IX - Canciones para mamá.

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Nos habíamos levantado de la mesa. Habíamos terminado de comer y, yo no sabía qué hacer: ¿irme o quedarme?

—Mimi, ¿Paul y yo podemos ir a jugar a mi cuarto?—le dijo John mientras Mimi recogía la mesa. Ella solo asintió muy sonriente.

John me tomó de la mano, guiándome hasta su cuarto. Pasamos por el comedor, las escaleras y un pasillo hasta llegar ahí.

En el pasillo habían muchas fotos de John como niño. Habían unas muy bonitas y otras algunas, vergonzosas.

—Es aquí, Paulie—me señaló su habitación. La puerta tenía stickers de caritas felices—. Anda, pasa.

Entramos a su cuarto, que, estaba demasiado grande. No parecía ser la habitación principal pero era muy grande.
Su cama estaba hasta un rincón, tenía un escritorio, por supuesto el ventilador, y toda la habitación tenía un tapete muy cómodo.

—Aquí sí te puedes quitar los zapatos, el suelo está calientito—me dijo Johnny con su sonrisa característica.

Y sí, me quite los zapatos antes de entrar. Johnny ya se los había quitado y fue a lanzarse a su cama. Estaba boca abajo.
Yo, fui un poco más lento pero lo seguí hasta su cama.

—Tu cuarto es muy grande, Johnny.—le dije asombrado, mientras veía más de la habitación.

Hasta que me percaté que había una guitarra. ¿Mi Johnny tocará guitarra, o estaba de adorno? Qué pregunta más tonta, pensé después.

—Señor John, ¿sería usted tan amable y tocar algo para su público?—le dije refiriéndome a la guitarra. Él solo rió y se levantó de la cama, camino hasta donde la guitarra y se sentó en el piso, invitándome sentarme a mi también.

Nos sentamos en posición de loto y prosiguió a tomarla entre sus manos. La acomodó bien. Estábamos cara a cara.

—¿Qué desea que toque, Señor Paul?—yo sólo sonreí ante la pregunta.

—Tócame algo lindo, por favor.—sugerí muy entusiasta a lo que estaba apunto de tocar.

—¿Te he hablado de mi madre?—negué—. Bueno, este parece ser un buen momento para que lo haga. Aunque, creo que con una canción sería mejor. Después te contaré todo de ella.

Puso sus dedos en una cuerda y procedió a cantar:

Half of what I say is meaningless. But I say it just to reach you, Julia.—cantaba demasiado bien, su voz era melodiosa. Aunque, mientras cantaba, sólo me pude imaginar a mi bella y hermosa madre.

Escucharlo, provocaba una sensación muy linda dentro de mi. Estaba seguro de que escucharlo era como sentir que mi mamá se comunicaba conmigo a través de la canción.

Julia, seashell eyes. Windy smile, calls me.—siguió cantando. Mis ojos se llenaron de lágrimas y una sensación hermosa recorrió todo mi cuerpo.

Recordar a mi mamá, con ese cabello ondulado que le llegaba a la oreja. Sus sonrisas mientras hacía algo de comer para mi y para mi papá.

Sus hermosos vestidos que daban la sensación de calidez y de hogar. Esas risas tan maternales y en sí, toda ella era una excelente mamá.

Recordando vagamente cuando ella me llevaba a los parques y papá nos tomaba fotografías. En toda la canción la pude sentir, pude sentir ese instinto maternal que ella tanto tenía. Mi madre, bella y hermosa siempre. La amaba tanto. Tal vez no pude ni vivir la mitad de mi vida con ella pero, pensarla servía para reconfortarme.

So I sing a song of love for Julia, Julia, Julia—terminó de cantar, pero la sensación se sentía igual, como si ella estuviera ahí conmigo disfrutando de la canción de mi Johnny Boy—. ¿Estás llorando, Paulie?

-here today  ➸ mclennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora