2021. 𝘼𝙘𝙩𝙪𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙. 𝙎𝙚𝙪𝙡, 𝘾𝙤𝙧𝙚𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙎𝙪𝙧
HyungWon abrió los ojos e intentó moverse, pero los grilletes se lo impidieron. Una vez más reprimió el impulso de gritar.
—Al fin despiertas —la puerta se abrió y HyungWon se retrajo en su sitio, escondiendo la cara entre sus brazos—. ¿Tienes hambre? Preparé algo especial para ti.
HyungWon no contestó pero el miedo escaló en su interior, anclándose en la boca de su estómago cuando escuchó el taconeo de las botas de su captor que hacían eco en la habitación vacía.
Lo sintió inclinarse a su lado, su perfume lo delataba y sus fosas nasales se dilataron. Era un olor masculino. Bosque y madera. Un olor demasiado agradable y quiso repelerlo a consciencia, pero no pudo. El aroma quedó impregnado en su nariz. El hombre le acarició el rostro, obligándolo a que moviera la cara hacia él. Estaba oscuro y no podía verlo bien. Tampoco estaba seguro de querer hacerlo.
—Ven, vamos... —los grilletes se aflojaron con un click seco y el hombre lo levantó en vilo, como si él no pesara nada. Las manos grandes se afirmaron en su cintura, hundiendo apenas los dedos en su carne—. Te daré un baño, eres tan hermoso. Sabes, la primera vez que te vi quedé prendado de ti.
HyungWon no contestó. No tenía nada que decir. Estaba claro que el hombre que lo había secuestrado era un desquiciado. Pudo notar que era un hombre grande por el tamaño de sus brazos, casi que lo llevaba en el aire. El hombre empujó la puerta con su pie y la luz lo dejó momentáneamente ciego. Parpadeó repetidas veces alejando las manchas brillantes que se asentaban en sus retinas. Y entonces lo miró. Y casi se cae hacia atrás del susto. El hombre llevaba una extraña máscara de conejo, negra y opaca que le cubría la mitad superior de la cara. Lo vio sonreír y le extrañó que tuviera una sonrisa amable, de dientes blancos y parejos. Y sus labios rosados eran generosos y atractivos. Apartó la vista tan rápido como pudo.
—¿Te asusté? Es una linda máscara, ¿no crees? —preguntó. HyungWon miró al piso, contando las baldosas, intentando no entrar en pánico. Su captor hablaba como si estuvieran en una charla de té a las cinco de la tarde. Y era, francamente, escalofriante.
Pronto salieron a un espacio abierto, que se asemejaba a un jardín de invierno, bien iluminado, pero sin plantas. HyungWon no pudo evitar echar una rápida mirada al lugar, mirando los techos altos de cristal. Si la situación hubiera sido otra, estaría encantado con el lugar y quizás hasta eligiendo la decoración.
—Primero te daré un baño y luego desayunarás. Quiero que estés sano y fuerte. Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Personalmente, creo que es cierto...
Se adentraron por un pasillo muy elegantemente decorado. HyungWon casi no pudo reprimir una exclamación de admiración al ver las obras de arte que adornaban las paredes y el piso de mármol rosa. Su captor tenía muy buen gusto. Siguió perdido en sus pensamientos cuando una mano enorme lo empujó suavemente hacia un baño.
HyungWon dejó escapar un WOW por lo bajo. Podría quedarse a vivir en un lugar así. Aunque quizás era demasiado ostentoso para su gusto, pero aún así quitaba el aliento. Por supuesto que él no podría pagar un lugar como aquel aunque ahora estuviera ganando pequeñas fortunas. Su captor parecía haber acaparado todo el mármol negro de Corea y bañado las paredes y demás superficies del baño con él. Era un baño inmenso, donde fácilmente podían caber cincuenta personas con facilidad. Había un jacuzzi que era el centro de atención y un ventanal que daba a un paisaje de ensueño. El vapor flotaba tenue en el aire y un delicioso olor a almendras se levantaba del agua vaporosa.
HyungWon no entendía nada. El hombre lo trataba con una pasmosa familiaridad. Por supuesto que, guiándose por lo que le había dicho, ya lo conocía. Aunque por supuesto también había dejado en claro que era uno de esos fans obsesivos. HyungWon frotó sus manos, no sabiendo bien qué hacer mientras el hombre se quitaba la camisa. Tenía un cuerpo digno de las arenas del Coliseo y HyungWon se quedó admirándolo. Su cuerpo era más bien delgado y de extremidades largas, así que siempre le habían llamado la atención los cuerpos grandes y musculosos. Su propio novio era un hombre fuerte. Pensar en su novio le infundió una calidez que lo hizo sonreír y no se percató de que su captor estaba mirándolo. Con una sonrisa muy sugerente.
—¿Te gusta lo que ves?
HyungWon clavó la mirada en el piso y negó con la cabeza. El hombre se acercó y HyungWon instintivamente retrocedió algunos pasos.
—No tengas miedo. Jamás te haría daño.
—Le apartó el cabello largo que caía sobre sus ojos y le levantó la cara con dos dedos sobre su barbilla—. ¿Cómo es que eres tan atractivo? —el hombre con un rápido movimiento de su brazo, lo atrajo hacia su cuerpo por la cintura. HyungWon cayó contra el pesado pecho contrario e hizo una mueca de dolor. Por reflejo subió las manos que aterrizaron en los fuertes pectorales de su secuestrador.—Por favor, déjame ir —balbuceó reuniendo todo el valor que fue capaz.
El hombre movió la cabeza negativamente y acarició su espalda con suavidad. HyungWon se estremeció.
—No. No todavía. Déjame cuidarte... —lo apartó de su cuerpo y procedió a quitarle la ropa. La camisa, ya sucia de haberse apoyado en la pared de su celda improvisada, cayó al suelo y pronto unas manos rápidas empezaron a desabrochar su pantalón.
—¡No! —gritó HyungWon y se alejó unos pasos más—. No lo hagas... Yo... Yo tengo una pareja.
La expresión del hombre era imposible de leer por la máscara, pero pudo ver claramente cómo fruncía la boca y suspiraba.
—Él no te merece —dijo con voz grave y profunda, muy diferente a la voz suave que había estado usando hasta hace unos segundos—. Él no te quiere como yo lo hago, ¿entendiste?
—Cierra la boca —HyungWon ya estaba harto— ¡tú no sabes nada de mí ni de él!
El hombre soltó una risa que otra vez descolocó a HyungWon por su sonido cantarino y agradable. Era una risa encantadora. Y eso lo hacía aún más perturbador. Ese hombre musculoso y grande, que bien podría haber salido de la fantasía triple x de casi cualquier mortal, lo tenía secuestrado y su mente confundida alternaba entre el miedo y la fascinación.
—Ay, Wonnie, Wonnie. Mi hermoso y malhumorado Wonnie. Ahí te equivocas. Sé absolutamente todo sobre ti. TODO.
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#1+Greed #obsession
Novela Juvenil'-Ay, Wonnie, Wonnie. Mi hermoso y malhumorado Wonnie. Ahí te equivocas. Sé absolutamente todo sobre tí. TODO...' La codicia es el deseo desordenado por poseer riquezas, bienes o simplemente posesiones. Es deseo obsesivo. Deslealtad. Traición delib...