A Yoongi comienza a gustarle Hoseok, pero tiene que seguir fingiendo su heterosexualidad frente a sus amigos, porque no desea recibir sus crueles burlas por volverse un rarito.
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—No, weyes, mi papá estaba pedísimo, no se dio cuenta que le agarré esas botellas —les decía Jin, mostrando el contenido en su mochila.
—No seas mamón, rey, tu papá compra de las chidas. No como el papá de Jimin que compra chupe barato que nos va a dejar ciegos —comentó Jungkook entre risas.
—Ah, pero bien que te lo tragas, ojete —respondió Jimin, dándole un codazo en el estómago.
—Al chile ustedes parecen esposas, siempre peleándose —se burló Taehyung, sentándose junto a Yoongi en la banqueta y encendiendo su cigarro.
—Sí, perro, así como tú y tu esposa Hoseok —dijo Jungkook a la defensiva pero solo provocando más risas de los demás.
—Vete a la verga, sí es cierto. El Tae se lo come con la mirada —agregó Jin a las burlas.
—Coman pito, culeros. Que me va a gustar ese marica. A mí me gustan los culos femeninos —se defendió con propiedad.
—Ya van a empezar a chingar otra vez con esa mamada —se quejó Namjoon, sentándose sobre el asiento trasero de auto que habían recogido de la carretera solo para formar su propia sala de estar que habían hecho en un espacio deshabitado al fondo del fraccionamiento—. Ya dejen a Hoseok en paz, él se está volviendo parte de nuestro grupo.
—Ya, Namu, mejor dinos que ya lo tienes apartado para ti.
—Si van a estar en ese plan, al chile mejor le llego. Yo solo estoy tratando de decir que no debemos hacerle bulla a uno de nuestros compas —explicó Namjoon más calmado, solo no quería que le hicieran burla, emparejandolo con Hoseok.
—Me consta que a Namu no le gusta Hoseok —comentó Jimin, sentándose a su lado—. Anoche le estaba dando una mega cogida a Samantha justo en este sillón.
—Ah, perro.
—No mames, mi héroe.
—¿Y sí aprieta?
Comenzaron los comentarios y alardes de los demás, logrando cambiar del tema de Hoseok.
Yoongi no había dicho ni una sola palabra, no podía insultar a Hoseok igual que sus amigos ni mucho menos apoyar en las estupideces que decían. No podía explicarse pero definitivamente no podía hacerlo, no a Hoseok.
Así que en silencio, fumando su cigarro, escuchaba como Namjoon se había follado a una de las chicas más fáciles, pero difíciles en conquistar.
—Es que según estábamos platicando acerca de unos cursos que ella está tomando, pero cuando me di cuenta, ya me la estaba sacando para chuparmela —relataba, teniendo la atención de los demás.
—No puedo creer que contigo haya aflojado más rápido —mencionó Jin, repartiendo el alcohol robado en vasos térmicos—. Esa vieja me costó un vergo de dinero en cine y centro comercial, y ni un perro beso obtuve.
