La pelinegra no lo podía creer, no se sentía muy segura al haber aceptado aquella propuesta, el rubio aún no le había dicho que era lo que tenía que hacer y sus motivos tampoco le gustaban, no es que quisiera hacerle daño a Timmy, a pesar de que en parte quisiese. Ella solo se había limitado a seguirle al lujoso vehículo, esperando a ver qué pasaba.
"Tendría que haberlo pensado más detenidamente", pensaba la pelinegra arrepintiéndose por su precipitada decisión. Aunque el castaño le había dicho palabras crueles no podía evitar seguir queriéndolo, pero no quería eso, ya no.
No podía estar siempre de esa misma manera, Timmy no la quería, era un hecho, lo tenía que aceptar. De niña, e incluso ahora trató de todas las maneras que él se fijara en ella, pero todo había resultado en vano, no había mirado en su dirección ni una sola vez. Por eso, esta vez no lo iba a hacer por él, sino por ella, cambiaría, haría que él se fijara en ella y luego lo rechazaría, así por fin se podría librar de ese doloroso amor.
—¿A dónde vamos a ir? —preguntó Tootie, pero el rubio hablaba por teléfono así que la ignoró.
Ya era suficiente con que Timmy y toda la escuela ignoraran su presencia, así que no dejaría que alguien más también lo hiciera, por lo que tomó el teléfono del blondo y cortó la llamada.
—Listo, ya no estas ocupado, así que escúchame—dijo haciendo que él se sorprendiera.
El Buxaplenty estaba a punto de tirar a la pelinegra a la carretera, pero se acordó de su querida Trixie y tuvo que reprimir las ganas asesinas que tenía en su contra.
El rubio ni siquiera estaba haciendo una llamada para él, sino que estaba en plenas negociaciones con un prestigioso centro de belleza para ella, y por su culpa ahora se había visto arruinado.
—Sabes que acabas de cortar a la única persona que tal vez te podía ayudar—dijo inexpresivamente haciendo que Tootie se quedara de piedra.
—¿Ayudarme? ¿A qué te refieres? —preguntó inocentemente la chica.
—Íbamos a ir un famoso centro de belleza, se ha de pedir cita con muchos meses de antelación, estaba a punto de conseguir que me lo dieran para esta tarde, pero gracias a tu numerito vamos a tener que esperar más tiempo—terminó de decir haciendo que Tootie se arrepintiera por su comportamiento.
—Lo siento mucho—dijo ella con la cabeza bajada haciendo que él soltase un suspiro.
—Vamos a la óptica, hay que pedir que te hagan lentes de contacto, esas gafas son horribles—sentenció haciendo que esta vez ella solo asintiera.
Los dos chicos bajaron en el centro comercial más próximo y la pelinegra rápidamente vio como la gente veía al rubio, sobre todo las chicas.
—Vaya, sí que eres muy popular-dijo Tootie en voz alta sin darse cuenta, haciendo que el rostro del rubio se ensombreciera.
—¡Apúrate! —gritó haciendo que diera un pequeño salto y caminara más rápido.
Cuando llegaron a la óptica un hombre de media edad rápidamente se acercó a Remy.
—Buenas tardes señor, ¿desea algo? —dijo el hombre lo más amable posible.
—Dale unas lentes de contacto—dijo fríamente—Cuando acabes ven al coche, cárgalo a la cuenta de mi familia—terminó de decir y luego se fue dejando sola a la pelinegra.
El hombre actuó con rapidez y le midió los ojos.
—En tres días tendrá listos sus lentes, muchas gracias por confiar en nosotros—dijo.
Tootie no entendía porque el rubio se comportaba de esa manera, parecía que cuanto más amables eran con él peor se comportaba. Aunque presentía que tal vez podría haber algo más, aunque no sabía el qué.
. . . .
Timmy caminaba tranquilamente por el centro comercial, ahora que no tenía rondado a su acosadora todo era muy tranquilo, demasiado tranquilo.
—Esto es muy aburrido—dijo Timmy mientras se sentaba en un banco.
—¿Extrañas a Tootie? Ella era muy graciosa, cada vez que decías algo hacía cualquier cosa para cumplir tus deseos, casi no nos necesitabas—dijo Cosmo sorprendiendo a su ahijado.
—¡Pero qué dices! Yo no la extraño, estoy bien, soy feliz, ahora estoy tranquilo—dijo alzando la voz.
Wanda en verdad se preocupaba mucho por la chica, ella al largo de los años había visto todas las cosas que la pelinegra había hecho por Timmy, pero él no había sabido apreciarlas, se preocupaba porque luego se arrepintiese.
—Timmy, en verdad creo que tendrías que arreglar las cosas con Tootie, no ha tratado de hablar contigo en todo el día, creo que esta vez en verdad podría alejarse de ti—dijo preocupada.
Timmy no entendía porque Wanda quería que arreglara las cosas con su acosadora, solo era una sanguijuela muy molesta.
Entonces de repente a lo lejos vio la figura de la susodicha entrando en la limosina de Remy. Y las palabras que la peli rosa acababa de pronunciar se empezaron a repetir en su cabeza "creo que esta vez en verdad podría alejarse de ti".
Rápidamente desechó esa tonta idea de su cabeza junto con el pinchazo de su pecho, Tootie estaba demasiado enamorada de él como para desistir e ir tras el estúpido del Buxaplenty, inclusive su apellido era estúpido, como toda su existencia.
—¡Chicos, deseo saber que está haciendo Tootie! —pidió Timmy sorprendiendo a sus padrinos.
—¡Te vas a disculpar! —gritó entusiasmada Wanda.
De repente en un poof todos se encontraban detrás de un arbusto en frente de la casa de la pelinegra.
Timmy se sentía más tranquilo, seguramente la chica que se había metido en la limusina del rubio debía ser otra chica, pero cuando estaba dispuesto a irse vio esa limusina y para más sorpresa vio que Tootie bajaba de allí.
—Mañana me esperas, vamos a ir a comprarte ropa—dijo el rubio haciendo que ella asintiera.
—Gracias por todo, adiós—habló para dirigirse a su casa sin darse cuenta que aquel que le quitaba la respiración había visto esa escena y un montón de locas ideas pasaban por su cabeza.
Notas de la autora: Bueno eso es todo, este capítulo me ha costado mucho, no sabía cómo continuar con la historia, pero ahora creo que ya sé por qué rumbo la voy a llevar, bueno espero que les haya gustado y nos leemos en el próximo capítulo.
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Cuidado con lo que deseas
FanfictionTimmy tiene 15 años y aún persigue el amor de Trixie pero Tootie siempre lo estropea, por ello le dice cosas crueles. Entonces ella decide dejarlo en paz. Pero a otra persona no le conviene eso, ya que sino perderá su oportunidad con la hermosa pel...