Le hice un gesto a Jungkook para que siguiera con su explicación.
—La clase de hoy se refiere a eso, a ti, provocándote placer. ¿No has escuchado el programa de hoy?—Jungkook se carcajeó de manera sensual. —Necesito estar seguro de que, cuando yo no esté para darte satisfacción sexual, tú podrás hacerlo por tu cuenta, si no... ¡Sería un pésimo maestro!
—¡Educación garantizada, aprendizaje efectivo!
Él no dijo nada por lo que intuí que no le gustó mi chiste... Y a ti no te gustó el "cuando yo no esté"
¡reconócelo, Jimin!—¡Tengo un prestigio que cuidar! Así que hoy, quiero enseñarte las maravillas que puedes sentir tocando correctamente tu cuerpo.
—Jungkook, yo...
—Saca todo del maletín y déjalo a un lado de la cama—susurró.
—No voy a poder hacerlo, lo he intentado antes y nunca... —me daba vergüenza admitirlo, así que solo me limité a bajar la cabeza y empuñar mis manos.
—¿Nunca te has tocado, bebé? —su tono de voz fluctuó entre la ironía y la, ¿ternura?
—No, nunca lo he hecho y realmente me da vergüenza hablar de esto, Jungkook. Por favor, demos por terminada la clase de hoy, te lo agradezco, pero... —me silenció con un sonoro "¡shss!" que me erizó la piel.
—Tranquilo, bebé, no tienes de que avergonzarte. No conmigo. Déjame que te guíe, verás que se dará natural.
¿Masturbarme mientras él me observa?
La idea me resulta humillante y excitante al mismo tiempo.
¡Vamos, Jimin! Él es un profesional, ¿de qué te avergüenzas? Su trabajo es enseñarte esto.
No dije nada pero, lentamente, me senté sobre la cama, cerré mis ojos y me sumí en un silencio que gritaba mi afirmación.—Abre tus ojos —dijo Jungkook. Lo hice. —Toma el maletín y saca cinco de los aparatos que hay allí.
Me vi sacando cada artefacto y colocándolos sobre la cama, había unas pequeñas pinzas, varios tipos de vibradores, lubricantes, frascos que no sé qué contenían, unas bolas de metal atadas a una
tira, unas esposas felpudas, balas y un pequeño artefacto cuadrado y de color negro que me desconcertó.—Quítate la ropa... —ordeno Jungkook. Llevé mis manos dispuesto a desnudarme. —¡Espera!, mejor no.
—¿Me la quito o no me la quito? —resoplé frustrado y nervioso, estos "juguetes" a mi lado me tenían nervioso.
—Relájate, vamos a ver lo que tienes junto a ti —su voz era la de un profesor amable, cargado de paciencia. —¿Sobre qué sientes más curiosidad?
Le hice caso, suspiré e intenté visualizarme frente a un espejo y tomé uno de los objetos y se lo mostré.—Ese es un Sqweel, más conocido como un "mil lenguas" —mi cara debería ser un poema porque Jungkook soltó una carcajada. —Es un estimulador, destápalo y verás — ¡joder! no encontraba la tapa. —A un costado... Esto va ser más lento de lo que imaginé —murmuró Jungkook lo bastante alto para que yo escuchara.
¡¿Se le está acabando la paciencia al profesor?!
—¡Oye! No tengo por qué saber esto, genio —bufé enojado destapando el pequeño cuadrito negro y unas pequeñas lengüetas de color morado se dejaron ver.
—Enciéndelo —ordenó Jungkook.
Hice lo que me pidió y rápidamente, lengüeta tras lengüeta, empezaron a moverse.—Parece un ventilador. Raro, pero ventilador —afortunadamente, ignoró mi ridículo comentario.
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𝑵𝒊𝒏𝒆𝒕𝒚 𝒅𝒂𝒚𝒔
Teen FictionPark Jimin es un escritor joven de género romance, pero la editorial le exige un libro erotico. Ahora tiene que escribir sobre lujuria, pero su experiencia es mínima. La única persona que lo puede ayudar también es su mayor dolor de cabeza. Jeon J...