personitas que se tomaron y se toman el tiempo de leer lo que yo escribo. En serio, gracias de corazón. Me pone muy contenta sus mensajitos y sus comentarios. Por eso quiero agradecerles de corazón que sigan a mi lado y que siempre tengan una palabra, un mensajito o un comentario lindo de su parte. Son geniales. Las quiero. ♡♡♡♡♡ Kiddo.