—Tienes una cara horrible —Taehyung se subió al coche.—Bueno, tú estás muy guapo —sonreí.
No había dormido en toda la noche pensando las últimas palabras de Jungkook y lo menos que quería era discutir.
—Gracias por el permiso, me hubiese vuelto loco si no hubiese podido salir hoy.
—No fue nada, Tae —contesté arrancando el coche.
—¿Tienes dinero? —pregunte. Él me miró
enarcando una ceja.—Para las flores —murmuré mientras avanzaba.
—Ni para flores, ni para nada —dijo Taehyung, mirando la calle.
Afortunadamente, no había tráfico y llegar al cementerio fue rápido a pesar de lo lejos que nos encontrábamos, aparqué el coche y saqué algo de dinero de mi billetera.
—Compra flores.
—¿No vienes? —preguntó. Negué.
Ji Yeong era inexistente en mi vida cuando aún vivía, no tenía que estar presente después de muerta.
—Ve tú, no te demores mucho. Tienes solo un par de horas y me gustaría que comiéramos algo juntos antes de dejarte en el Instituto.
Taehyung no dijo nada, pero azotó la puerta mostrando su desagrado por no haberlo acompañado. Lo vi llegar al puesto de flores y tomar un ramo antes de entrar. Trasladar las exequias de Ji Yeong y su marido hasta Seúl había sido un proceso largo pero supuse que sería mejor para Taehyung que ellos estuviesen cerca de donde él radicaba ahora.
Salí del coche y me apoyé en la puerta, saqué el IPod del bolsillo de mis jeans, releyendo lo poco que había escrito ayer. El celular sonó en mis manos, era un número privado. Suspiré de alivio cuando vi que no era Doctor Sexo.
—¿Jimin? —la voz de la chica sonaba ansiosa. —Soy Nina, ¿me recuerdas?
—Claro, la amiga de Jungkook. Dime Nina, ¿en qué puedo ayudarte?
—Te llamo porque tengo una buena noticia para tu libro.
—¡Oh! ¡Genial!
—Estuve hablando con el amigo que te comenté. Fue algo difícil, pero accedió a verte. ¿Sabes dónde
queda el Caffe Bene?No sabía, pero el GPS hacía milagros en estos días.
—Puedo llegar.
—Muy bien. Entonces, nos vemos en una hora.
—¿Podría ser en dos? —vi la hora en mi reloj, Taehyung acababa de entrar al cementerio.
—No, lo siento. Dimitri sale de viaje en un par de horas y no vuelve hasta finales de mes.
—Una hora. En una hora estaré con ustedes.
Lo siento Taehyung.
Guardé lo que había escrito y suspiré. Odiaba los cementerios, esa era una de las razones por la cual las cenizas de Ji Hoon habían sido tiradas en el Lago Jinyang, para mí eran receptáculos de todas las tristezas del mundo y no deberían existir, así que apuré el paso, las tumbas de Ji Yeong y Ji Suk
estaban a la vista, pude ver a Taehyung colocando flores.¿Rosas? Pensé que una mujer como Ji Yeong le hubiesen gustado otro tipo de flores.
Tomé aire y caminé los pasos que nos alejaban.
—Tenemos que irnos —le dije, sin rodeos.
Él alzó la cabeza, su mirada fue incrédula.
—Acabamos de llegar —murmuró Taehyung, acariciando la lápida donde estaba grabado el nombre de Ji Yeong.

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𝑵𝒊𝒏𝒆𝒕𝒚 𝒅𝒂𝒚𝒔
Teen FictionPark Jimin es un escritor joven de género romance, pero la editorial le exige un libro erotico. Ahora tiene que escribir sobre lujuria, pero su experiencia es mínima. La única persona que lo puede ayudar también es su mayor dolor de cabeza. Jeon J...