Parte 17

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Porsche

💟


  Escondí mi agitada respiración entre mi cuello y mi hombro.

  –Respira Porsche –dijo Vegas recorriendo con su lengua todo mi pecho.

  Él está sobre mi mirándome directamente al pendiente de cada expresión y cada sonido que salen de mi ser.

  –No escondas tu rostro, mírame.

  Moví lentamente mi rostro hasta que nuestras narices rozaron.

  –Pórtate bien, si no quieres que me enfade –dijo pasando rápidamente su lengua por encima de mis labios.

  ¿Enfadar?

  De repente recordé los momentos en los que parecía convertirse en otra persona, eso me aterraba pero ahora sinceramente... sabiendo lo que siente, tengo curiosidad por lo que puede hacer...

  –No te prometo nada –dije esperando ver una reacción.

  Nada

  –Tu forma de provocarme es algo decepcionante, ¿no te lo había dicho?

  Bajó el cierre de su pantalón y se lo quito junto a su ropa interior, dejando a la vista su prominente erección.

  –Liberame y te lo mostraré –dije levantando la cintura hasta que mi estómago tocó su pene.

  –No.

  Tomó mi cintura con sus dos manos y jaló mi cuerpo hacia él haciendo que la cabecera sonara fuertemente.

  Mi respiración se volvió agitada teniendo esta prueba de su fuerza.

  ¿Si lo hago enojar hará uso de la fuerza también?

  –¿Quieres follarme no? –dije sonriendo de lado –. Tan sólo mírate, estas tan exitado por verme así.

  Acaricié su miembro con mi rodilla suavemente provocando un casi invisible temblor en su abdomen.

  –¿Te duele no tener el control conmigo?

  –Cállate –dijo poniendo una mano sobre mí boca –. Realmente tu....

    "Toc toc toc" sonó la puerta y los dos miramos hacia esa dirección.

  –Maldita sea...

 –Solo sigue –dije llamando su atención.

  Él sonrió de lado y se inclinó de nuevo hacia mí.

  –¡Jóven Vegas! –gritaron al otro lado de la puerta.

  Vegas se levantó de golpe y se dirigió a la puerta maldiciendo en voz baja.

  –¿Que pasa? Estoy ocupado.

  –Disculpe, pero alguien lo quiere ver –dijo el guardia.

  –No puedo, que regrese en dos horas.

  –¿¡Dos horas?! –se escuchó una voz bastante conocida seguido de unos insistentes golpeteos –. ¿Así es como tratas a tu hermano?

  –¿Macau? –dijo Vegas con notorio interés.

  –¿Quién más podría ser? ¿Me vas a abrir o no? 

  Vegas me miró, pensó un rato y suspiró rascándose la nuca.

  –Espera en la sala, en un momento bajo.

  –¡No tardes! 

  –Haz lo que te digo, no me tardo.

  –¡Okey! –contestó para después dejarnos en silencio.

  Vegas se dio la vuelta, caminó hacia mí se arrojó ligeramente sobre mi. 

  –Los siento –dijo colocando sus manos en mi espalda –. A veces suele ser muy insistente.

  –Esta bien, apresúrate –dije –. Y quita esto de mis muñecas que estoy dejando de sentir mis brazos.

  –Lo siento –repitió.

  –Ya dijiste 'lo siento' dos veces seguidas, nuevo récord –dije en forma de burla mientras él desata los listones de mis manos.

  –Tu, Porsche –dijo señalando mi rostro con su dedo –. Luego me las arreglo contigo.

  –¿A si? –dije mordiendo mis labios reteniendo mi sonrisa –. Acá te espero.

  

  



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