Parte 19

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Porsche

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  –Perdón pero sin autorización no puede salir –dijo el guardia moviendo la cabeza de un lado a otro en decidida negación.

  –Él ya lo sabe, no tardo ni dos horas –insistí.

  –Lo repito, sin autorización previa nadie puede salir.

  Aaa... de verdad

  –¿Quiere que lo traiga hasta acá para que le diga que me deje salir? –dije con molestia –. Él está ocupado ahora, pero sin ningún problema puedo ir por él.

  Me di la vuelta tratando de no avanzar rápido.

  –No, no, no, no quiero molestarlo –suspiro cerrando los ojos como si tuviera un molesto dolor de cabeza –. Esta bien, pero si no vuelve en dos horas tendré que reportar su salida con el jefe.

  Me monté en la moto con victoria, me puse el casco y la encendí.

  –No se preocupe, llegaré con puntualidad –dije brindándole una leve sonrisa.

  Me puse en marcha y rápidamente comencé a recorrer la carretera, hace mucho que no salía solo, es decir, he salido a distintos lugares pero siempre en compañía de Vegas o de sus guardias, esta vez, es por mi propia cuenta.

  La zona industrial comenzó a hacer presencia conforme avanzaba más kilómetros.

  Me siento nervioso y con miedo, sé que Porchay siempre ha tenido comprensión conmigo, sabe que nuestra situación no es la mejor pero... si me pregunta qué he estado haciendo o dónde he estado, simplemente siento vergüenza de contarle la verdad.

  Arribe a las casas un poco descoloridas hasta que llegué a la mía.  Estacione la moto afuera y me preparé para entrar. Abrí la reja con cuidado de no hacer mucho ruido, no quiero asustarlo. Miré por las ventanas tratando de ver algo pero todo está oscuro, abri la puerta del jardín y entré sigilosamente.

    –¿Porchay? 

  Un crujido detrás de mi hizo que rápidamente me diera la vuelta.

   –¡Sal de mi casa! 

  Y ahí estaba él, sosteniendo un bat de béisbol con sus dos manos, con las expresiones endurecidas y los ojos enrojecidos.

  –¡Porchay, soy yo! –grité levantando las manos en señal de inofensivo.

  –¡Llamaré a la policía! –gritó de nuevo.

  –¡Oye, soy Porsche! –dije esquivando el bateo que pasó cerca de mi cabeza.

  Me levanté de inmediato deteniendo sus ataques con todas mis fuerzas.

  –¡Mírame! Soy Porsche –dije tratando de que se calmara –. ¿Ves? Soy tu hermano.

 Su respiración agitada fue lo único que se escuchó por un momento mientras sus ojos viajan por todo mi rostro.

  –¿Porsche? 

  –Si, soy yo –dije asintiendo con rapidez.

  Porchay sonrió y lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

  –¡Porsche! –sus brazos se enrollaron en mi cintura con fuerzas y posó su cara en mi pecho mientras se escucha su llanto –. Te extrañé tanto.

 Traté de mantener la compostura pero me sentí totalmente desconcertado, feliz y ¿culpable?

  Contestar con un "Yo también" hubiera sido lo normal para un hermano decente, pero ahora mismo me siento como la mierda. No tengo la dignidad.

  –Perdóname.

  Su torso se mueve y se aferra a mi con fuerza.

  –¿Porqué tardaste tanto en regresar?

  –Yo... de verdad lo siento, no-

   "Ding dong" sonó el timbre de afuera tres veces seguidas.

  Mi sentido de alarma se activó de inmediato y llevé mis manos a mi pantalón esperando encontrar mi arma, pero no había nada.

  Si seré idiota, vine hasta acá desarmado.

  –Escóndete, ahora –le ordené.

  Porchay se separó y paso la manga de su suéter limpiando sus lágrimas.

  –¿Oh? Debe ser el guardian que mandaste para mi –dijo con tranquilidad.

  –¿Guardian? –dije confundido.

  –Si, suele venir a esta hora.







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Gracias por el número 1 en el #Porsche !!





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