#Impulsos

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HyungWon salió de la cama de mala gana, enojado por el encuentro con WonHo. Le molestaba profundamente que el tipo se tomara la licencia de hablar mal de su pareja. JinYoung era su novio. El amor de su vida y no iba a permitir que un idiota que andaba secuestrando gente solo para aliviar sus bajos instintos, hablara mal de él. Se metió en el armario, agarró una bata al azar y luego decidió darse una ducha fría para estar más despierto. Cuando entró a la sala, WonHo estaba parado frente a la ventana con los brazos detrás de la nuca. HyungWon no pudo evitar radiografiar ese cuerpo de infarto. Las piernas largas de músculos definidos y gráciles. El trasero firme y redondo. La cintura estrecha que daba paso a una espalda hermosa y amplia y unos brazos que podían partirte a la mitad si quisieran.

¡Cielos! ¿Por qué tiene que verse tan bien el maldito?

Se aclaró la garganta y el hombre se giró con una gran sonrisa que hizo a HyungWon suspirar en silencio. Debía encontrar la forma de huir. Y ver a su novio. Y desquitarse toda la frustración que sentía en la cama. 

—¡Te tardaste un poco! —observó WonHo caminando hacia una puerta para luego aparecer con una bandeja. HyungWon se sentía molesto, pero el desayuno lucía demasiado bien para seguir con el ceño fruncido. —Hay huevos, frutas, jugos, cereales y café. Tienes que mantenerte fuerte.

—¿Acaso tan mal me veo? Parece que quieres engordarme como la bruja de Hansel y Gretel. ¿Quieres comerme?

Rió de su propio chiste, pero al ver la mirada hambrienta del hombre se reprendió mentalmente por la broma. 

—Te ves sensacional, pero yo hablaba de que debes cuidar tu salud. Con respecto a la segunda pregunta, ¿de veras quieres que responda? —el hombre levantó una ceja y se mordió el labio inferior. 

HyungWon tragó grueso. —Gracias… supongo. —Dijo con cautela cuidando de no mirarlo.
—¿No trabajas hoy?

Wonho miraba las frutas y agarró unas fresas para luego comerlas de a una mientras lo miraba.

—¿Por qué? ¿Ya quieres que me vaya? 

HyungWon se encogió de hombros y rodó los ojos, resoplando. —No me interesa. Además no es como que tenga elección. Me secuestraste. 

WonHo frunció la boca. —¿Te estoy tratando mal? 

—¿Qué diferencia hace si estoy aquí en contra de mi voluntad? Que quieras disfrazar esto
—hizo un gesto abarcativo a los dos— de amistad o camaradería, es otra cosa. 

—Puedo darte lo que quieras. ¿Quieres libros? Hay una biblioteca al final del pasillo donde está tu habitación. ¿Quieres ver películas? Tu habitación está equipada con lo último en tecnología. Es poco menos que un cine. ¿Quieres equipos? ¿Consolas? ¿Discos? Sólo pídelo y lo tendrás. Quiero que estés cómodo.

—Entonces déjame ir. Quiero mi vida de vuelta.

WonHo suspiró y se levantó. Se paró detrás de HyungWon y comenzó a hacerle pequeños masajes en los hombros. HyungWon se tensó ante el contacto.

—¿Tienes que tocarme todo el tiempo? —preguntó relajándose de a poco. Las manos fuertes friccionaban deliciosamente su piel. Cerró los ojos, disfrutando los masajes.

—Me gustaría hacer más que tocarte —susurró Wonho en su oído. HyungWon se estremeció pero no se movió. 

—Escucha, te daré lo que quieras sólo… sólo déjame ir. 

HyungWon giró la cara y levantó la mirada. Los ojos oscuros de WonHo llamearon. 

—Hablo en serio —dijo ahora levantándose para quedar frente al hombre. —¿Quieres mi cuerpo? Tómalo. Si eso es lo que quieres. 

#1+Greed #obsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora