—Estuve pensando en lo que me dijiste la última vez que nos vimos —Nina tomó un sorbo de su bebida.
—¿Te dije algo? —la miraba sin entender.
—Sí, sobre contar mi historia, no se aún muy bien pero, si se planteara la posibilidad... ¿Serias tú el
escritor que la transforme de algo real a algo ficticio? —me lo dijo sin ninguna advertencia.—¡Qué! —por poco me atraganto otra vez con lo que comía. —¿Tú... Quieres que yo...? ¿Qué yo
cuente tu historia?—Estuve leyendo tu trabajo y Kook cree en ti, dice que tu libro llegará más alto que la trilogía del
Señor Black y, si Kook confía en ti, yo también confío —dijo solemnemente.Quedé anonadado, sentí que el aire de mis pulmones no era capaz de hacer vibrar mis cuerdas vocales y que perdía mi voz para siempre. Que ella quisiera que su vida tan privada se hiciera pública y que el cabrón de Jungkook confiara tanto en mi talento literario, me habían dejado mudo.
—¿Jimin? —parpadeé, Nina me miraba preocupada. —¿Estás bien?
—Perdóname, me has tomado desprevenido —respondí.
Nina sonrió.
—No puedo confiar mi vida a un perfecto extraño y aunque apenas nos conocemos siento que te conozco muy bien, sabes que la historia de amor con mi marido es muy especial, viendo toda esta literatura y el trato poco serio que hacen del tema, sería bueno que alguien mostrase la otra cara de la dominación y la sumisión. Renzo es un hombre muy meticuloso y reservado, sobre todo con nuestra intimidad, y no le pareció la idea, a menos que encontrara una persona confiable y que no tuviera prejuicio con el tema. Kook te recomendó, dijo que solamente tú serías capaz de realizar esa tarea —respiró profundo. —Jimin, quiero que tú escribas mi historia.
—Nina... —no sabía que decir.
—No tienes que contestar ahora. Sé que es un tema complicado —dijo, asentí para que supiera que le entendía. —Pero, puede ser un libro emblemático, mi historia y tu arte harían una maravilla — tomó mi mano sobre la mesa. —Mira, Renzo es diferente, pero yo lo amo así y él me ama a su manera. Somos felices con nuestro estilo de vida. Él es mi señor y yo su esclava, no es la típica relación matrimonial, pero es verdadera y muy nuestra.
—¿Y, la quieres compartir?
¡Dios!, no la entendía.
—Locuras mías... —musitó. —Tengo veintiséis años, Jimin, los últimos seis años de mi vida han sido una montaña rusa, siento que valen la pena para ser contados.
—Una vida de novela y quieres que yo te la escriba —no me seducía la propuesta. —No sé, hay escritores que se dedican a eso, a escribir autobiografías.
—No es una autobiografía, es material de primera mano para que escribas una novela.
—Sabes que apenas estoy escribiendo mi primera novela con temática sexual...
—Vamos a hacer una cosa, piensa bien mi propuesta. Si aceptas, el sábado, en la fiesta, me lo dices.
—¿No podría ser el lunes?
—Viajo el domingo, a primera hora. Renzo odia Seúl, ya tenemos aquí casi dos meses y no aguanta un día más; pero, antes de marchar, quiere hablar contigo.
Me estaba prácticamente forzando a ir a la dichosa fiesta.
—Muy bien, el sábado, en la fiesta.
—Ya que estamos de acuerdo...
La pantalla de mi celular se iluminó. —Dame un segundo —le dije.
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𝑵𝒊𝒏𝒆𝒕𝒚 𝒅𝒂𝒚𝒔
Roman pour AdolescentsPark Jimin es un escritor joven de género romance, pero la editorial le exige un libro erotico. Ahora tiene que escribir sobre lujuria, pero su experiencia es mínima. La única persona que lo puede ayudar también es su mayor dolor de cabeza. Jeon J...