CAPÍTULO TRECE: Y SI FUERA UNA CHICA

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Timmy no podía procesar lo que estaba ocurriendo, ¡Trixie lo estaba besando! Tendría que sentirse tremendamente feliz, pero aquel acto no le procesaba ningún sentimiento, de repente la figura de Tootie se apareció en su cabeza logrando que él termina con ese contacto.

—¿Timmy? —habló la azabache con voz entrecortada.

—No, yo, lo siento—finalizó mirando al suelo.

—¿Ya no te gusto? —preguntó la chica dejando toda la tensión en el aire.

. . . .

La azabache se dirigió como zombi hacia el bañó, necesitaba una ducha fría, seguramente todo había sido una alucinación. Simplemente era imposible, era ¡Remy!

Era verdad que en poco tiempo le había tomado un gran cariño, pero era más de hermana que como lo que el rubio pretendía que fueran. Además, también había otro tema importante. Sus sentimientos por Timmy. No era fácil olvidarlos, no después de amarlo durante tanto tiempo.

Cuando sintió como la fría agua caía por su piel se dio cuenta que no estaba soñando y no tenía ni la más mínima idea de lo que hacer.

El blondo podía ser un poco difícil de tratar, pero se sentía a gusto a su lado y no quería que eso cambiase, realmente quería seguir a su lado, pero no sabía cómo afrontarlo.

—¡Con que cara lo veré mañana! —gritó y casi se resbala, pero se sostuvo en el último momento.

Fuertes golpes se escucharon en la puerta, y por ellos sabía a quién pertenecían.

—¡Apúrate renacuaja, yo también me quiero bañar! —exclamaba Vicky enfadada.

Rápidamente cerró la llave y se puso la toalla, no quería enfadar a su hermana, y tal como pidió le dejo libre el baño. Después de esa ducha fría y terminar los deberes no tenía mucha hambre, quería aclarar las cosas con el blondo cuanto antes, así que la mejor manera era enfrentarlo. Pero, ¿cómo?

. . . .

—No lo sé—habló el castaño para darse la vuelta y subir a su habitación dejando sola a la pelinegra.

Nadie dijo nada, no querían molestar al adolescente, aunque estaban preocupados, no se esperaba aquello. Inclusive el despistado de Cosmo se daba cuenta de que algo no estaba bien.

Trixie se encontraba parada en la puerta como una estatua, de repente se comenzó a reír de forma estruendosa, todo eso le parecía tan ridículo.

—Esto es tan gracioso—dijo mientras se marchaba de allí. —Él siempre ha estado enamorado de mí, y ahora que yo lo acepto me rechaza—riéndose más fuerte. —Es tan—decía comenzando a temblar. —Gracioso—terminó de hablar para que por fin las lágrimas comenzaran a bajar por sus mejillas.

. . . .

Remy sabía que había hecho una locura, pero, aun así, eso era lo mejor. Tal vez si seguía ocultando sus sentimientos hacia la pelinegra luego se lamentaría. Aunque aun así no podía evitar el nerviosismo que sentía, tal vez no debió ser tan precipitado, pero lo hecho, hecho estaba. Era un Buxaplenty, así que no se tenía que arrepentir de nada.

Cuando llegaron a la mansión y estaba a punto de bajar de la limosina, recordó lo que Josh había dicho, y eso de alguna forma le hacía sentirse culpable por como lo había juzgado y tratado.

—Siento como me comporté antes, gracias por todo, nos vemos mañana—dijo para dejar alucinando al chofer, pero haciéndolo realmente feliz.

El señorito está creciendo, parece que la señorita Tootie ha sido una gran influencia para él, pensaba para sí, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

. . . .

Timmy se tiró en su cama y se tapó con las sabanas, no comprendía nada. ¡Había rechazado a Trixie Tang! La chica más hermosa de toda la escuela.

No entendía que era lo que pasaba por su cabeza, todo era tan extrañó, se encontraba tan cansado, todo había resultado muy agotador, nada salió como él lo había planeado. Solo quería disculparse con Tootie, no entendía como las cosas se había torcido de aquella manera.

Cuando cerró sus ojos una vez más estos ya no fueron capaces de abrirse, y sin darse cuenta poco a poco se quedó profundamente dormido.

De repente una desconocida silueta se hacía presente, pero después tomó forma de su ex acosadora.

—¿Qué ocurre Timmy? —le preguntó la pelinegra al verlo en ese estado.

—No lo sé, todo se ha vuelto muy raro. Extraño los días en que tú estabas a mi—pero se detuvo súbitamente al ver lo que estaba a punto de decir.

—Cuando estaba a tu lado—terminó ella de decir dejando perplejo al chico.

—¡!No es eso! —se defendió el castaño que se comenzaba a poner nervioso.

—Entonces si no es así, me voy—dijo lista para marcharse, pero Timmy la detuvo. —Pensé que no querías tenerme a tu lado—dijo mirando la firmeza con la que el muchacho la sujetaba.

—No, yo...—no sabía que decir, todo era tan surreal.

—Si fueras una chica no me habría enamorado de ti, y tal vez podríamos haber sido grandes amigas—dijo ella con una sonrisa.

El ojo azul no comprendía nada, porque le estaba diciendo eso, de repente la silueta de la chica se hacía cada vez más lejana y a su lado aparecía la del blondo que tanto aborrecía.

—¡No, Tootie, espera! —gritó para luego darse de bruces contra el duro suelo de su habitación.

—¿Cariño estas bien? —preguntó Wanda a su ahijado.

—Menudo golpe—habló Cosmo riendo al ver que la frente del muchacho estaba un poco roja.

—¡Tengo una idea! —gritó muy entusiasmado logrando asustar a sus hados. —Deseo volver a ser Timantha—pidió dejando a ambos bastante asombrados.

—Esto no me parece una buena idea—habló Wanda mientras agitaba su varita. Pero un deseo, era un deseo, así que nada podía hacer.

—Yo creo que será divertido—dijo Cosmo riendo. 

Cuidado con lo que deseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora