IV - El disfrute de la carne.

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Cuando John me saludo, no dejo de sonreírme. Me resultaba un poco raro, John en sí ya era un enigma.
  ¿Cómo es que causaba tanto encanto? ¿Cómo es que atraía a todos como a moscas? ¿Por qué hacía lo que hacía? Tantas preguntas rodeaban a John que me era imposible no preguntarme qué clase de persona era. La idea de que podía ser un fanfarrón seguía en pie pero, era obvio que había algo más.
  Lo descubriría esa misma noche. Él hablaría de sus cosas y sabría qué clase de persona era, y si convenía que estuviera con nosotros la mayor parte del tiempo.

  Aún no me fiaba de John, eso estaba claro.

  —¿Quieres ver el menú?— me pasó el papel en micado.—Hay muchísima variedad, tantos cortes de carne.— señaló a las jugosas carnes que se veían en el Menú.

  —Hay demasiados cortes de carne. Todos se ven exquisitos.— dije mientras pasaba mi dedo por el Menú. Veía todos los cortes y agradecí de que Michael no estuviera cerca, de lo contrario, se infartaría.

  —Hay de cerdo, de vaca, de pollo. Dios, hoy vamos a comer muchísimo, eh.— me guiño el ojo.—Qué rico todo. ¿De qué pedirás tú?

  Y no supe cómo explicarle a John que era vegano. Digo, el chico no sabía qué era un meme, dudaba que supiera un poquito de mi hermano vegano loco y sus creencias respecto de la carne.

  —No como carne, John.— lo mire a los ojos. Levantó una ceja.

  —¿No? Pero si es lo más rico del mundo.— alegó. 

  —Me imagino que lo es. Oh, todo se ve tan delicioso.— dije con ojitos brillosos viendo todo lo que había. ¡Qué delicia todo!

  —Espera, Paul, ¿eres herbívoro?— dijo pensativo y yo solo reí. ¿Tenía cara de dinosaurio o animal?—No te rías, responde.

  —John, esa clasificación es solo para los animales.— se quedó pensativo y empezó a reírse conmigo. Estaba muy apenado pues se veía que estaba sonrojado.

  —¡Perdón! ¡Perdóname! No sé muchas palabras si tengo que ser sincero.— me sentí un poco triste por eso, así que deje de reírme.—¿Entonces qué eres?

  —Soy vegano.— me miró extrañado.—Quiere decir que no como nada que venga de los animales, ni a los animales mismos. Estaría mal de mi parte ser vegano y comer carne, cuando se supone que yo lo niego.— su cara hizo una "O" cuando termine de explicarle.

  —¿Pero por qué estaría mal? Yo digo que deberías comer todo lo que te plazca, además, ¿por qué la niegas?— sabía que lo que decía John estaba bien pero... reglas de Michael.

  —Bueno, mi hermano es vegano y yo también lo soy. No porque quiera pero mi hermano cree que es bueno si no como carne, dice que eso me hará agresivo.— explique y seguía sin entender a qué se debía.

  —¿Qué? No, no. Mimi, mi tía, dice que es mejor cuando comemos carne. Tal vez es feo matar animales pero oye, los animales son un regalo de Dios, por así decirlo, entonces nosotros tenemos todo el derecho de comerlos.— siguió alegando

  —Y eso lo entiendo, pero son más creencias. Mi hermano, Michael, está muy metido en todo eso del espíritu y que la carne se debe negar. Él dice que las plantas son las verdaderas a las que tenemos derecho de comer.— explique pero aún John quería demostrarme su punto.—Además, Mike dice que no deberíamos creernos superiores a los animales, comiéndolos, solo alimenta más la creencia de que nosotros los humanos somos mejores.

  —Según me dijo mi amigo Stu, todos estamos hechos de átomos, por lo que es verdad, si nosotros fuéramos superiores estaríamos hechos de otra cosa que fuera diferente a los animales.— lo vi un poco raro porque había desviado la conversación. Puso su mano en mi hombro y me sonrió.—Pero, hey, que no te detengan creencias a darle una buena mordida a ese filete de carne. Sé que le hiciste ojitos.— sugirió y yo me sentí bien por primera vez conmigo mismo.
  Sonará estúpido pero tantos años negando la carne y ahora queriendo comerla sería toda una nueva experiencia. Extrañaba comerla así que pensé si la pediría o me iría mejor con una ensalada. La ensalada se veía bien pero nada comparada a la carne.

  John llamó al mesero mientras me quede pensativo. Probablemente él ya iba a pedir pero yo aún no me decidía.

  —Disculpe, ¿puede traernos el especial de la casa?— el mesero asintió y lo anotó en un cuadernito.—Para el chico de aquí,— me señaló con su mano.— un buen filete de carne. Que sea jugoso, tráigale el mejor y el que todos los chefs recomienden, por favor.— el mesero volvió a asentir, anotar y se fue.

  Yo me escandalice un poco cuando escuche que me había pedido carne. No sabía como se pondría mi hermano al saber que yo había consumido carne. Probablemente se pondría como loco y me prohibiría volver a salir con John y los demás.
  Aunque, no tenía que enterarse a fuerzas, ¿o sí? De todas maneras, era horrible pensar en lo que me haría mi hermano si se enterara de eso.
  Agh, SuperVegano me iba a castigar con sus poderes de vegano.

  —John, ¿por qué me pediste carne? Te había dicho que no comía.— le dije un poco preocupado.

  —A ver, si fuera mi ultimo día con vida yo no dudaría en comer lo que se me antojara. Sabía que se te había antojado esa carne y era obvio que la tenía que pedir para ti. Tenía en cuenta que no la pedirías tú porque pensarías en tu hermano y tus gustos. Quise hacerlo porque sabía que el filete te gustaría.— me explico con tanta calma que empezaba a ganarse mi confianza.

  —¿Último día con vida? Oye, no morirás mañana.— trate de animarlo, puesto que ya se había puesto un poco serio.

  —Eso nadie lo sabe, Paul. Es todo un enigma que nos deja el destino.— habló como si tuviera mucho miedo de morir o de tener que enfrentarse al destino.

  John sacó su viejo celular y empezó a checar, lo que creía, eran sus mensajes.

  —Los idiotas de Rings y Geo ya tardaron, ¿cuánto a que se perdieron?— le dije mientras guardaba su celular.

  —Odio cuando me hacen esperar. ¿Te imaginas que en dos minutos me muera y ellos no pudieron reunirse con nosotros?— habló un poco frustrado.

  —¿Qué tienes en contra de la muerte, John?

  —Todo.

  Eso me había dejado pensando. ¿Todo? ¿Por qué le daría tanto miedo algo así? Era cierto que no podía controlar cuando ni cómo moriría, pero tenía que aceptar que ya era algo parte de él.

   —¿Todo? Woah, me dijiste todo y me dijiste nada.— chasqueó su lengua.

  —Oh, Paulie, no seas dramático.— rió un poco.—Aunque, siguiendo con lo de tu hermano... dile de mi parte que una creencia que te prohíbe las cosas es una muy mala creencia.

  —Claro, le dire eso solo para que me corra de la casa mientras me grita: ¡Maldito come animales! Y me persiga con sus poderes de vegano loco.— reí ante lo que había dicho pero John se mantuvo serio.

  —Oye, eso no es gracioso. Es increíble como una sola persona te haga pensar una cosa así. Paulie, la vida está llena de tanto como para que vayas a prohibirte o limitarte por una simple creencia. A veces la gente debe entender que las opiniones no siempre son la verdad.— habló muy serio.

   John sí era todo un enigma. A veces podía actuar como que no sabía nada y todo era un misterio para él. Podía pretender que no sabía de nada solo para que tú le enseñaras, o eso quería crear.
  Pero cuando de la vida y cosas así se tratarán él era muy directo, serio, frío. En solo esa conversación que tuve con él me pude dar cuenta que no había algo que lo atormentara más que vivir y no haber conocido nada.
  Sentía que John era el tipo de persona que pensaba que nosotros veníamos a la Tierra a aprender, a morder el fruto prohibido.

  Tal vez eso era lo que lo hacía tan atractivo a otras personas, la forma en la que podía ser gracioso y a la vez, su rebeldía en casi todo. Me preguntaba como es que sus padres habían hecho como para que pensara de tal forma. Aunque a mi, me parecía divina. Al fin una persona que no tenía exactamente las mismas creencias que Michael pero aún así era interesante.

  John no era tan malo, después de todo.

-here today  ➸ mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora